La construcción manifiesta su "profunda preocupación" por la violencia y pide al Estado asegurar protección y derecho al trabajo
La CChC emitió una declaración pública en la que señaló que el "desafío" más inmediato es reactivar la economía.
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La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) se pronunció hoy sobre los recientes hechos de violencia que han marcado las jornadas posteriores a la conmemoración del primer año de la crisis social.
En una declaración pública, el gremio presidido por Antonio Errázuriz señaló que el país tiene "desafíos históricos" por delante, siendo el más inmediato "reactivar la economía y combatir el desempleo que afecta a casi dos millones de trabajadores".
"También debemos resolver urgentes problemas sociales y, más allá del resultado del plebiscito del próximo domingo, estamos llamados a lograr un amplio consenso respecto de las reglas que guían nuestra convivencia", manifestó la cámara.
Ante los hechos de violencia en Santiago y regiones, la CChC advirtió que resolver los problemas sociales y reactivar la economía no serán posibles si no existen "ciertas condiciones mínimas", como garantizar la seguridad de las personas.
"Por esto, y al igual que millones de chilenos, manifestamos nuestra profunda preocupación ante los grupos de delincuentes que siguen hiriendo el alma nacional con su violencia desatada que, como el fuego que la acompaña, buscaba destruir todo a su paso. Es lo que pasa casi a diario en la zona sur del país y es lo volvimos a vivir hace unos días en Santiago y en otras regiones", manifestó el gremio.
La construcción señaló que condena estos actos "y solidarizamos con las víctimas inocentes de esta violencia: vecinos, familias y comunidades, trabajadores y empresarios, para los cuales algunos de sus derechos fundamentales -partiendo por el derecho a la libertad personal y a la seguridad individual, así como el derecho al trabajo y a desarrollar una actividad económica- simplemente dejaron de existir".
"Velar por el respeto irrestricto a los derechos fundamentales de las personas es un deber irrenunciable del Estado y de cada uno de los poderes que lo componen. En ellos radica la responsabilidad de evitar que la violencia pase a formar parte del paisaje cotidiano de nuestro país. Las sociedades que no lo han logrado quedan marcadas por las divisiones, el dolor y la pobreza", cerró la declaración.