Pero para que los países desarrollados puedan ejercer su papel como motores de la economía global y ayudar a otras regiones, "necesitamos tener nuestra casa en orden, es decir, tenemos que controlar la inflación, ya que es la única forma de volver al crecimiento sostenible", apuntó Botín.
Marco regulatorio
A partir de ahí, también pidió un esfuerzo a los Gobiernos por facilitar marcos regulatorios predecibles y, sobre todo, justos para que el sector financiero pueda contribuir y "ser parte de la solución" a la hora de resolver las incertidumbres que planean sobre la economía global.
Por un lado, se refirió a las diferentes leyes que regulan la actividad de los bancos y, por ejemplo, las fintech que trabajan con nuevos sistemas de pago. O incluso con criptomonedas. "No hay competencia justa; aunque todos hacemos lo mismo". También animó a avanzar en la regulación del mundo cripto, "reduciendo riesgos y aportando transparencia". De hecho, "el dinero es digital desde hace mucho tiempo", eso no es nuevo.
En cualquier caso, la clave es que sean normas "justas" que permitan a la banca ser ágil a la hora de responder a los nuevos desafíos que se enfrenta.
"Hay muchas oportunidades y, como bancos, queremos participar, pero al mismo tiempo es un reto; necesitamos un marco que aporte seguridad y sea proporcional", insistió Ana Botín.
Esta idea aplica también a la financiación de la transición verde. "Si algo nos ha enseñado la guerra en Ucrania es que necesitamos una energía en la que podamos confiar, que sea renovable y asequible". Eso sí, "necesitamos que los Gobiernos creen un marco sobre el que poder trabajar", que sea predecible.
Tras unos años difíciles, Botín aseguró que, "como sector, estamos preparados para hacer frente a lo que venga", con capital suficiente y una situación de empleo sólida.
Vuelta a la oficina
En este contexto, la innovación se vuelve clave. "Nuestros clientes quieren todo más rápido, mejor y más barato". Más tecnología, nuevas soluciones. Por eso, Ana Botín defendió ayer que "es esencial que volvamos a la oficina", en línea con la tendencia mayoritaria de las entidades financieras en Wall Street.
La presidenta de Santander insistió en que su filosofía "es que necesitamos seguir ofreciendo flexibilidad y posibilidades de conciliación". Pero eso no es incompatible con volver físicamente a las oficinas. "La forma en que creamos soluciones y resolvemos problemas es colaborando en personas, no a través de una videollamada", apuntó.