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DF Lab Opinión / 2025: el año de los agentes de inteligencia artificial
Este 2025 es el inicio de una nueva era de operaciones potenciadas por IA. En adelante, las tareas serán más autónomas y rápidas, completando en minutos lo que antes tomaba horas"
Por: Patricio Cofré, socio de Consultoría en Inteligencia Artificial y Datos de EY
Publicado: Lunes 7 de abril de 2025 a las 12:06 hrs.
Patricio Cofré, socio de Consultoría en Inteligencia Artificial y Datos de EY.
En 2025, la inteligencia artificial llega a un punto de inflexión con la aparición masiva de los agentes de IA. Estos sistemas autónomos perciben su entorno, toman decisiones y actúan por cuenta propia para lograr objetivos. En otras palabras, la IA deja de ser una herramienta pasiva para convertirse en un colaborador activo en múltiples industrias.
Los agentes de IA combinan la IA generativa con capacidades de razonamiento y acción autónoma. Pueden leer datos de sensores, imágenes y voz, consultar bases de datos, sistemas internos y ejecutar acciones sin intervención humana directa. Además, aprenden de cada iteración: si una estrategia falla, ajustan su enfoque y mejoran la siguiente vez. También pueden coordinarse entre sí (multi-agentes), o involucrar a humanos en su proceso de decisión y acción.
Impacto en la industria energética
Los agentes de IA ya optimizan la generación y distribución eléctrica. En redes inteligentes balancean oferta y demanda en tiempo real, analizando consumo y clima para anticipar picos y evitar sobrecargas. En plantas de energía pueden vigilar turbinas y paneles para anticipar fallas (mantenimiento predictivo) y gestionar sistemas de respaldo cuando es necesario. El resultado: un sistema eléctrico más eficiente, con menos apagones y mejor aprovechamiento de las energías renovables.
Impacto en la minería
La adopción de IA busca mayor seguridad y eficacia en operaciones mineras. En 2025 se expandirán las máquinas autónomas: camiones y perforadoras inteligentes operan sin conductor, navegando entornos peligrosos y tomando decisiones al vuelo. Esto reduce accidentes y permite operar 24/7, aumentando la productividad. En exploración, agentes analizan datos geológicos para descubrir vetas minerales ocultas con más precisión, ahorrando tiempo y costos. Además, monitorean el entorno para detectar riesgos ambientales. Incluso el mantenimiento es proactivo: sistemas inteligentes predicen averías y planifican reparaciones antes de que algo falle, minimizando paros imprevistos.
Impacto en la manufactura
Las fábricas se vuelven inteligentes y autónomas de la mano de estos agentes. Pueden coordinar líneas de producción: ajustan la velocidad de máquinas, según la demanda y redistribuyen tareas para evitar cuellos de botella. Conectados a la cadena de suministro, reprograman la producción o rutas logísticas en segundos ante demoras o cambios. El control de calidad también mejora: cámaras con IA identifican defectos y el sistema aprende de cada error para afinar el proceso. Si cierta pieza falla con frecuencia, el agente ajusta parámetros o alerta al personal antes de que se produzcan lotes enteros defectuosos. Incluso en el diseño de productos, la ingeniería generativa permite a la IA proponer mejoras (piezas más ligeras, resistentes o baratas), acelerando la innovación.
Hacia el futuro
Este 2025 es el inicio de una nueva era de operaciones potenciadas por IA. En adelante, las tareas serán más autónomas y rápidas, completando en minutos lo que antes tomaba horas. Por ejemplo, la inspección de una mina o fábrica con drones inteligentes, que solía tomar bastante tiempo y acciones manuales, ahora pueden avanzar hacia una mayor autonomía. Las empresas que adopten agentes de IA lograrán saltos en productividad e innovación, mientras las rezagadas pueden quedarse atrás. Eso sí, estos agentes no reemplazan a las personas, sino que las complementan como aliados que asumen el trabajo rutinario, dejando a los profesionales enfocarse en la creatividad y la estrategia. En resumen, 2025 esperamos que sea recordado como el año en que la IA dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una realidad transformadora en energía, minería y manufactura.