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“Las empresas están incorporando rasgos de las startups para sobrevivir. Entonces, que haya un emprendedor en los directorios ayuda”

La cofundadora de Jooycar, María Paz Gillet, dijo que el ecosistema emprendedor se ha democratizado gracias al desarrollo tecnológico digital y puso el foco en crear equipos con capacidades complementarias.

Por: Isabel Ramos | Publicado: Viernes 2 de agosto de 2024 a las 13:39 hrs.
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María Paz Gillet, emprendedora y directora de empresas. Foto: Julio Castro
María Paz Gillet, emprendedora y directora de empresas. Foto: Julio Castro

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Hace 25 años María Paz Gillet fundó su primer emprendimiento y desde ahí fue sumando la creación de otras startup, ligadas en su mayoría al e-commerce. Hoy es directora de empresas y desde esa posición analiza cómo ha sido el avance del ecosistema emprendedor y, sobre todo, las oportunidades y desafíos que tienen las mujeres.

Según la cofundadora de Jooycar el emprendimiento femenino enfrenta todavía dos principales barreras. “La primera es la representatividad: hay pocos casos de éxito para que las mujeres podamos mirar esos roles y aprender de ellos. Y la segunda es el acceso a financiamiento, ya que según el Foro Económico Mundial, en 2022 un 2% de la inversión en capital de riesgo fue a emprendimientos liderados por mujeres, y un 15% de los que hacían los cheques eran mujeres”.

En su caso, dice, las trabas han disminuido porque se ha rodeado de los mejores talentos. “Creo mucho en la unión de hombres y mujeres buscando un propósito común. En mis emprendimientos he sincerado las capacidades que tiene cada persona. La idea es que así como en el género, en todas las características busquemos complementos”, plantea.

- En ese sentido, por ejemplo, si hay una un emprendimiento de base científico tecnológica ¿es bueno complementar un científico con una persona que sepa más de finanzas?

- Totalmente. Es súper importante sincerar desde el día uno qué pones arriba de la mesa. Más que la pregunta ¿en qué eres bueno? Siempre pregunto ¿qué es lo que a ti te hace feliz hacer y sientes que eres bueno haciendo eso? Porque los emprendimientos tienen muchos momentos difíciles y hay que tener energía. Lo ideal es juntar personas que vibran con distintas formas de hacer las cosas.

- Cuando un emprendimiento comienza a crecer llega el momento de dar el salto ¿cuál es la pregunta que uno se debe hacer para saber si apuntar a la proyección internacional, buscar financiamiento o salir al mercado a vender?

- Muy buena pregunta. Mi primer emprendimiento fue en 1999, en ese entonces no se llamaban startups y no había un ecosistema emprendedor. Hoy el ecosistema está en un momento muy dinámico porque las barreras de entrada han bajado con el desarrollo tecnológico digital. Por ejemplo, antes una persona tenía que contratar un servidor físico, un desarrollador. Hoy si uno tiene una idea puede perfectamente hacer un MVP (producto mínimo viable) gastando casi cero porque hay herramientas digitales gratuitas. Hay varias herramientas de low code o no code, que te permiten hacer plataformas digitales sin tener conocimiento de desarrollo. Eso permite que uno experimente casi a costo cero y muy rápido.

La segunda parte tiene que ver con cómo me doy cuenta que eso funcionó y tengo que escalarlo. Y ahí el momento que vive el emprendimiento es muy bueno. Antes, cuando uno tocaba la puerta desde la startup a las empresas, lo primero que la empresa te preguntaba era ¿cuál es tu espalda? ¿Quién está detrás del emprendimiento? Esa pregunta reflejaba: oye, casi no tienes ningún recurso y cómo te voy a contratar o vamos a hacer un proyecto juntos si  en unos días podrías quebrar. Hoy eso ha cambiado 180 grados porque existe un concepto que se llama venture client, es decir, las empresas necesitan de las startups para ayudar a la transformación digital y en especial a la innovación disruptiva.

Como segundo paso, cuando ya tienes el MVP, más que buscar capital -que es una opción, por ejemplo Corfo- se puede tratar de ir a una empresa que tú crees que va a ser tu cliente y ver si te compran o puedes cocrear un producto juntos. Si logras pasar eso, ya tienes un engagement o una tracción que es muy bien vista para las siguientes rondas.

- ¿Este nuevo sistema es más democrático también? Porque la pregunta de la espalda financiera tiene que ver con el patrimonio personal.

- Sí, hoy se puede emprender sin tener una red de contactos, sin tener pitutos, porque se valora el producto, la propuesta de valor. Lo que sí sirve es la red de mentores. Hay una conciencia muy grande de la gente de mentorear, de ayudar a otros y eso es muy bonito.  Entonces, de todas maneras, hoy día el acceso para emprender, incluido a las mujeres, es mucho más fácil que hace cinco años.

El paso a un directorio

- Hay emprendedores, como tú, que se están incorporando al directorio de empresas ¿Cómo se da este paso? ¿Qué aporta un emprendedor en un directorio?

- He pensado harto eso, porque cuando me invitaron por primera vez, hace cinco años, a participar del directorio de una multinacional, me pregunté ¿qué voy a aportar ahí? Yo también trabajé en el mundo corporativo cuando partí, así que conozco un poco los dos mundos. Cuando el contexto competitivo era fácil, los planes estratégicos se hacían a un plazo de cinco o 10 años. Los directores tenían tres palancas para mover en base a la estrategia: supervisar, monitorear y cocrear. En ese tipo de mundo más tranquilo, las dos palancas que más usaban era supervisar y monitorear, y la cocreación estaba muy baja. Cuando el contexto competitivo se vuelve difícil -lo que hemos visto en el mundo, los temas regulatorios, políticos, de economía, etcétera, hacen que el entorno se vuelva más difícil- la palanca cocreación del director sube mucho. Personalmente creo que los emprendedores tienen esa palanca de cocrear la estrategia muy desarrollada. Antes no se necesitaba tanto, hoy día sí.

La segunda cosa que es interesante es que hoy día las empresas tradicionales están incorporando rasgos de las startups para sobrevivir. ¿Cuáles son? Por ejemplo, adaptabilidad, ser ágil, aprender continuamente. Hoy día, si tú no aprendes continuamente y desaprendes para aprender, no eres sostenible. Entonces, que haya un emprendedor en los directorios ayuda a cambiar la cultura de esa empresa.

En mi caso, particularmente, apoyo también en el comité de transformación digital y de innovación, logrando un poco inspirar a que la gente se pueda equivocar. Las empresas tradicionales eran más rígidas y yo creo que si los ejecutivos ven que en el directorio hay alguien que tiene este perfil de “oye equivocarse es normal, uno no puede innovar sin equivocarse”, esa cultura de experimentación también se permea.

- Y eso ayuda a fortalecer el gobierno corporativo…

- Sí. En el gobierno corporativo el principal deber es el de mitigar riesgos y estar atento. Y la verdad es que uno en el emprendimiento está siempre con una antena prendida y siempre haciendo una matriz de riesgo. Otra característica que uno desarrolla es el olfato para detectar oportunidades y riesgos emergentes. En general, a las empresas les cuesta mirar más allá del día a día, así es que creo que las empresas cada vez van a adoptar más rasgos de las startups.

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