La economía estadounidense creció mucho más de lo esperado en el segundo trimestre impulsada por el gasto de los consumidores y las empresas, lo que entregó calma a los mercados en una semana en que había predominado la volatilidad por las preocupaciones por la desaceleración de China. Pero ese robusto desempeño pone presión también sobre la Reserva Federal, que debe decidir si sube las tasas de interés en septiembre.
El Producto Interno Bruto -el valor de todos los bienes y servicios producidos- creció a una tasa anualizada de 3,7%, superando todas las estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg, y ubicándose por encima del 2,3% que el Departamento de Comercio había estimado el mes pasado.
Uno de los motores de la expansión fue el consumo de los hogares estadounidenses, impulsado por el aumento en el empleo, el creciente precio de las viviendas y menores costos de los combustibles, factores que probablemente seguirán impulsando a la economía en la segunda mitad del año.
El otro motor fue el alza récord en los inventarios, que apuntaló a los manufactureros, que han sido golpeados por la apreciación del dólar y la caída en la demanda de los mercados emergentes.
"La economía se ve sólida", dijo a Diario Financiero Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan Chase, quien proyectó un crecimiento de 3,4%. "El gasto del consumidor ha sido sólido, ahora estamos viendo cada vez más fuerza en la vivienda y, finalmente, algunas señales de vida en el gasto de capital de las empresas".
Desafío para la Fed
El informe pondrá presión sobre los miembros del comité de política monetaria de la Reserva Federal que se reunirán el 16 y 17 de septiembre para discutir si el crecimiento es lo suficientemente sólido como para soportar el primer aumento de la tasa de interés de referencia desde 2006.
Pese a que el mercado laboral se ha recuperado con fuerza desde que terminó la recesión, la inflación se mantiene muy por debajo de la meta del banco central. Asimismo, la debacle bursátil de China, que en los últimos días arrastró a las bolsas mundiales, también podría pesar en un retraso del incremento.
Los inversionistas han recortado la posibilidad de una acción en septiembre a un 28%, desde un 48% la semana pasada. Y ahora le otorgan un 33,8% de posibilidades a la opción de un aumento de los tipos el 28 de octubre.
William Dudley, el presidente de la Fed de Nueva York, enfrió el miércoles las expectativas de un alza de tasas el próximo mes, al decir que el argumento de ajustar la política monetaria le parecía ahora "menos imperioso que hace unas semanas" debido a los riesgos a la baja en el crecimiento por los desarrollos internacionales.
Pese a que el incremento de los inventarios es un factor transitorio que no impulsará el crecimiento en el resto del año, la cifra reveló una fortaleza amplia en la economía, con los consumidores, las empresas y el gobierno gastando e invirtiendo más de lo estimado inicialmente.
A pesar de la apreciación del dólar y de los temores de que esto tuviera un impacto en las exportaciones, el comercio neto aportó 0,2 punto porcentual a la expansión. Las ganancias corporativas, en tanto, subieron 2,4%.
Un informe separado del Departamento del Trabajo mostró que menos estadounidenses solicitaron beneficios por desempleo la semana pasada. Las solicitudes bajaron en 6 mil a 271 mil en la semana que terminó el 22 de agosto.
"La economía recuperó una gran cantidad de impulso en el segundo trimestre y toda la evidencia de la actividad y datos de empleo de julio sugieren que el impulso continuó hacia el tercer trimestre. Aún esperamos que el PIB avance cerca de 2,5%", aseguró Paul Ashworth, economista jefe para EEUU de Capital Economics, en una nota a clientes.
Jennifer Lee: "Si la volatilidad persiste, podría impactar las perspectivas"
La economía estadounidense tuvo una expansión mayor a lo previsto en el segundo trimestre del año. La segunda lectura del Producto Interno Bruto, publicada ayer por el Departamento de Comercio, arrojó un sólido crecimiento de 3,7% anual, frente al 2,3% anunciado a fines de julio, apoyado en el consumo y el gasto de las empresas. Para Jennifer Lee, economista senior de BMO Capital Markets, es sin duda una buena noticia. La cifra ha superado las previsiones de los economistas, en el caso de BMO, se esperaba un avance de 3,3%, explica a DF desde sus oficinas en Toronto (Canadá).
- ¿Cree que este robusto crecimiento se mantendrá en lo que queda de año?
- Hemos visto muy buenos datos para julio y, en general, también para junio, lo que sugiere que este positivo impulso se mantendrá durante el tercer trimestre. La gran pregunta es la volatilidad en los mercados financieros. Como han señalado los portavoces de la Reserva Federal esta semana, si la volatilidad negativa persiste, esto podría dañar de alguna manera la perspectiva para Estados Unidos. Pero este escenario se produce sólo si la volatilidad persiste.
- ¿Qué factores han sido decisivos en este impulso al crecimiento?
- Considero que el crecimiento del mercado laboral ha sido el impulso de la robusta demanda (interna).
- Algunos funcionarios de la Fed han señalado que quizá septiembre no sea el mejor momento para aplicar un alza en las tasas referenciales dado el escenario externo. ¿Qué cree que pesará más en la reunión de septiembre, los sólidos datos locales o la inestabilidad externa?
- Nosotros seguimos contando con que habrá un alza de tasas en septiembre pero, de nuevo, esto depende de la persistencia de la volatilidad del mercado. La Fed está evaluando, por un lado, los datos económicos y, por otro, la volatilidad del mercado. Al menos los datos están yendo por la dirección adecuada y esto es mucho más importante.
- ¿Cree que la desaceleración de China y la agitación de los mercados impactarán sobre el PIB del tercer trimestre?
- La desaceleración de China no impactaría materialmente sobre el PIB del tercer trimestre, aunque sí impactará negativamente sobre el comercio.
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