El creciente movimiento de protestas por la violencia de la policía en contra de la comunidad afroamericana está cruzándose con la campaña presidencial estadounidense en formas que podrían tener consecuencias poderosas, pero impredecibles, para los dos partidos.
En las últimas dos semanas, activistas del grupo Black Lives Matter han interrumpido eventos de campaña del demócrata Bernie Sanders y de los republicanos Martin O'Malley y Jeb Bush, y sostuvieron una tensa reunión con la demócrata Hillary Clinton la semana pasada, lo que quedó documentado en un video que se ha hecho viral en días recientes.
El movimiento está planteando preguntas difíciles para el Partido Demócrata, cuya estrategia para 2016 incluye apelar a los votantes blancos de clase trabajadora al tiempo que aseguran el apoyo de los afroamericanos que ayudaron a Barack Obama a ganar dos elecciones. Pero la respuesta republicana al movimiento también plantea un riesgo para el partido.
Black Lives Matter (las vidas de los afroamericanos importan) nació como un "hashtag" después de la absolución en 2013 de George Zimmerman por el fatal tiroteo del adolescente de raza negra Trayvon Martin en Florida. Pero en medio de las controversias que rodean a las muertes de varios afroamericanos desarmados por parte de la policía, incluyendo a Eric Garner en Nueva York y Michael Brown en Ferguson, se ha convertido en un movimiento de protesta provocador e influyente que busca confrontar lo que ve como un racismo institucional en la policía y el sistema judicial.
Provenientes de una generación muy alejada de los candidatos en la carrera presidencial, los activistas del grupo se apoderaron del escenario en un evento de Sanders, el senador de Vermont, y abuchearon al ex gobernador de Maryland O'Malley cuando respondió a un espectador molesto diciendo que "todas las vidas son importantes".
El encuentro más interesante fue una reunión de 30 minutos que sostuvieron activistas la semana pasada con Clinton, después de que inicialmente se les negara el ingreso a uno de sus eventos en Boston. En medio de una campaña que ha sido criticada por ser muy estructurada, el intercambio respetuoso, pero incómodo, entregó un vistazo de Clinton diciendo lo que piensa.
"No creo que uno cambie los corazones. Creo que uno cambia las leyes, la distribución de los recursos, la forma en que operan los sistemas", dijo sobre cómo enfrentar el racismo. Uno de los activistas la acusó de "culpar a las víctimas".
El incómodo intercambio expuso una de las principales tensiones de la campaña de Clinton. La favorita demócrata está ansiosa por mejorar la reputación del partido ante los votantes de clase trabajadora, algunos de los cuales pueden agradecer verla discutir tan firmemente con un grupo de activistas que ha sido criticados por interrumpir eventos de campaña. "Hillary Clinton fue captada diciendo algunos cosas sensibles sobre la raza", dijo una editorial del New York Post sobre el video.
Sin embargo, ella también quiere intentar recrear una gran parte de la coalición que llevó a Obama al poder y que incluye a blancos educados, latinos y afroamericanos.
Dado que los demócratas se han vuelto crecientemente dependientes de los votos de los afroamericanos, hay riesgos para Clinton si se muestra condescendiente o displicente con un grupo como Black Lives Matter.
De hecho, Clinton tiene una vulnerabilidad específica que llega al corazón del movimiento: es la ley de justicia criminal de 1994 aprobada por su esposo Bill la que los activistas creen que es una de las principales razones para la alta tasa de afroamericanos actualmente en prisión.
Los líderes de Black Lives Matters no han escondido el hecho de que están apuntando a los candidatos demócratas porque podrían ser más empáticos con su agenda.
Daunasia Yancey, una de las activistas que se reunió con Clinton, dijo al programa de noticias Democracy Now que "es una práctica llamada 'mapeo del poder', donde se mapea quién es más cercano a uno en el tema y uno se acerca a esas personas primero para obligarlas a expresar su posición y entonces pedirles cuentas".
Pero pese a que los demócratas han enfrentado la mayor parte de la presión, el movimiento Black Lives Matter también ha planteado interesantes preguntas a los republicanos.
Unas de las metas del partido es revertir su lamentable reputación entre los votantes afroamericanos, muchos de los cuales estarán atentos para ver cómo responden los candidatos presidenciales del partido a las acusaciones de violencia policial.
Ben Carson, el único afroamericano en la carrera republicana, usó el foco en Black Lives Matter para argumentar que las políticas respaldadas por los demócratas le están fallando a los afroamericanos.
Mike Huckabee, el ex gobernador de Arkansas, sugirió que el movimiento estaba contradiciendo las enseñanzas de Martin Luther King. "Cuando escucho a personas gritar que las vidas de los afroamericanos importan, pienso, por supuesto que sí. Todas las vidas importan", dijo a CNN el martes. "No es que una vida importe más que la otra. Ese era todo el mensaje que King intentaba presentar".
Después de que activistas protestaron en un evento de Bush en Nevada la semana pasada, algunos de sus adherentes les gritaron de vuelta: "las vidas de los blancos importan".