El Tribunal Supremo de Brasil frenó ayer el proceso del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, para determinar si aceptaba una petición de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff al cuestionar su interpretación del reglamento de la cámara para tomar esa decisión.
Según medios brasileños, Cunha y miembros de la oposición habrían trazado una estrategia para lograr que la petición de juicio político contra la presidenta por la manipulación de las cuentas fiscales de 2014 y por violar las leyes sobre financiamiento de campañas políticas entrara a la cámara para ser votada con mayoría simple (257 de los 513 diputados), un número alcanzable en el momento de aislamiento que vive Rousseff.
En respuesta a una petición del gobernante Partido de los Trabajadores, el Tribunal Supremo emitió un mandato que impide iniciar el proceso de destitución contra la presidenta si la Cámara no cuenta con una mayoría especial (tres quintos de los parlamentarios) y no mayoría simple como pretendía la oposición. El parecer del ministro del Supremo Teori Zavaski pone en duda el actuar de Cunha respecto a los procedimientos de impeachment y recuerda que el líder del Congreso no puede establecer las directrices para sacar al presidente de su cargo, ya que se trata de una cuestión constitucional.
La decisión del Supremo da algo de tiempo (y oxígeno) al presionado gobierno, ya que el mandato únicamente suspende el proceso para tramitar el impeachment en base a la interpretación de Cunha del reglamento de la cámara, pero no le impide rechazar o aceptar cualquier solicitud que se introduzca. El líder de la cámara tiene diez días para proporcionar la información necesaria para juzgar los méritos del caso, consignó el diario Valor Económico.
Esta última disputa sobre cuestiones de procedimiento renueva la incertidumbre sobre cómo y cuándo la cámara baja decidirá sobre el procedimiento de impeachment contra Rousseff.
Para el PT, la medida es “una victoria parcial para el gobierno porque plantea algunas cuestiones legales y de procedimiento”, afirmó David Fleischer, profesor de ciencia política de la Universidad de Brasilia. “Puede aplacar un poco a la oposición, pero no cambia la esencia de lo que está en juego”.
Según Bloomberg, la oposición estudiará la decisión del Supremo y presentará una enmienda a la petición de impeachment, argumentando que Rousseff ha continuado violando las normas fiscales durante su segundo mandato. La petición presentada por la oposición sostiene que la presidenta debe ser declarada responsable de adulterar las cuentas fiscales de 2014 y violar las normas de financiamiento de campañas políticas.
Cunha afirmó la semana pasada que los delitos del primer mandato no son suficiente razón para remover a un presidente de su cargo, dado que la Constitución recoge que sólo puede ser juzgado por los actos cometidos en el actual mandato.
Pasos del juicio político
Si Cunha inicia un proceso de impeachment, se formaría un comité especial con miembros de todos los partidos para que evalúen la petición y emitan una recomendación sobre si las audiencias deben comenzar.
La cámara baja votaría entonces sobre el dictamen del comité. Si dos tercios de los parlamentarios lo apoyan, las audiencias comenzarían en el Senado. En ese caso, Rousseff tendría que apartarse de su cargo temporalmente y ceder las riendas del gobierno al vicepresidente Michel Temer, quien continuaría en el poder si el Senado decide sacar de su cargo a la presidenta.