El PIB de Chile sube 2,3% en el primer trimestre y logra su mejor crecimiento desde el segundo trimestre de 2022
La demanda interna, en tanto, aumentó 2,0% reflejo de un mayor consumo e inversión, informó el Banco Central.
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En el primer trimestre del año 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,3% respecto de igual período del año anterior, en su mayor expansión desde el segundo trimestre de 2022, informó el lunes el Banco Central.
"La demanda interna, en tanto, aumentó 2,0% reflejo de un mayor consumo e inversión. Por su parte, las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios exhibieron incrementos, con un efecto neto al alza en el crecimiento del PIB. Respecto al trimestre anterior, cifras con ajuste estacional dieron cuenta de una aceleración de 1,9% en la actividad económica", dijo el Banco Central en su informe Cuentas Nacionales.
Durante el primer trimestre de 2024, la cuenta corriente registró un déficit de US$104 millones, que representa el 0,1% del producto interno bruto (PIB). Con ello, el déficit acumulado en un año equivale al 3,7% del PIB. El resultado se explica por el saldo deficitario de las rentas y la balanza comercial de servicios, que fue en gran parte compensado por el superávit de la balanza comercial de bienes.
Por su parte, la cuenta financiera registró entradas netas de capital por US$683 millones, reflejo, principalmente, de la inversión extranjera directa en Chile y el mayor endeudamiento de Empresas y Gobierno.
Al cierre de marzo 2024, la posición de inversión internacional (PII) neta disminuyó su saldo deudor respecto del trimestre precedente, hasta ubicarse en US$53.822 millones. El resultado respondió, principalmente, al efecto de la depreciación del peso con respecto al dólar sobre el stock de pasivos.
Desde la perspectiva del gasto, la expansión de la demanda interna fue acompañada por un aumento en las exportaciones netas. A su vez, tanto la inversión como el consumo aumentaron.
La entidad explica que la inversión fue incidida por una mayor variación de existencias, la que alcanzó un ratio acumulado en doce meses de -0,3% del PIB. En contraste, la formación bruta de capital fijo (FBCF) se redujo 6,1%, en particular en su componente de maquinaria y equipo.
Por su parte, el consumo de los hogares presentó una variación de 0,6%, producto de un mayor gasto en servicios y en bienes no durables, mientras que el consumo de bienes durables cayó.
El consumo de gobierno, a su vez, sube un 4,3%, en línea con un incremento en los servicios de salud.
Respecto del comercio exterior, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron 3,2% y las importaciones lo hicieron en 1,6%. En el primer caso, el resultado se explicó por mayores envíos de bienes, en particular de productos frutícolas y mineros –carbonato de litio y cobre–. En el caso de las segundas, estas fueron impulsadas por las internaciones de bienes industriales, destacando los combustibles y vestuario y calzado; detalla el reporte.
Desempeño por sectores
Desde la perspectiva del origen, gran parte de las actividades exhibieron cifras positivas; donde minería, EGA y transporte presentaron las mayores incidencias al alza. En tanto, los servicios empresariales, la pesca y la construcción cayeron. En términos desestacionalizados, la aceleración del PIB se sustentó en las actividades de minería, comercio, transporte y servicios empresariales, reporta el ente autónomo.
La industria minera anotó un crecimiento de 7% debido a la extracción de cobre y, en menor medida, de minerales no metálicos. “El buen desempeño en la minería del cobre se explicó por mejores leyes del mineral y a la puesta en marcha de una nueva planta concentradora”, asegura el informe.
En tanto, la manufactura presentó un alza de 1,1% incidida por una mayor producción de celulosa y papel y, en menor medida, por combustibles y químicos, y madera y muebles. A su vez, la actividad de la construcción se redujo un 1,1% reflejo de una menor actividad en los servicios especializados. Eso sí, las obras de ingeniería y la edificación crecieron.
Por otro lado, la actividad suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (EGA) aumentó un 17,8%, liderada por la generación eléctrica en base a energías renovables. El instituto emisor destaca el aumento de los recursos hídricos y la energía solar y eólica.
En el caso del comercio, este cayó un 0,4% debido al desempeño del componente automotor; mientras que las ventas minoristas y mayoristas aumentaron. “El retroceso registrado en el comercio automotor se explicó, principalmente, por una menor venta de vehículos. También incidió en el resultado una caída en los servicios de reparaciones”, se lee en el reporte.
A su vez, el aumentó en la actividad transporte (7%) fue generalizado, con la excepción del componente terrestre de carga. Resaltaron por su incidencia el transporte aéreo, los servicios conexos y, en menor medida, el transporte terrestre de pasajeros.
La actividad agropecuario-silvícola aumentó 1,1%, resultado que fue determinado por la silvicultura. Este efecto fue compensado, parcialmente, por una caída en la fruticultura. Por su parte, la agricultura y ganadería aumentaron. Mientras que la caída de la pesca (-10,7%) se debió a menores desembarques de peces y a una caída en las cosechas de la acuicultura.
En el caso de los servicios, los empresariales retrocedieron 1,4% debido mayormente a las actividades profesionales. En tanto, el alza de los servicios personales (1,6%) fue explicado por la salud.
El instituto emisor señala que el crecimiento de la actividad económica del primer cuarto de 2024 fue menor en dos décimas respecto al cierre preliminar del Imacec (de 2,5 a 2,3%). Lo anterior se explicó, principalmente, por la actualización de los indicadores de coyuntura y por el proceso de conciliación de los cuadros de oferta y utilización trimestral.