Alzas del dólar y los combustibles ya comienzan a impactar las expectativas de inflación en Chile
El mercado estimaba que a partir de abril la variación anual del IPC se ubicaría bajo el 10%, pero entre los analistas calculan que dicho hito podría correrse hacia fines del segundo trimestre.
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El fantasma del dólar a $ 1.000 y una nueva racha alcista en el precio de los combustibles comienzan a reflejarse en las proyecciones para la inflación en Chile.
Es que en las últimas semanas, el precio de la divisa se ha transado en niveles altamente volátiles en medio de renovados temores a una recesión global, nuevamente aproximándose a los $ 1.000 que, durante julio, llevaron al Banco Central a lanzar un programa de intervención cambiaria. Hoy se cotiza con un leve alza tras el desplome de la sesión anterior.
Por otra parte, luego de dos semanas de bajas, los precios de los combustibles registran a partir de hoy una tercera semana de incrementos, esta vez de $ 9,7 promedio por litro para la gasolina de 93 y 97, para el diésel y también en la misma magnitud para el gas licuado de petróleo (GLP) vehicular.
En el mercado comienzan a sacar cálculos sobre la incidencia de estos movimientos en las perspectivas, que antes de esta racha contemplaban que la inflación anual caería de 10% a partir de abril del próximo año, abriéndose a la posibilidad de que dicho descenso sea más lento de lo esperado.
Hoy, la variación acumulada a agosto alcanza el 14,1%, un peak desde septiembre de 1992.
El economista de Santander, Miguel Santana, señala que un IPC por debajo del 10% podría tomar un poco más de tiempo y recién alcanzarse en mayo próximo, "considerando las últimas alzas del dólar y de las bencinas".
Hasta el minuto, el pronóstico de Martina Ogaz, de Euroamerica, es que los precios caen del 10% anual en abril próximo, pero dado el actual contexto internacional, en el cual las alzas de tasas de varios bancos centrales de economía desarrolladas han generado "presiones extra sobre el mercado cambiario, aumentando la probabilidad de que estas presiones cambiarias sean más persistentes el tiempo, podríamos ver que este descenso se desplace en el tiempo".
"Además, hay que considerar otros shocks como es el caso de la guerra en Ucrania y el efecto sobre precios de combustibles, evento que también agrega una probabilidad de hacer más permanente el shock inflacionario y con eso el proceso de convergencia hacia la meta", agrega.
La reciente apreciación del dólar y el encarecimiento de los combustibles pone una "nota de cautela" al descenso esperado para los precios, postula el economista de BCI Estudios, Felipe Ruiz: "Por ahora, la proyección apunta a que la variación anual de la inflación terminaría 2022 en 12,7% y luego ir cediendo gradualmente y situarse bajo 10% a partir del segundo trimestre de 2023. Esta perspectiva podría ajustarse si se advierten nuevos movimientos bruscos en los precios internacionales de combustibles y en el tipo de cambio".
Las proyecciones del economista jefe de Coopeuch, Felipe Ramírez, asumen que la inflación anual bajará del 10% en abril del 2023, y que si bien la reciente depreciación del peso "sin duda ejercerá presión" en los próximos datos de inflación, varios indicadores adelantados sugieren que la caída del consumo se estaría "acelerando en el margen".
"Esto nos lleva a pensar que la inflación tendrá una caída importante el 2023 (incluso asumiendo una persistencia inflacionaria alta desde una perspectiva histórica), mayor de lo que el mercado espera", pronostica.
La economista jefe de Tanner Investments, Claudia Sotz, señala que por la tendencia y el ciclo económico nacional, en el que hay un ajuste a la baja "bastante fuerte de la demanda interna, debiéramos ir viendo presiones inflacionarias que ya van cediendo y ubicándose en torno o bajo al 10%".
"No obstante, permanecen latentes las presiones inflacionarias internacionales, principalmente por la crisis energética en Europa", agrega.
El economista jefe de BICE Inversiones, Marco Correa, argumenta que el principal factor que producirá una caída en la inflación local es la desaceleración de la economía.
"El Banco Central estima que dos tercios del exceso de inflación se han producido por factores locales, como los retiros de fondos previsionales y transferencias del Estado. Ahora esos elementos estarán ausentes y además la tasa de interés se encuentra en niveles históricamente altos", plantea.
Lo que se espera para septiembre
Ramírez dice que para que el IPC acumulado en septiembre sea mayor que en agosto, la variación mensual debiera empinarse a un 1,3%, lejos del 0,9% que él proyecta, "así que consideramos que el peak de inflación ya se alcanzó".
Una similar estimación tiene Santana, explicando que la cifra estará afectada por un efecto de base comparativa, ya que el IPC de septiembre de 2021 fue mayor, con un 1,2%.
Ruiz señala que la variación acumulada de 13,8% en septiembre daría pie al inicio del retroceso en los meses siguientes, "pero el riesgo de un descenso inflacionario más lento del previsto ha ido subiendo en el margen".
Correa prevé que la variación acumulada en septiembre ya comience a mostrar una lenta reducción, ubicándose en 13,8%.
Sotz plantea que en el último trimestre de este año los registros inflacionarios mensuales debieran ir bajando por los componentes de demanda interna. "Sin embargo, la incidencia de un peso que se mantiene depreciado más allá de sus fundamentales podría generar efectos de segunda vuelta en los precios internos".