El exvicepresidente del Banco Central y exministro de Hacienda Manuel Marfán dice estar “convencido” de que la economía chilena está en un mejor pie este 2025.
Resalta que, además de subir la proyección de crecimiento para el año a un rango de 1,75%-2,75% en su Informe de Política Monetaria (IPoM) del lunes, la semana pasada el Banco Central ya había subido el PIB de 2024 de un crecimiento de 2,5% según la estimación del Imacec, a un 2,6% en las Cuentas Nacionales.
“El IPoM también mejoró la proyección de ahorro como proporción del PIB y la proyección de inversión. Hay un conjunto de datos más positivos”, dice. “Las preocupaciones, por otro lado, que mostró el Banco Central tienen que ver mucho más con la incertidumbre internacional que con temas internos, y con que la inflación se tardará en converger a 3%, lo que ocurriría a comienzos del próximo año”, agrega.
Somos una economía abierta y receptores de las reglas del juego internacional. Nunca hemos sido creadores de esas reglas. Pero hay países que lograron hacer su desarrollo exportador en condiciones aún más adversas"
-¿Qué es lo que usted más rescata de este IPoM?
-Hay un hecho que me llamó mucho la atención. Y es que por primera vez en 17 años las exportaciones reales están creciendo significativamente por sobre el PIB, con un dinamismo extraordinario, en particular del sector silvoagropecuario y, hace bastantes trimestres, también con un crecimiento notable de las exportaciones de servicios.
-El Banco Central destacó el dinamismo de las exportaciones como un factor del mayor crecimiento…
-Eso es muy importante. Si uno mira la historia, entre el año 1985 y el año 1997, las exportaciones crecieron prácticamente todos los años por sobre el PIB. En ese período, en promedio, crecieron al 9% las exportaciones y en torno a 6% el PIB. Eso significa que el dinamismo de las exportaciones tiró para arriba el Producto. Pero desde la crisis de los países desarrollados, que se inicia a fines el año 2007, comienzos del 2008, prácticamente todos los años las exportaciones crecieron por debajo del PIB. En promedio, entre 2007 y 2023, las exportaciones crecieron 0% y el PIB en 2,6%. Muchos se preguntan de dónde viene la desaceleración de la última década. A mi juicio, este es uno de los factores más importantes, no el único, pero sí uno importante.
-¿Y eso se está revirtiendo?
-El año 2024 las exportaciones crecieron 6,6% y el PIB 2,6%, y la propia proyección del Banco Central en su IPoM señala que las exportaciones van a seguir creciendo por sobre el PIB hasta el año 2027. El Fondo Monetario Internacional y la OCDE predicen lo mismo. Entonces, lo que vemos es que Chile está en camino a retornar al desarrollo exportador que nunca debió perder, porque es la manera como las economías emergentes se acercan a las economías desarrolladas. Si hasta hace poco el futuro para Chile se vía con un crecimiento mediocre, hoy parece que podría ser algo menos mediocre, pero hay una oportunidad de hacerlo más dinámico.
-¿Y este tránsito es debido a factores exógenos o a políticas internas?
-Es cierto que el tipo de cambio ha estado alto, lo cual ayuda mucho, pero también ha habido una acción inteligente de parte del Gobierno -que no ha sido inteligente en todo- en promover el desarrollo de las energías limpias, del hidrógeno verde y sus derivados, o el cambio de visión que tuvieron respecto del litio. Recordemos que llegaron con la idea de hacer una empresa nacional del litio, pero luego la comisión que yo presidí dijo que era una muy mala idea. Entonces, creo que en términos generales el Gobierno está dando señales de políticas de apoyo al desarrollo exportador, pero, al mismo tiempo se hace muchos autogoles, que yo he llamado niñerías, como el proyecto que fija un nuevo fraccionamiento entre la pesca artesanal e industrial, que se está discutiendo ahora y vemos lo que está generando.
-¿Considera que es un mal proyecto?
-Está muy mal hecho. Por ejemplo, hay sectores donde están dando la exclusividad a los pescadores artesanales, pero no hay pesca artesanal y sí hay pesca industrial. Eso es absurdo. Eso afecta a las exportaciones. ¿Por qué el Gobierno no ha dado cifras de cuánto es el volumen de exportaciones que se pierden con esta idea o cuánto es la recaudación de impuestos que se pierde? Creo que sería una excelente idea, especialmente ahora, con el alboroto que se ha armado, que el ministerio más serio que tiene el Gobierno, que es el Ministerio de Hacienda, se meta en este tema.
