Las alzas de los aranceles por parte de Estados Unidos remecieron al mundo y los mercados el pasado 2 de abril. Ello, pues no solo significan una profundización de la guerra comercial, sino que también son malas noticias para la economía de esa nación.
Incluso, el viernes el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, indicó que mientras se hace cada vez más evidente que los aumentos arancelarios serán “significativamente mayores” de lo previsto, también “es probable que lo mismo ocurra con los efectos económicos, que incluirán una mayor inflación y un crecimiento más lento”.
Todo un remezón que se reflejó en nuevas proyecciones para el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación y la trayectoria de las tasas de interés de la mayor economía del planeta, según analistas locales e internacionales.
Solo bastaron horas para que el mercado-afuera y en Chile- concluyera que mayores aranceles golpearán el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, cuya expansión el Fondo Monetario Internacional (FMI) la preveía en enero de 2,2% para este año, misma estimación que hizo en marzo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).Esto como parte de un cuadro, que como describe BCA Research, donde se verán precios de importación más altos, una menor capacidad de la Reserva Federal para recortar los tipos de interés, una disminución de los beneficios empresariales y la inversión, un aumento de la incertidumbre económica, un endurecimiento de las condiciones financieras y represalias contra las exportaciones estadounidenses.
Y este mix, dijeron, le restará al PIB estadounidense más del 0,5% a 1% previsto por las encuestas de Bloomberg y el FMI.
Ahora, las probabilidades que le da BCA a la recesión se sitúan en 75%.
El director para Latinoamérica de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño, estima que el crecimiento de EEUU perderá entre 0,5 a 0,7 punto porcentual este año, de tal forma que el crecimiento se situará en alrededor de 1,3% (antes preveía un 1,9%). En Capital Economics esperan que se acerque al 1,5% anualizado en los próximos cuatro trimestres.
Basado en estudios del FMI y JPMorgan, Bci Estudios calcula que la tasa arancelaria promedio se ubicará en torno a 23%, lo que implicaría una contracción cercana a 1,8% para el PIB de EEUU, y si la guerra comercial escala aún más, se podrían ver hasta tres décimas adicionales de impacto negativo.
Mientras que el economista jefe de Apollo, Torsten Slok, prevé que le restará 1,5% al Producto de la mayor economía del mundo. “Si estos niveles de aranceles se mantienen durante varios meses y otros países toman represalias, se producirá una recesión en EEUU y en el resto del mundo”, advirtió.
En The Budget Lab de Yale calcularon que los aranceles por sí solos reducen el tamaño de la economía estadounidense tanto a corto como a largo plazo. El crecimiento real del PIB estadounidense será inferior en 0,5 pp. en 2025 y en 0,1 pp. en 2026.
A su vez, desde Tax Foundation apuestan a que, en total, dicha acción contrae el PIB estadounidense un 0,8%.
En el caso del mercado laboral, se espera un mayor costo productivo para las empresas, lo que resultará en un aumento en el desempleo y en menores salarios, mencionó el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Christian Ferrada.

Más inflación en el corto plazo, pero se abriría el espacio a recortes en la tasa hacia fin de año
Otro impacto económico de los mayores aranceles se reflejaría en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la mayor economía del mundo.
“Los precios al consumidor y al productor van a recibir presiones al alza generadas por las tarifas arancelarias a las importaciones del resto del mundo, en donde el consumidor será el que más va a cargar con el costo de los mayores precios”, sostuvo Coutiño.
En esa línea, para la economista jefa de Fintual, Priscila Robledo, se hace poco probable que la inflación cierre el año por debajo de 3%.
Y el gerente de estudios de Gemines, Alejandro Fernández, planteó que en el corto plazo -segundo y tercer trimestre- se verán alzas de precios que elevarán la inflación, pero que puede comenzar a desaparecer a comienzos de 2026.
Se estima que la inflación podría incrementarse en un punto porcentual hacia finales de este año, calculó Ferrada.
