Decepción de los agricultores y dudas sobre las cifras, las sombras para la reelección de Modi
Su mandato ha estado marcado por varias reformas, como la introducción de un impuesto a los bienes y servicios, un nuevo código de quiebra y su impulso a los pagos electrónicos. Pero no todos son optimistas.
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Un escenario complicado enfrenta el primer ministro de India, Narendra Modi, quien buscará la reelección junto a su partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP) en las elecciones generales, que empiezan el 11 de abril y se extenderán por cinco semanas.
Durante su campaña, Modi apeló a la creciente clase media urbana y a los votantes rurales, haciendo promesas de modernización económica, aceleración del crecimiento y la creación de millones de empleos, especialmente para los jóvenes.
Los inversionistas están entusiasmados con el desempeño de Modi, cuyo mandato ha estado marcado por varias reformas, como la introducción de un impuesto a los bienes y servicios, un nuevo código de quiebra y su impulso a los pagos electrónicos.
El apoyo de Modi también se ha visto impulsado a nivel local por su enérgica respuesta militar en las tensiones de los últimos días con Pakistán por un atentado a fuerzas paramilitares indias en Cachemira.
Pero no todos comparten el optimismo. A cinco años de asumir el poder, los agricultores se sienten decepcionados. Lo acusan de enfocarse sólo en el lobby de las grandes empresas, y no en el sector, que representa dos tercios del electorado.
Lejos de mejorar las condiciones de vida de los agrícolas, sus políticas han encogido un sector que lucha con terrenos cada vez más pequeños, bajos rendimientos y escasez de agua.
Tampoco se han creado empleos para los jóvenes que quieren escapar de las granjas, o complementar los menores ingresos de sus familias.
"Subieron mucho las expectativas y ahora es probable que sean castigados por eso", aseguró Gilles Verniers, profesor de ciencia política de la Universidad de Ashoka, a Financial Times.
Unas de las prioridades de Modi al asumir fue combatir la inflación de precios de los alimentos. En sus primeras semanas en el poder, su gobierno realizó allanamientos en bodegas donde se sospechaba que se acaparaban frutas y vegetales.
Implementó restricciones a la exportación de algunas cosechas, como las cebollas y papas. En paralelo se aumentó la importación de otros productos, como legumbres.
Si bien las medidas han sido exitosas en hacer caer los precios, economistas y agricultores coinciden en que ha tenido un alto costo para los granjeros, que ahora reciben menos pago por sus cosechas, a pesar de que sus costos de producción han aumentado, por el alza de la mano de obra, fertilizantes y pesticidas.
Los agricultores también se vieron golpeados por la decisión de prohibir el efectivo para impulsar las transacciones electrónicas. La medida, una apuesta por limitar la evasión tributaria, entró en vigencia en noviembre de 2016 y cerca de un 85% del efectivo circulante perdió su validez.
El problema para los agricultores es que dejaron de recibir efectivo contra entrega de sus cosechas, y ahora deben esperar días o semanas para recibir los pagos a través de las instituciones financieras.
Cifras cuestionadas
Pero este no es el único dolor de cabeza del primer ministro. El creciente debate sobre la credibilidad de las estimaciones oficiales de crecimiento llegó a su punto cúlmine la semana pasada, cuando un grupo de economistas y cientistas políticos publicaron una carta abierta expresando su alarma por la politización de los datos económicos.
"Cualquier estadística que ponga una pizca de duda sobre el logro del gobierno parece ser revisado o suprimido sobre la base de una metodología cuestionable", denunciaron 108 economistas y profesores de ciencia política de universidades de renombre de India y Estados Unidos, que fue recogida por el diario Financial Times.
Los signatarios -que incluyen a Abhijit Banerjee y Esther Duflo, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), exganadores del premio Libro de Negocios del Año de Financial Times- le piden al gobierno que "restaure el acceso e integridad de las estadísticas públicas".
La misiva llega en medio de un creciente escepticismo sobre las estimaciones del Producto Interno Bruto del país, que no están en sintonía con otros indicadores, como la inversión privada y el crecimiento del crédito.
La Comisión Nacional de Estadísticas, un organismo autónomo que se estableció en 2005 para elevar los estándares de recolección y análisis de datos, colapsó en enero cuando el último de sus miembros independientes renunció en protesta por la supresión de la encuesta de empleo y desempleo.
El sondeo, que ya había recibido la autorización de la comisión para ser divulgado, mostraba que el desempleo había subido a un máximo en 45 años, reportaron medios locales que tuvieron acceso a una copia filtrada del estudio.
Pero Modi afirma que la economía ha experimentado su expansión más rápida desde que el país comenzó a liberalizar su economía en 1991.
También ha descartado que la prohibición del efectivo haya tenido efectos negativos, a pesar del impacto en el sector de construcción y del cierre de varias pequeñas y medianas empresas.