Desempleados semanales suben inesperadamente en EEUU, pero siguen bajo 800 mil

Junto con el aumento exponencial de casos de coronavirus en Estados Unidos durante las últimas semanas, y el cierre de escuelas públicas en Nueva York, también llegaron malas noticias en materia laboral.

El Departamento del Trabajo del país indicó esta mañana que 742 mil personas solicitaron subsidios por desempleo en la última semana, superando así las 709 mil peticiones reportadas durante el período anterior.

La cifra es también superior a la estimación de economistas, que esperaban que una cantidad similar de personas optara al beneficio en relación a lo dado a conocer el jueves pasado.

El aumento informado hoy fue el primero luego de cuatro semanas consecutivas de disminución, e implica que las solicitudes semanales siguen estando ampliamente por sobre los niveles pre-pandémicos, de más o menos 200 mil desempleados cada semana.

Al analizar la situación por estados, Illinois registró la mayor caída, de 20.632 solicitudes, mientras que Florida, Nueva Jersey y Washington también informaron disminuciones significativas, de casi 10 mil el primero y sobre 8 mil los otros dos. Por el contrario, Massachusetts sufrió el mayor aumento a nivel nacional, con 9.303 desempleados nuevos.

Desde otra perspectiva, las solicitudes continuas -de quienes reciben el beneficio por al menos dos semanas consecutivas y que se retrasan una semana- cayeron en 429 mil a 6,37 millones, el mínimo desde la llegada de la pandemia al país.

Sin embargo, el programa de Asistencia por Desempleo Pandémico -que contempla a independientes y a quienes quedan fuera de los beneficios habituales- sufrió un aumento de casi 24 mil personas, llegando a 320.237 según los últimos datos reportados.

Los nuevos datos se dieron a conocer cuando los contagios y las hospitalizaciones siguen marcando máximos que no habían sido registrados durante la pandemia. Si bien los asesores del presidente electo Joe Biden han descartado una cuarentena total para acotar los contagios, hay preocupación por parte de los economistas de que nuevas restricciones localizadas puedan implicar aumentos en el desempleo, además de los impactos sobre la actividad económica en general.