Las preocupaciones por la debacle bursátil en China y la desaceleración de la segunda mayor economía global se tomarán la reunión anual de los banqueros centrales más influyentes del mundo, que se congregarán mañana y el sábado en Jackson Hole, Wyoming. Ayer el índice de referencia chino Shanghai Composite volvió a bajar, pese que las autoridades inyectaron más liquidez al sistema financiero.
En una jornada marcada por la volatilidad, la bolsa de Shanghái cerró con una caída de 1,3%, después de subir hasta 4,3% y luego caer hasta 3,9%. El índice ya ha perdido la mitad de su valor desde mediados de junio, a medida que aumentan las preocupaciones de que las valuaciones estén injustificadas ante el débil panorama económico.
El mercado no repunta pese a que el Banco Popular de China realizó ayer una nueva inyección de liquidez en el sistema bancario, por 140 mil millones de yuanes (US$ 21.800 millones), un día después de llevar a cabo otra inyección por 150 mil millones de yuanes.
Asimismo, el gabinete anunció ayer que disminuirá los aranceles comerciales y respaldará a las empresas de leasing financiero, reduciendo la burocracia y la eliminando los requerimientos de capital mínimo registrado.
Una expansión más veloz podría reducir los costos de endeudamiento de las firmas, impulsar la inversión de capital y llevar a las empresas a subir en la cadena de valor, dijo el Consejo Estatal tras una reunión semanal.
"El sentimiento dominante es que los inversionistas quieren liquidar sus posiciones, sin importar lo que haga el gobierno chino", aseguró Ronald Wan, director ejecutivo de Partners Capital International, a Bloomberg. "La confianza ya está dañada. Las dudas sobre la efectividad de las políticas están creciendo. El mercado se mantendrá bajo una presión vendedora por un tiempo".
El índice de referencia de la zona euro, el Euro Stoxx 600, bajó 1,75%, pese a que el Banco Central Europeo parece haber dejado la puerta abierta para un mayor estímulo monetario. En Estados Unidos, el Standard & Poor's 500 rebotó 3,9%.
Cita de banqueros
La desaceleración de China también ha provocado una caída en los precios de los commodities, lo que ha revivido la amenaza de una deflación global. Los banqueros centrales y economistas que se darán cita en Jackson Hole tendrán como tema central de la agenda la inflación y la respuesta de política monetaria.
Pero otro de los factores que ha causado volatilidad, especialmente en los mercados emergentes, es la expectativa de un alza de las tasas de interés de la Reserva Federal en EEUU, lo que podría provocar una fuga de capitales desde los países en desarrollo.
Los analistas esperan que el oficial de mayor rango de la Fed en la reunión, el vicepresidente Stanley Fischer, entregue señales sobre el momento en que el banco central subirá las tasas de interés de referencia, que se encuentran en un mínimo histórico de cero a 0,25% desde diciembre de 2008.
Los grandes ausentes de la cita de este año serán la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Eso elevará el escrutinio de cualquier declaración que realice Fischer. El banquero participará el sábado en un panel con el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney; el vicepresidente del BCE, Vitor Constancio; y el gobernador de India, Raghuram Rajan.
Pero ayer el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, enfrió las expectativas de un posible aumento de las tasas en septiembre por las recientes turbulencias en los mercados.
"En este momento, la decisión de comenzar el proceso de normalización en la reunión de septiembre del comité de política monetaria me parece menos imperiosa que hace pocas semanas", declaró ante periodistas uno de los miembros más influyentes dentro de la Fed, en la señal más clara hasta ahora de que los temores por la desaceleración de China podrían influir en la política monetaria estadounidense.
Dudley subrayó que el comité, que se reunirá el 16 y 17 de septiembre, necesita recibir "información adicional sobre cómo se está desempeñando la economía de EEUU y los acontecimientos en el mercado financiero internacional" en las semanas previas a la cita.
El responsable del banco central de Nueva York reconoció que "los acontecimientos internacionales han aumentado en cierto modo los riesgos a la baja para el crecimiento".
Los inversionistas han recortado la posibilidad de que la Fed suba las tasas en septiembre a un 28%, desde un 48% la semana pasada. Algunos analistas están apuntando ahora a octubre, un mes que antes estaba prácticamente descartado porque no hay una conferencia de prensa agendada para el término de esa reunión.
Pero la cita ha vuelto al radar de los observadores porque diciembre -cuando se producirá la siguiente reunión- es un mes problemático, ya que es hay menor liquidez en el sistema en esa época del año.
La Fed ha señalado por meses que subirá las tasas este año. "Van a querer moverse un poco antes de diciembre, de otro modo su credibilidad comenzará a desaparecer", aseguró David Keeble, director de estrategia de renta fija para EEUU de Credit Agricole, a Bloomberg. Los operadores le otorgan un 33,8% de posibilidades a la opción de un aumento de los tipos el 28 de octubre.
Pérdida de liquidez
La volatilidad de los mercados se ha visto acrecentada luego de la sorpresiva devaluación del yuan el 11 de agosto y de que el viernes una encuesta privada mostrara que las manufacturas chinas están en su nivel más débil en seis años.
El martes, el banco central chino anunció que recortaría las tasas de interés y los requerimientos de reserva de los bancos horas después del cierre el martes, luego de que la bolsa cayera 7,6%.
"La reducción del ratio de requerimiento de reservas del banco central no puede compensar la pérdida de liquidez que resultó de la depreciación del yuan", aseguró Chia Woon Khien, administrador de portafolio de Nikko Asset Management Asia.