“Dado que las importaciones representan aproximadamente el 10% del consumo, un aumento del tipo arancelario efectivo de aproximadamente 25% añadirá aproximadamente un 2,5% al nivel de precios del IPC, lo que significa que a finales de este año cabría esperar que la inflación del IPC se sitúe muy por encima del 4%”, señalaron desde Capital Economics en un reporte.
En estas circunstancias, la consultora sigue esperando que la Reserva Federal opte por mantener las tasas de interés sin cambios durante este año.
“Si bien es muy probable que los aranceles generen al menos un aumento temporal de la inflación, también es posible que sus efectos sean más persistentes”, declaró Powell el viernes. “Nuestra obligación es mantener las expectativas de inflación a largo plazo bien ancladas y asegurarnos de que un aumento puntual del nivel de precios no se convierta en un problema de inflación persistente”, agregó al tiempo que el Presidente Donald Trump lo llamó a reducir las tasas.
“En el corto plazo la Fed va a mantener una posición más bien dura, demorando las reducciones en la tasa, pero cuando haya evidencia clara de que la economía está enfrentando problemas, comenzará a bajarla”, proyectó Fernández.
El economista apostó por una baja “tal vez” en junio y una o dos veces más antes de fines de año. En 2026 puede que algo más.
Coutiño, por otro lado, cree que la Fed va a privilegiar el rescate de la economía por sobre el combate a la inflación, o sea, se rendirá ante la posibilidad de una flexibilización monetaria. Y espera entre dos y tres recortes en la tasa de referencia durante la segunda mitad del año.
El retorno de la tarifa aduanera al nivel de los ‘30 impactará en el ingreso de los hogares más vulnerables
Las barreras comerciales anunciadas desde el inicio de la segunda administración de Trump, podrían empujar la tasa arancelaria promedio de EEUU desde el 2,5% registrado en 2024 a un 16,5%, siendo la más alta desde 1937, dice una investigación de Tax Foundation.
Con esto, estiman que las importaciones caerían en cerca de US$ 800 mil millones este año, lo que es un 25% del total.
The Budget Lab -centro de investigación de la Universidad de Yale- indica que tan solo los aranceles del 2 de abril empujarían la tasa al nivel de 1938, pero sumando todas las medidas, alcanzaría el 22,5%, similar al de 1909.
Además, indican que los aranceles en total podrían recaudar en 10 años cerca de US$ 3,1 billones (millones de millones) si es que se mantuvieran en rigor los cuatro años de Gobierno y tomando en consideración las represalias, pero advierten que tendría US$ 582 mil millones en efectos dinámicos negativos sobre los ingresos.
Tax Foundation, por su parte, explica que este ejercicio los ingresos fiscales federales aumentarán en 0,85% del PIB -o US$ 258.400 millones-, siendo el mayor incremento impositivo desde 1982.
Los aranceles son mayores que las alzas de impuestos promulgadas durante los mandatos de los presidentes George H. W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama.
The Budget Lab también menciona que los anuncios del 2 de abril equivalen a una pérdida promedio de US$ 2.100 por hogar a corto plazo.
Un impacto que sería 2,6 veces más imporante para los hogares del segundo decil de renta que para los del tramo superior.
Para un hogar del segundo decil de renta más baja, la política arancelaria supone una pérdida anual para el consumidor de US$ 980, mientras que para los deciles del medio la carga se eleva a US$ 1.700 y, en el caso de los superiores, es de US$ 4.600.
Al sumar todos los aranceles a la fecha, los ingresos disponibles del segundo decil tendrían una baja de 4% de sus ingresos disponibles, frente a la contracción de 1,6% del decil superior. Así, el costo anual promedio para los hogares del segundo, quinto y décimo decil asciende a US$ 1.700, US$ 3 mil y US$ 8.100, respectivamente.
Desde ING, el economista internacional jefe, James Knightley, indicó en un reporte que es más probable que solo el 75% de los aranceles se transfieren al consumidor, lo que significaría un costo adicional de US$ 1.350 por cada estadounidense.
En caso de ser el 100%, serían alrededor de US$ 1.800 por cada persona.