Los líderes del conservador Likud,
Benjamín Netanyahu, y del centro derechista Kadima, Tzipi Livni,
aceleraron hoy los contactos políticos para conseguir del jefe del
Estado, Simon Peres, el encargo de formar gobierno en Israel.
Livni y Netanyahu cortejan a las formaciones de peso mediano para
sumar al menos 61 diputados cuando Peres convoque la próxima semana
las consultas para designar al primer ministro tras oficializarse
hoy los resultados de las elecciones del martes.
Tras contabilizarse el 0,3% de los votos cuyo recuento
quedaba pendiente, se confirma que Kadima tendrá 28 diputados frente
a los 27 de Likud, informó hoy el Comité Electoral Central.
Conscientes de que ambos partidos las necesitan para integrar una
nueva mayoría, las formaciones medianas han movido pieza para
imponer sus posturas en una negociación compleja y abierta.
La ultra-ortodoxa sefardí Shas está tratando de formar un bloque
con su equivalente asquenazí, Judaísmo Unido de la Biblia, para
quitar a Israel Beitenu el título de "partido bisagra".
Las dos formaciones religiosas suman dieciséis diputados (once de
Shas y cinco de Judaísmo Unido de la Biblia), uno más que el
ultraderechista Israel Beitenu, de Avigdor Lieberman.
Aunque los primeros representan la ortodoxia religiosa judía y
los segundos a la derecha xenófoba laica, el líder del Shas, Eli
Yishai, no excluyó hoy la posibilidad de compartir coalición de
Gobierno con Lieberman.
"Ya nos sentamos con él", recordó Yishai sobre el actual
Ejecutivo dirigido por Ehud Olmert -de Kadima-, que Israel Beitenu
abandonó el año pasado en protesta por el diálogo con la Autoridad
Nacional Palestina (ANP).
El líder del Shas subrayó además que el resultado de las
elecciones legislativas muestra que Israel "ha escogido a la
derecha" y, por tanto, deben generar un "Gobierno basado en el campo
nacionalista".
Intensas negociaciones
Mientras tanto, el Likud cortejaba a Lieberman con la cartera de
Finanzas, informa el diario "Haaretz".
Lieberman, que hace un mes sugirió lanzar una bomba nuclear sobre
Gaza, prefiere el Ministerio de Defensa.
Hoy, el líder ultraderechista declaró en la radio pública israelí
que sabe "exactamente" a quién va a recomendar a Peres para formar
Gobierno, pero que lo mantiene en secreto porque "aún es muy pronto"
para decirlo.
El día de las elecciones sí manifestó su preferencia por
Netanyahu, que apuesta un Gobierno con él como primer ministro
apoyado por Israel Beitenu y Kadima.
"Quiero crear una amplia coalición y quiero decir a los demás
partidos: 'Si estáis preocupados por el interés nacional, dejad de
lado vuestros intereses políticos y uníos a un Gobierno bajo mi
liderazgo'", dijo hoy Netanyahu al rotativo.
En este amplio Ejecutivo de unidad nacional, Livni seguiría al
frente de la diplomacia israelí y Shaul Mofaz, también del Kadima,
sustituiría al laborista Ehud Barak en Defensa, según "Haaretz".
La ley electoral israelí concede al jefe del Estado la función de
nominar al primer ministro y aunque la tradición política suele
adjudicar el cargo al candidato vencedor de las elecciones, Livni no
parece tener el suficiente respaldo en la cámara parlamentaria.
Generalmente las negociaciones suelen comenzar después de hacerse
el encargo de gobierno al vencedor, pero han sido adelantadas por el
virtual empate entre los candidatos y el hecho de que Netanyahu
cuente a priori con más apoyo.