Dice ser un "optimista moderado". Hernán Larraín Matte, abogado, cientista político y director del centro de estudios Horizontal -cuna del movimiento político Evópoli-, apuesta porque la centroderecha logrará reconquistar al electorado antes de las elecciones municipales de 2016. Da fe de que la reconstrucción del sector ya está en marcha, aunque reconoce que es un proceso poco identificable por la ciudadanía.
-¿A qué atribuye la poca importancia política que tiene la derecha?
-Primero, perdimos una elección duramente y Michelle Bachelet instaló su programa de forma muy potente. Pero mirando el mediano-largo plazo lo primero que hay que observar para entender que la centroderecha tiene un futuro interesante, es el fracaso de la Nueva Mayoría.
-¿Fracaso en qué sentido?
-Un fracaso político, de haber perdido la conexión con la ciudadanía; ideológico, porque su programa dejó de tener sentido para la opinión pública y ahora que vemos que fueron financiados por el yerno de Pinochet, un fracaso de esa superioridad moral que creían tener respecto de la centro derecha.
-La ciudadanía evalúa negativamente al gobierno en las encuestas, pero también castiga de forma muy dura a la derecha.
-La ciudadanía hoy abandonó a Bachelet, abandonó a la centro izquierda, pero no ve con claridad una alternativa. En la centroderecha lentamente se está generando ese espacio y lo primero que hay que recordar es que la centroderecha tiene una experiencia de gobierno relativamente exitoso en muchas dimensiones.
-¿Qué importancia le atribuye hoy a los cuatro años que la derecha pasó por La Moneda con Piñera?
-Hay un elemento muy duro, que es que la economía está estancada. Existe un contrapunto muy potente: el país de Piñera versus el país de Bachelet. El crecimiento, la generación de empleo y la estabilidad tienen una historia bien distinta en ambos gobiernos. Ese recuerdo habla de lo que la centroderecha le puede dar a Chile en el futuro y que hoy la centroizquierda no le da.
-¿La derecha ha logrado aprovechar la oportunidad que aparece con el "fracaso de la izquierda"?
-Hay un debate respecto de por qué fracasó y cómo se reconstruye el proyecto político de la centroderecha. Estamos haciendo un trabajo por dentro que es poco visible, pero hay un proceso de reconstrucción, y más aún, si se contrapone con la caída de la centroizquierda, la distancia entre la ciudadanía y las reformas y el inmovilismo del gobierno para llevar adelante su agenda.
-Esa reconstrucción, ¿va por conformar un partido único, como propone Andrés Allamand?
-Hay que reconstruir un grupo de fuerzas que le dé más bien diversidad a la centroderecha que homogeneidad. Conformar un partido único se asemeja a una derecha menos moderna y más tradicional, sería limitarse a una sola alternativa. Creo más en una federación, en un conjunto de caras. Parte del desafío de la centroderecha es que la clase media, que no encuentra respuesta en el sistema político, pueda ver en un grupo con distintas caras una alternativa que le dé sentido. La izquierda perdió una oportunidad al desconectarse del sentido común.
-¿Esas fuerzas se reconstruirán antes de las elecciones municipales?
-Estamos contra el tiempo y tenemos sentido de urgencia, pero el debate intelectual ya está ocurriendo.
-Con su optimismo, ¿descarta una derrota como la sufrida en 2012?
-Depende de lo que seamos capaces de hacer en los meses que vienen. La crisis de la política generará mucha abstención en el futuro y eso golpeará transversalmente a todo el sistema. Hay un gran desafío por identificar actores y discursos que reconquisten al elector.
-Considerando que la reconstrucción ha sido lenta, ¿qué autocrítica hace de su sector?
-Hay un pesimismo muy instalado, pugnas internas y cierta miopía de ver el día a día y no el proceso político a largo plazo, de no ver el tremendo fracaso que está teniendo hoy el proyecto de Michelle Bachelet. Nos haría bien cierta madurez política y cierto profesionalismo en ver que tenemos muchas más oportunidades en la medida en que logremos consensos sobre cómo conectarnos con una ciudadanía abandonada y que se siente muy huérfana.
LA UDI
-En cuanto a las formalizaciones por financiamiento de campaña, ¿está de acuerdo con la política de la UDI de esperar el juicio antes de actuar por sus militantes involucrados?
-La UDI y muchos sectores del gobierno han confundido la estrategia judicial con la estrategia política, relegando el principio de inocencia cuando la política exige estándares mucho más altos de probidad e integridad. Esta crisis le pasará la cuenta a todos aquellos que no enfrentaron con honestidad y de cara al país la forma en que se financió por mucho tiempo la política. Aquellos que juegan a que nada ha pasado pagarán un costo político más grande a largo plazo que aquellos que enfrentan con la verdad.
-¿Jovino Novoa juega a que nada ha pasado?
-Prefiero no apuntar con el dedo, sino establecer los criterios que parecen adecuados.