-¿Que se meta para hacer qué?
-Tiene que haber una revisión más arriba que el subsecretario de Pesca. Evidentemente la pesca artesanal es muy importante y se necesitan zonas exclusivas, no estoy en contra de eso. Lo que estoy diciendo es que técnicamente hay que ver los costos y beneficios que tiene en cada una de las movidas de esa frontera. Y, como decía, en algunas zonas es puro costo y no tiene ni un beneficio.
-Un mundo más incierto con la embestida arancelaria de Trump, ¿es una amenaza para este mayor dinamismo exportador?
-Sí, por supuesto. Somos una economía abierta y receptores de las reglas del juego internacional. Nunca hemos sido creadores de esas reglas. Pero hay países que lograron hacer su desarrollo exportador en condiciones aún más adversas. Los países escandinavos, y nórdicos, para decirlo más genéricamente, lo hicieron entre las dos guerras mundiales. Corea partió en los 60, cuando la economía era mucho más proteccionista que hoy día. Es cierto que las condiciones son adversas, pero eso mismo debiera empujarnos a ser más proactivos en tratar de mejorar la competitividad de la economía chilena.
-¿Qué puede hacer Chile en ese contexto?
-Creo que Chile va a ser relativamente menos afectado. Chile exporta principalmente concentrados de cobre, pero a Estados Unidos exporta cobre refinado, que es bastante menor respecto del volumen de exportaciones, y ese es al que le van a subir los aranceles. Además, tienen que seguir comprando. Por otra parte, dudo mucho que Estados Unidos le ponga un impuesto al litio, porque se quedaría atrás en la carrera por las nuevas tecnologías más basadas en la electricidad que en el petróleo. Y para la fruta tampoco se sabe qué harán, pero no sería tan dañino, porque Chile exporta contra estación a Estados Unidos. Pero aún falta mucho, hay que estar alerta, porque daño a la economía mundial va a haber, pero aún no se sabe cuánto.
-En su IPoM el Banco Central bajó la proyección de crecimiento mundial y su presidenta Rosanna Costa dijo que como economía pequeña y abierta no tenemos capacidad de aislarnos de lo que pasa en el resto del mundo.
-El mundo efectivamente va a ser más complicado y muchos países lo van a pasar más mal. Pero al final, lo que más importa para efectos de qué tan mal o bien se pasa, es tener buenas políticas internas. De eso debemos preocuparnos.
“Un crecimiento del 2% no es suficiente para mantener la paz social”
-¿Este impulso exportador debiera también ser una prioridad del próximo Gobierno?
-Y de todos los que vienen. Pasamos cuatro gobiernos, que son 16 años, en que el desarrollo exportador no fue tema y se hizo absolutamente nada para retomar ese camino previo. En este Gobierno sí se han hecho cosas -con algunos autogoles- y los próximos gobiernos tendrán que seguir ese camino. Esto es un proceso que puede empezar a tirar el crecimiento por encima de esta trayectoria mediocre en torno al 2% que tenemos.
Así como en los 90 había una alta pobreza, hoy el país tiene una mayoría de clase media, con enormes necesidades y el crecimiento aporta recursos para que esa clase media pueda tener un mejor futuro. Lo que se requiere en una sociedad para que haya una aceptación del sistema es que exista la perspectiva de que, mayoritariamente, cada generación le entrega a la siguiente un país mejor que el que recibió. Eso fue lo que hizo mi generación y no sé si está ocurriendo hoy día.
-¿Cree que Chile se acostumbró en todos estos años a crecer al 2%?
-Eso sería muy peligroso, porque con eso los ingresos fiscales crecen muy poco, en una sociedad que es cada vez más demandante. Y eso a la larga es explosivo. Ya lo vimos en el estallido. Un crecimiento del 2% no es suficiente para mantener la paz social. Por eso hay que hacer todos los esfuerzos para crecer más.
-Al inicio de este Gobierno el crecimiento no era prioritario, pero hoy sí se plantea como muy relevante, ¿qué le parece?
