El estudio encabezado por Roberto Guerrero (Guerrero Olivos) y su ex socio, Jorge Garay, resolvieron separar aguas tras casi 9 años de joint venture en la firma especializada en Propiedad Intelectual Garay Guerrero.
Tras ello informaron que seguirán prestando servicios en forma independiente, ahora bajo el nombre de Garay IP por un lado, mientras que Guerrero Olivos optó por retomar esta práctica internamente.
Así es como decidió fichar al ex Alessandri, Diego Morandé, para liderar el área por su destacada trayectoria en litigios complejos de infracciones de derecho de autor, marcas y patentes.
Morandé entregó a Diario Financiero los primeros lineamientos de lo que busca con su gestión,
señalando que el objetivo de este nuevo esquema del estudio en temas de Propiedad Intelectual es "mantener el camino recorrido hasta ahora, pero ampliando el espectro de servicios que el área ha prestado históricamente, de modo de consolidar un espacio relevante en la disciplina".
Objetivos que, a juicio de Morandé, deberían lograrse de la mano de la marca y plataforma que tiene Guerrero Olivos en el mercado. Sobre los desafíos de la práctica en el país, el especialista enfatizó que esta materia ha adquirido cada vez más una mayor relevancia y también se ha ido sofisticando.
"Si antes la preocupación se limitaba a registrar la marca, hoy las empresas están comenzando a preocuparse del tratamiento que se le da a la innovación dentro de su actividad de una manera más orgánica, y a mirar la propiedad intelectual como un conjunto de resguardos y protecciones, preventivas y reactivas", destacó el profesional.
Otros ajustes
Pero este no es el único cambio que ha realizado Guerrero Olivos en el último tiempo. La firma sumó recientemente a tres nuevos socios: Macarena Ravinet, Sergio Yávar y Marco Zavala, quienes cuentan con amplia trayectoria en temas corporativos y de litigios.