Hermanos Calderón Volochinsky ofrecen el 2,5% de Ripley para zanjar quiebre familiar
Andrés, Lázaro y Michel le plantearon a su hermana Verónica quedarse con acciones adicionales por US$ 53 millones, lo que fue rechazado.
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Un arreglo amistoso fue el que buscaron Andrés, Lázaro y Michel con su hermana Verónica Calderón Volochinsky, antes de que se hiciera público el conflicto que desencadenó el quiebre familiar por la propiedad de Ripley.
La menor del clan sostiene que tras un aumento de capital realizado en 2011, sin su consentimiento, se diluyó su participación en la firma. Por el contrario, los tres hermanos hombres destacan que la operación fue visada por todos los integrantes de la familia, que controla el 53% de la compañía que tiene un valor en bolsa de US$ 2.125 millones.
Para mantener la diferencia bajo reserva y no exponer al clan ante la opinión pública, los hermanos le propusieron a Verónica cederle aproximadamente el 2,5% de la empresa, paquete accionario valorado en unos US$ 53 millones.
Hoy, ella controla un 7,9% de la compañía de retail, y sus tres hermanos un 15,03% cada uno.
Según varias fuentes consultadas, Verónica había consentido inicialmente la propuesta, con lo cual habría quedado con más del 10% de la firma fundada por su padre Alberto y su tío Maxo.
No obstante, las mismas fuentes destacan que la menor del clan finalmente decidió no aceptar la oferta de sus hermanos tras asesorarse con el abogado penalista Juan Pablo Hermosilla.
Hoy, las relaciones están quebradas. Mientras algunos señalan que la oferta para Verónica sigue vigente, otros afirman que los hermanos decidieron no insistir en un acuerdo amistoso luego de relevarse el conflicto.
El caso Yarur
Juan Pablo Hermosilla tiene experiencia en litigios familiares. Fue el abogado de Jorge Yarur Bascuñán cuando éste se enfrentó a su primo Luis Enrique Yarur, presidente y controlador del BCI.
Este conflicto se desató en 2013, cuando el dueño del Museo de la Moda acusó que cuando vendió sus acciones del banco, en 1994, se le pagó menos del precio de mercado de ese momento. La otra rama de los Yarur –asesorada por los abogados Luis Ortiz Quiroga, de Puga & Ortiz, y Álvaro Ortúzar- calificaron la acción de Jorge como un montaje jurídico-comunicacional.
Jorge hizo una solicitud de medidas prejudiciales probatorias respecto de Luis Enrique, como paso previo para presentar una demanda por la compra que éste hizo de 32,5 millones de acciones que el dueño del museo y su madre tuvieron hasta 1994.
Tras ocho meses de varios tira y afloja a través de la prensa, en 2014 Empresas Juan Yarur -presidida por Luis Enrique- acordó pagar alrededor de US$ 100 millones a su primo Jorge para evitar acciones judiciales en su contra.
Pese a que en el entorno de Yarur Rey estaban seguros que las acciones de su primo no tenían futuro, el empresario habría preferido cerrar la polémica cuanto antes y así evitar un eventual daño al prestigio del banco.
Misma opción habrían buscado los Calderón Volochinsky, pero hasta ahora sin éxito.
Según fuentes cercanas a los hermanos -que cuentan con la asesoría de Pedro Pablo Gutiérrez-, la opción de llegar a un acuerdo con su hermana siempre ha estado sobre la mesa, pese a que –sostienen en el entorno- los cuestionamientos de Verónica no tendrían asidero.
Hasta ahora, su abogado Juan Pablo Hermosilla ha buscado información respecto al origen de los cuestionamientos de su clienta hacia sus hermanos.
En lo que hay claridad es que el 25 de marzo de 2011 se firmó la escritura pública del aumento de capital que fue suscrito por Andrés, Lázaro y Michel. El documento también cuenta con la firma de Verónica.
Sin embargo, según el entorno de la menor del clan, nadie le habría mencionado que esta operación reduciría su participación en la multitienda. Extraoficialmente, se estima que el perjuicio que reclamaría sería superior a los US$ 100 millones, que es el valor en bolsa del 5% de Ripley.
Hasta ahora, su abogado no ha iniciado ninguna acción ante la Justicia, pero ya se ha planteado que la opción está vigente.
Consultado por Diario Financiero, el abogado Hermosilla dijo que no se referirá al tema.
El rol de los hermanos
En cada apertura de una nueva tienda de Ripley, e incluso cuando la empresa se abrió a bolsa en 2005, Lázaro Calderón Volochinsky ha preferido estar en un segundo plano. Siempre evita los flashes y los micrófonos. Las entrevistas que ha dado son contadas. Por esto, la disputa familiar ha sido una situación compleja para él.
Lázaro es hijo de Alberto Calderón Crispín, quien junto a su hermano Maxo, que falleció en 2015, fundó Ripley. Ha dedicado toda su vida a la empresa, rotando por distintas áreas, hasta que en 1987, Lázaro y su hermano Andrés se hicieron cargo de la empresa. El primero como CEO y el segundo como director.
Lázaro ha impulsado el desarrollo de la multitienda. Sus hermanos participan en las decisiones desde el directorio, pero en el caso de Michel Calderón, su foco está en la Inmobiliaria Imagina.
Verónica, que por largo tiempo vivió en EEUU, retornó el año pasado a Chile.