Las señales de la inflación en el primer tercio del año: Marca un descenso en la Eurozona, pero se mantiene en Estados Unidos
El IPC en la Eurozona marcó un descenso a 2,4% interanual en marzo, marcando una diferencia con lo que sucede en Estados Unidos, que en el tercer mes del año subió más de lo estimado y se aceleró a 3,5% en 12 meses. En tanto, en Reino Unido se desaceleró a 3,2% año a año.
- T+
- T-
A dos años que iniciara la guerra en Ucrania y que los precios en el mundo se dispararán, se espera que este 2024 sea un año decisivo para la inflación y la relajación monetaria en los bancos centrales del mundo.
De hecho, en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó la economía mundial este año la inflación se reduce casi con tanta rapidez como aumentó. Así, proyectan que la inflación general pasará desde un promedio máximo de 9,4% en 2022 y haberse moderado a una media anual de 6,8% en 2023, a reducirse hasta el 5,9% durante este año y 4,5% en 2025.
No obstante, el organismo señaló que si bien las tendencias son alentadoras, aún no se llega a la meta y que hay razones para mantenerse alerta, como a los precios del petróleo que han aumentado recientemente, debido en parte a las tensiones geopolíticas, y la inflación de los servicios se mantiene obstinadamente elevada. Nuevas restricciones comerciales sobre las exportaciones chinas también podrían empujar al alza la inflación de productos.
Precios en las principales economías
En los primeros tres meses del 2024, la inflación ha dado señales mixtas en el mundo.
Entre las principales economías, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en la Eurozona marcó un descenso a 2,4% interanual en marzo, marcando una diferencia con lo que sucede en Estados Unidos, que en el tercer mes del año subió más de lo estimado y se aceleró a 3,5% en 12 meses. En tanto, en Reino Unido se desaceleró a 3,2% en el año a año.
A nivel subyacente -es decir, sin alimentos ni energía-, todas las economías estuvieron sobre lo proyectado, 3,8%, 2,9% y 4,2%, respectivamente.
Las cifras complican y dejan en diferentes escenarios las posibles bajas de tasas de los bancos centrales: la Reserva Federal mantiene su tasa referencial en el rango de entre 5% y 5,25%, el Banco Central Europeo (BCE) en 4,5% y Banco de Inglaterra (BoE, por su sigla en inglés) en 5,25%.
Desde Capital Economics señalan que “a primera vista, la desinflación básica parece haberse estancado o incluso revertido en EEUU, pero no en Europa, lo que sugiere que los recortes de la Reserva Federal se producirán mucho más tarde que los del BCE y el Banco de Inglaterra”.
El economista jefe adjunto para economía global de la firma, Simon MacAdam, explicó en un informe que a pesar de esto, la diferencia en la inflación subyacente no es tan grande entre la economía estadounidense y la europea. y en realidad, el progreso para volver a alcanzar los objetivos de los bancos centrales se ha desacelerado en las principales economías avanzadas.
Así, proyecta un “camino continuo, aunque accidentado” para que la inflación regrese a los objetivos de los bancos centrales este año. De acuerdo a las proyecciones, la Fed recortará sus tasas en septiembre, mientras que el BCE y el BOE lo harán en su próxima reunión de junio.
En el caso de China, su IPC de marzo también dio sorpresa y aumentó 0,1% interanual, por sobre las estimaciones del mercado y lo que llevó a cuestionar la recuperación de la demanda interna.
Entre sus principales factores, cayeron los precios de los alimentos, pasando de una baja de 2,7% interanual a una de 3,4%, en tanto repuntaron los de energía del 0,3% al 0,4%. Por su parte, la inflación subyacente bajó del 0,8% al 0,6%.
Al mismo tiempo, el Banco Popular de China ha mantenido su tasa sin cambios y mantuvo la facilidad de crédito a medio plazo a un año en el 2,5%.
Sin embargo, desde Bank of America señalan que la inflación aumentaría hasta 0,6%, generando un aumento gradual y lento de la presión sobre los precios a partir del segundo segundo trimestre de este año. En tanto, apuntan a que el posible retraso en los recortes de tasas de la Reserva Federal implica un margen limitado para que el Banco Popular de China aplique una flexibilización significativa en su tasa.