El Partido Socialista pretende poner sobre la mesa un análisis más de fondo sobre el panorama económico, y sincerarse sobre qué cosas se pueden y cuáles no se pueden hacer. El senador Juan Pablo Letelier apuesta por la comprensión de sus compañeros de conglomerado, aclarando que la postura de la colectividad no es terminar con el proceso de reformas.
-¿Cuál el escenario económico que percibe hoy en Chile y que hizo que el PS hiciera un llamado a generar una reflexión respecto de las prioridades?
-Pongamos las cosas en su contexto: la economía y las finanzas públicas están sanas. Este es un país que ahorra, que tiene una ley que regula el superávit estructural, por tanto tenemos una situación muy positiva para enfrentar los flujos y reflujos de la economía, pero evidentemente hay un fenómeno de ralentización de la economía mundial que nos afecta. A pesar de la baja del cobre, hemos ido manteniendo un crecimiento positivo a diferencia de varios de los países de América Latina, y hemos logrado algo que es muy importante para el futuro económico, que es el ajuste del tipo de cambio, que es un elemento tremendamente importante que ha ocurrido.
- ¿Hacia dónde apuntan las aprensiones, entonces?
-En ese contexto, es evidente que, dado que se ha enfriado la economía y a pesar de la buena salud de nuestras finanzas públicas, uno tiene que tomar precauciones. Entiendo que eso es lo que ha planteado el ministro de Hacienda, que es estar atento, y es lo que los socialistas hemos planteado, que hay un ciclo de ralentización de la economía. Hay que aclarar que la implementación del programa no está en discusión, pero tenemos que redefinir sus ritmos y gradualidad, para que no cause distorsiones en las finanzas públicas.
-¿Cómo se puede redefinir ese ritmo, en qué áreas se podrían producir ajustes?
-Primero estamos poniendo el criterio. Queremos que ese criterio lo asuma la Nueva Mayoría: sacar adelante el programa, pero a la vez cuidar las finanzas públicas. Por ende, hoy, el factor de mayor presión será la reforma educacional en todos sus niveles, pero también hay otros desafíos. En primera línea está el tema de salud, en particular la gestión y vendrá posteriormente una reforma previsional. Puedo dar un ejemplo. Uno puede revisar el calendario de las inversiones en infraestructura de hospitales, para ralentizar aquello, y dar más prioridad para la formación de profesionales, y terminar con las listas de espera y recuperar- de ese modo- la gestión de la agenda social de salud.
-¿Está en riesgo la regla de superávit estructural que se construyó en Chile y que se ha mantenido a lo largo del tiempo casi sin alteraciones?
-No. Esto fue algo propuesto por el progresismo de nuestro país. Ha sido promovido y defendido por nosotros. No vamos a poner jamás en riesgo una conquista que hemos logrado como país.
-Algunos en la NM dicen que hubo un mal cálculo del costo de las reformas.
-El tema es que la economía mundial tenía una presunción de que las tasas de crecimiento eran otras, los precios de largo plazo del cobre iban a ser otros. Existe de esta forma un nuevo escenario. Hay un aumento de ingreso fiscal y lo va a seguir habiendo en los próximos años, porque la reforma tributaria era progresiva, no era de un año y la economía chilena está creciendo, a diferencia de muchas otras economías del mundo, por eso hay que poner las cosas en contexto, de responsabilidad fiscal, pero no es para terminar con las reformas, ni con el programa. Habrá que hacer ajustes, sí, pero con el propósito de saber para dónde queremos marchar como país, por ejemplo en el tema de la desigualdad.
“Es evidente que se ha generado un clima de incertidumbre”
- Los casos que se investigan han contaminado la política, ¿comparte la tesis propuesta por el ministro Valdés de que la política ha contaminado la economía?
-Eso es cierto.
-¿Qué significa?
-Cuando se estudia economía hay parámetros básicos, costos, productividad, pero también se cuenta con factores sicológicos. Sin duda que en ese contexto hay desconfianza. La política ha contaminado el clima, algunos han sido poco responsables en el clima que se ha ido generando. Ha habido situaciones de la relación entre la política y los negocios, caso Penta, SQM. Eso se ha sobredimensionado por momentos, diciendo que el sistema político está destruido y eso no es así, funciona muy bien comparado a cualquier parámetro mundial, pero es evidente que se ha generado hace un par de meses un clima de incertidumbre.
-¿Qué rol le cabe a la presidenta tratando de asumir ella misma el liderazgo, por ejemplo, de la agenda de probidad?
-Todos tenemos un rol, el gobierno tiene un rol muy importante, y la forma en cómo la presidenta está impulsando esa agenda también. El ministro de Hacienda no se manda solo, sino por instrucciones de la presidenta, de ahí se van a ir pudiendo generar climas. Los partidos también tenemos responsabilidad de generar un clima más adecuado de diálogo.
-¿En la NM se está cumpliendo con ese propósito de contribuir a mejorar clima?
-Confiamos en que se vayan aceptando nuestros planteamientos.
-¿Es posible que el PPD o el PC entiendan lo planteado por ustedes en el comité central?
-Conversando se puede. A veces se usan diferentes lenguajes en el PPD y el PC. Deben entender que no queremos ralentizar el programa, sino que para que se cumpla hay que cuidar las finanzas públicas. En la medida en que se entienda cuál es nuestro propósito van a poder sumarse sin ningún problema.
"CONFÍO EN QUE NAVARRO REFLEXIONARÁ"
-¿Cómo se arregla la situación del senador Alejandro Navarro si no pide las excusas que ustedes le están exigiendo?
-Cada uno es dueño de sus palabras, también preso de ellas. Conozco al senador Navarro hace mucho tiempo. Él entenderá que no es propio que un senador de la República, quien a la vez ocupa un cargo porque sus pares le entregaron un voto de confianza, haga la afirmación de que sus pares fueron todos objetos y sujetos de cohecho por una empresa pesquera. Confío en que reflexionará. La ligereza del lenguaje no es un buen consejero en la política de nuestros tiempos.
-¿Afecta esto en la unidad de la Nueva Mayoría?
-Claro, por eso hay que llamar a la responsabilidad de quienes ocupamos cargos públicos. Ha habido una cierta distorsión en creer que uno se vale por sí mismo y se olvida que es parte de un colectivo. Esa es la invitación que estamos haciendo los socialistas, para que entre todos -porque todos hemos cometido errores- abramos una segunda etapa donde cada uno colabore.