La bolsa de China volvió a desplomarse ayer, con el índice Shanghai Composite retrocediendo 7,6% a su menor nivel desde diciembre. Más de 2 mil empresas listadas en los dos principales índices de China bajaron el límite diario permitido de 10% y sólo 24 acciones subieron. La caída de ayer se sumó al denominado "lunes negro" de la jornada anterior, cuando Shanghái se hundió 8,5%.
El nuevo descenso confirmó la percepción de los analistas de que las autoridades han dejado de intervenir en el mercado comprando acciones para apoyar a los inversionistas.
Sin embargo, tras el cierre de las bolsas Beijing anunció nuevas medidas para impulsar la economía. El Banco Popular de China recortó las tasas de interés y bajó los requerimientos de reserva de los bancos por segunda vez en dos meses. La autoridad monetaria redujo la tasa para los préstamos y depósitos a un año en 25 puntos base a 4,6%, y anunció que reducirá además los requisitos de reserva en 50 puntos base a 18% a partir del 6 de septiembre, lo que inyectará liquidez a un sector bancario que ha estado reacio a otorgar préstamos.
"El crecimiento de China aún enfrenta una presión a la baja, y la tarea de estabilizar el crecimiento, ajustar instituciones, avanzar las reformas, beneficiar las vidas de las personas y evitar los riesgos es extremadamente ardua", explicó el banco en un comunicado separado.
"Los mercados financieros globales también han mostrado recientemente fluctuaciones relativamente grandes, y hay necesidad de un uso más flexible de las herramientas de política monetaria para la creación de un ambiente de política monetaria que sea más propicio a la reestructuración económica", agregó.
Para los analistas, ésta es una señal de estímulo económico más que monetario. "Pese a que tiene algunos elementos que entregan alivio al mercado, esto se trata más de entregar un impulso real a la economía de modo que el gobierno pueda seguir cumpliendo su meta de crecimiento de 7%", dijo Liu Li-Gang, economista para China de ANZ Bank, a Reuters.
Liu dijo que el recorte en el ratio de reservas fue el elemento más significativo, ya que inyectaría 650 mil millones de yuanes (US$ 101 mil millones), en la economía y aliviará los temores de un "aterrizaje forzoso".
Bolsas en azul, menos en EEUU
La intervención del gobierno fue interpretada inicialmente de forma positiva por los inversionistas globales, que están preocupados por el estado de la economía china desde que Beijing devaluó sorpresivamente el yuan el 11 de agosto.
Esta jugada generó una "carrera hacia el fondo" en las monedas de los mercados emergentes, en un ambiente en que los países en desarrollo ya estaban siendo golpeados por una salida de capitales por la caída en los precios de los commodities y la expectativa de un alza de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Los temores se vieron acrecentados además luego de que una encuesta privada mostrara el viernes que las manufacturas chinas están en su nivel más débil en seis años. La falta de una respuesta de las autoridades durante el fin de semana y el lunes agravó la incertidumbre y provocó una ola de ventas.
Pero ayer, tras los anuncios, las bolsas rebotaron con fuerza. En Europa, el Euro Stoxx 600 cerró con un alza de 4,71% y los principales indicadores nacionales aumentaron más de 3%. En Latinoamérica, el Bovespa brasileño subió 0,47% y el IPC mexicano avanzó 1,3%.
En EEUU, en cambio, se produjo una jornada de alta volatilidad, donde las ganancias de la mayor parte del día se evaporaron en las últimas dos horas de operación. El índice Standard & Poor's 500 llegó a subir hasta 2,9%, para luego cerrar con caída de 1,4%.
El rally de la mañana fue impulsado por informes que mostraron que las compras de viviendas nuevas rebotaron en julio y que un reporte separado consignó que la confianza de los consumidores estadounidenses subió más de lo esperado en agosto, llegando a su mayor nivel en ocho años. Sin embargo, "las personas no están seguras sobre lo que pasará en el extranjero, y esa incertidumbre está ganando", dijo Stephen Carl, analista de Williams Capital Group, a Bloomberg.
"Lo que necesitamos para calmar a los inversionistas son datos positivos de China y sólo cuando veamos eso estos rally serán sostenibles", aseguró Xavier Smith, director de inversiones de Centre Asset Management, a Reuters, antes de que las alzas se revirtieran.
Caída del mercado podría costarle el cargo al primer ministro
La agitación provocada por China que ha sacudido los mercados globales en las últimas semanas ha golpeado también al Partido Comunista chino, dejando al premier Li Keqiang luchando por su futuro político.
Entre los funcionarios del partido y las personas con conexiones políticas en Beijing, el tema candente es si Li se verá afectado por lo que se percibe como una mala gestión del mercado de valores y por la mayor desaceleración del país.
"La posición de Li se ha vuelto más precaria a consecuencia de la crisis actual", dijo Willy Lam, experto en política china de la Universidad de Hong Kong. "Si la situación empeora y si llega un punto en que (el presidente Xi Jingping) realmente necesita un chivo expiatorio, Li será la apuesta".
Li y el vice premier Ma Kai diseñaron el ahora desacreditado plan para rescatar el mercado de valores a principios de julio, cuando el gobierno tomó medidas sin precedentes para apuntalar las acciones. En las últimas cuatro sesiones, el índice de referencia de China ha perdido 22% y parece que el gobierno ha abandonado la estrategia de Li de apoyar a los inversionistas con grandes compras a través de las compañías estatales.
Aunque la élite del partido le culpe por su manejo de la crisis, la mayoría de los analistas sostienen que su destitución es demasiado peligrosa para el prestigio y credibilidad del partido y que seguirá en el cargo al menos hasta el próximo congreso del partido, en 2017.
Para los expertos, Li es el premier más débil en décadas, en parte por la agresiva concentración de poder que ejerce Xi, que ha establecido y coordina docenas de "pequeños grupos líderes" que supervisan todas las aristas políticas y sociales del país. Estos grupos tienen mayor estatus que las entidades estatales que se supone que deben estar a cargo de estas áreas.
Li también ha sido criticado por afirmar que no devaluarían el yuan y después ejecutar la medida. Algunos se han burlado de la incongruencia de sus declaraciones ya que muestra la desconexión del gobierno cuando se trata de la carnicería al mercado de renta fija. Tras iniciar el plan para apuntalar el mercado en julio, la prensa estatal citaba a Li asegurando que la economía china estaba en buena forma y en senda ascendente, sin referencias a las turbulencias del mercado. Tras la caída de 8,5% de este lunes, el premier hizo un llamado para el desarrollo de la industria 3D en China.
"En ningún otro país que enfrente semejante crisis veríamos a altos funcionarios salir a tranquilizar a la gente, pero desde julio, ningún peso pesado político ha salido a contar lo que está pasando o qué planea hacer el gobierno, afirmó Lam. "Esto alimenta las especulaciones de que hay una división real en la cima del partido".
"Hay constantes rumores de que Li está a punto de ser sustituido pero se debe en parte a que tiene el trabajo más difícil de hacer", dijo Kerry Brown, director del Centro de Estudios de China en la Universidad de Sydney. "Sería muy riesgoso reemplazarle en este punto, pero es posible que encuentren una forma de guardar las apariencias y desplazarlo en el próximo congreso del partido".
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