Tal y como se esperaba, el Banco de Inglaterra ha optado hoy
por mantener los tipos de interés sin cambio, en el 5%. Las tensiones
inflacionistas aplazan todavía las opciones de un próximo recorte en los tipos,
en medio de la severa crisis inmobiliaria y de la amenaza de recesión que
afronta la economía británica.
En las horas previas a la decisión del Banco de Inglaterra
se conocían nuevas constataciones de la gravedad de la crisis inmobiliaria que
azota al Reino Unido. El precio de la vivienda bajó en agosto otro 1,8%, de
forma que el descenso interanual alcanza ya el 12,7%, según los datos de la hipotecaria HBOS. Este
porcentaje es el más elevado de toda la serie histórica, iniciada en 1983.
El mercado inmobiliario apenas ha podido frenar su caída
después de las tres rebajas de los tipos de interés acordadas por el Banco de
Inglaterra desde el pasado mes de diciembre. Después del parón confirmado hoy,
este ciclo bajista en los tipos podría continuar en los próximos meses, según
las previsiones que barajan los analistas.
Un recorte adicional en los tipos podría incluso llegar
demasiado tarde para evitar la entrada en recesión de la economía británica.
Pero la amenaza del crecimiento económico está acompañada de las mayores
presiones inflacionistas en más de una década. El IPC alcanzó el 4,4% en julio,
duplicando con creces el objetivo límite del 2% establecido por el Banco de
Inglaterra.
La debilidad de la economía británica se ha dejado sentir
claramente en la cotización de la libra. Esta misma semana marcó sus mínimos
históricos frente al euro, y acumula una pérdida del 12% frente al dólar en
apenas dos horas.