-El Presidente Boric participó en tres elecciones seguidas: la primaria, que fue contra Jadue, la presidencial general y después el balotaje contra Kast. En ese proceso hubo mucho cambio de tono en el programa, pero aun así, a mi juicio, el programa con que llegó al Gobierno era un conjunto de chiquilladas. Por ejemplo, la política respecto de las policías era hacerles clases de derechos humanos a los carabineros. Con el problema de seguridad que tenemos, esa era la propuesta. Se planteaba crear la empresa nacional del litio, revisar los acuerdos comerciales y votar en contra del TPP 11… Pese a todo eso, yo siempre he tenido buena opinión de Boric. Creo que es bastante inteligente. Es de los pocos de esa generación que se mezcló con el resto del país. La mayoría de los dirigentes estudiantiles conversaban solo con otros dirigentes estudiantiles y se convencieron de que eran moralmente superiores. Pero el mayor acierto de Boric es que logró convencer a Mario Marcel que fuera su ministro de Hacienda.
-Eso redujo la incertidumbre…
-No solo bajó la incertidumbre, sino que permitió dar la señal de que no iban a dejar la embarrada.
-En el último año de Gobierno y con las elecciones encima ¿cuál debiera ser la prioridad?
-Seguir dando apoyo a Mario Marcel, es decir, persistir en no dejar embarradas. Dicho eso, en Chile no hay evidencia de que exista un ciclo político en la economía como en Estados Unidos. La regla fiscal ayuda mucho para esos efectos. El problema de los años electorales es que se hace cada vez más difícil legislar, porque los sectores se atrincheran. Sin embargo, esta vez podría ser distinto. En la última elección municipal, en la coalición de Gobierno, el gran ganador fue el Socialismo Democrático y cayó muy fuertemente la votación del Partido Comunista y el Frente Amplio. Y en la derecha, el gran perdedor fue el Partido Republicano y el gran ganador fue Chile Vamos. Entonces, nos estamos yendo a buscar el centro y tengo la sensación de que, si finalmente llegamos a un balotaje en la elección presidencial, será entre los candidatos del Socialismo Democrático y de Chile Vamos.
-Carolina Tohá y Evelyn Matthei.
-Todavía no está claro, porque falta una definición.
-El apoyo del PS, su partido, a Tohá…
-Sí, pero yo espero que le vaya bien. No tengo ningún temor a decirlo. El punto es que, así como en la elección anterior el balotaje fue entre Kast y Boric, que se veían en ese momento como los dos extremos -aunque resultó que Boric no lo fue tanto-, la próxima elección presidencial será entre la centroderecha y la centroizquierda y ese escenrio es mejor para la economía que el que teníamos en 2021, cuando veníamos del estallido social y un país estaba más polarizado.
Tasa de interés: “Dos rebajas este año y una el próximo”
-En su IPoM, el Banco Central también subió la proyección de inflación para este año de 3,6% a 3,8%. ¿Por qué ha costado tanto bajarla y ya llevamos cuatro años sobre el 3%?
-Sí, pero todo el mundo estaba con inflaciones altísimas, producto de la pandemia, las medidas confinamiento y todos los problemas que hubo en las cadenas de abastecimiento. Desde entonces ha bajado, pero ahora estamos pagando los costos de una pésima política en el estallido y que fue el congelamiento de las tarifas eléctricas, y que después con el Covid se ratificó. Lo que está pasando ahora es que las tarifas eléctricas no solamente tienen que llegar a su nivel normal, sino que tienen que seguir subiendo. Ese es un factor que ha pegado fuerte y la principal razón para explicar la porfía de la inflación.
-Si la palabra más usada por el BC en su presentación del IPoM fue “cautela”, ¿ve espacio para nuevas bajas de tasas este año o ya no?
-En este momento tenemos una tasa de 5% y la TPM de largo plazo que llamamos tasa neutral es 4,25%. Entonces quedarían tres bajas de 25 puntos base. Para llegar a eso, el corredor de la TPM que presenta el Banco Central implícitamente está diciendo que habría dos rebajas este año y una el próximo y yo creo que eso así será. Pero el Banco Central también dice que, como la incertidumbre externa es mayor por las políticas de Trump y porque falta mucha información, cualquier cosa puede esperarse y, por lo tanto, el escenario puede cambiar. Por eso el corredor de la TPM es mucho más ancho que de costumbre, lo cual significa que los posibles desvíos también son mayores. Frente a esos mayores riesgos, “cautela” es la palabra correcta. 
