Por Shawn Donnan
Washington
La administración de Donald Trump está preparándose para ignorar los fallos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que vea como contrarios a la soberanía de Estados Unidos, según un documento filtrado que prepararon las autoridades. La medida marcaría un quiebre con la práctica del país y un golpe a la credibilidad de la institución internacional.
El duro informe, que se habría enviado al congreso ayer y al que tuvo acceso Financial Times, marca la primera vez que el Ejecutivo ha detallado sus planes comerciales por escrito. La Casa Blanca promete remecer la política comercial de EEUU y oponerse a lo que define como un sistema global disfuncional que ha beneficiado a China y a otras economías emergentes, a expensas de los trabajadores estadounidenses.
“Desde que EEUU ganó su independencia, ha sido un principio básico de nuestro país que los ciudadanos estadounidenses están sujetos sólo a leyes y regulaciones del gobierno estadounidense, no a las reglas de gobiernos extranjeros u organizaciones internacionales”, escribieron las autoridades en el borrador visto por FT. “En concordancia, la administración de Trump defenderá agresivamente la soberanía en materias de política comercial”.
El reporte, que detalla la agenda comercial del presidente Donald Trump para 2017, se conoce en momentos en que su administración examina alternativas al sistema de resolución de disputas de la OMC. También deja en claro el desdén con el que Trump y sus asesores ven la institución basada en Ginebra, en cuyo establecimiento en 1990 tuvo un rol central EEUU.
Washington enfrenta una serie de decisiones importantes de la OMC. Potencialmente la más relevante es una queja ante la OMC presentada en diciembre por China contra EEUU y la Unión Europea, por bloquear la solicitud del gigante asiático de ser tratado como una “economía de mercado” bajo las reglas de la institución.
Un fallo final podría tardar años. Pero si EEUU ignora una decisión a favor de China, ello podría tener grandes consecuencias para la OMC como vehículo de resolución de disputas comerciales antes de recurrir a guerras destructivas.
Un vocero de Wilbur Ross, el secretario de Comercio de EEUU y principal asesor en la materia para Trump, declinó hacer comentarios.
Haciendo eco de la promesa de Trump de renegociar acuerdos comerciales, el informe culpa a la OMC por permitir el crecimiento económico de China y no obligar a Beijing a cumplir sus reglas. “El presidente Trump ha pedido una nueva postura y la administración cumplirá esa promesa”, declaró. “Es hora de una postura más agresiva”, dijo.
La administración dijo que planea usar “todo el apalancamiento posible” para abrir los mercados extranjeros. Entre las herramientas que cita es una provisión conocida como la sección 301 de la Ley Comercial de EEUU de 1974, que permite al país imponer aranceles punitivos en países por discriminar contra bienes estadounidenses, pero que no se ha usado desde la creación de la OMC en 1995.
La medida, que se usó en 1980 contra Japón y otros socios comerciales, ha sido vista por años como un instrumento unilateral y agresivo. Pero en el informe, las autoridades del Ejecutivo la llaman “una herramienta poderosa para incentivar a países extranjeros a que adopten políticas más amigables con el mercado”.
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