Banco central argentino restringe salida de ganancias de los bancos y gobierno anuncia alza del salario mínimo de 35%
Como reacción inmediata, el denominado "dólar contado con liquidación" se disparó hasta un máximo de 63,5 pesos argentino, subiendo 10% en el día.
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La administración de Mauricio Macri resolvió elevar el salario mínimo en 35% luego de una reunión del Consejo del Salario, en medio de una severa crisis de confianza en los mercados ante el inminente retorno de un gobierno populista.
El aumento se llevará a cabo en tres cuotas, de la siguiente manera: 12% en agosto, 10% en septiembre y 13% en octubre. De esta forma, el salario mínimo pasará de 12.500 pesos argentinos actualmente a 16.875 en octubre (US$ 283,6 al tipo de cambio de hoy).
La reunión se realizó en la sede de la cartera de Trabajo hasta donde llegaron funcionarios, sindicalistas y empresarios. Los representantes de los trabajadores exigían igualar el piso de las remuneraciones con el costo de la canasta básica, de 31.000 pesos argentinos, lo que habría significado un aumento de más de 140%.
Restricción a giro de utilidades
Por su parte, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció medidas para tratar de resguardar la liquidez del sistema mientras que los inversionistas temerosos sacan sus dólares del país.
La autoridad monetaria buscó de esta manera limitar el giro de utilidades de los bancos al exterior exigiéndoles autorización previa para la realización de dicha transferencia.
De esta manera, el BCRA intenta implementar un control de capitales a los bancos y a las utilidades que estos generen en el país a partir de sus operaciones.
Fuentes de la entidad aclararon que la medida "solo corresponde a las entidades nancieras, no otro tipo de empresa", informó el medio local El Cronista.
"Con esta medida se garantiza que se mantenga la liquidez del sistema, para que los depositantes puedan hacerse de la liquidez que demanden", declaró la autoridad.
Pese a las explicaciones, la medida trajo de inmediato el recuerdo de lo peor de la debacle financiera argentina de comienzos de la década de 2000, cuando el gobierno trasandino debió aplicar duros controles cambiarios, al igual que restricciones al retiro de depósitos, como el denominado "corralito".
Como reacción inmediata, el denominado "dólar contado con liquidación" se disparó hasta un máximo de 63,5 pesos argentino, subiendo 10% en el día.