Aunque han pasado seis meses desde la fusión entre la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y la exSuperintendencia de Bancos (SBIF), todavía quedan temas pendientes. Al menos eso estima la Asociación de Funcionarios del exregulador bancario, que el 16 de diciembre pasado envió una carta al ministro de Hacienda, Ignacio Briones, solicitándole modificar el estatuto de personal que, a través de un Decreto con Fuerza de Ley (DFL), debe ingresar antes del 12 de enero a la Contraloría General de la República.
El año pasado el gobierno constituyó una mesa de trabajo con este grupo de trabajadores para buscar un acuerdo sobre las condiciones laborales que tendrían al ingresar a la CMF. Sin embargo, según señala la misiva, esta mesa se quebró en octubre de 2019, fecha en que Hacienda habría rechazado las peticiones de la Asociación de Funcionarios.
“Por delante tiene usted la responsabilidad administrativa de suscribir un DFL que nos impone un estatuto que soslaya una serie de derechos fundamentales (...) y que no respeta las condiciones mínimas de estabilidad laboral, otorgando amplias facultades a la Comisión para desvincular a todos los funcionarios sin expresión de causa, contabilizando como indemnización sólo la mitad de los años de servicio”, dice la carta.
Las peticiones
Los funcionarios de la exSBIF solicitaron al ministro Briones que se modifique el estatuto en al menos tres aspectos. El primero, es que se establezca el alcance de la norma sobre el período de inhabilidad que se aplicará a los funcionarios del regulador para trabajar en el sector privado una vez que cesen sus funciones en la CMF.
En segundo término, requieren a Teatinos 120 que a los trabajadores que sean desvinculados de sus cargos, se les computen la totalidad de los años de servicio en el regulador para el pago de la indemnización y no la mitad de ellos, como plantea el estatuto.
Por último, los empleados provenientes del exregulador bancario pidieron que se elimine la potestad que tiene el presidente de la CMF de desvincular a los trabajadores. Así, “para evitar que la CMF se transforme en un espacio en que se instale la arbitrariedad, con el riesgo que implica para el desempeño autónomo de los profesionales”.