Los descuentos aplicados a los productos
de consumo para incentivar las ventas en Japón se han impuesto como alternativa
para una economía estancada en la deflación pero sin otra salida aparente a la
contracción del consumo.
"Lo que este país necesita para devolver a su economía a la situación
anterior es revitalizar la confianza de los consumidores para que empiecen a
gastar otra vez", dijo a Efe Takatoshi Shibayama, ejecutivo japonés de un
fondo de inversión.
Las empresas niponas se han lanzado a la caza del consumidor con ofertas que
tratan de conquistar a los japoneses, justo en la época en que han cobrado la
paga extra de verano, algo que ha ayudado especialmente a los fabricantes de
electrónica a recuperarse de las pérdidas.
Uno de los mayores establecimientos de venta de electrónica en Japón, Yodobashi
Camera, ofrece actualmente todos sus productos a un precio entre un 20% y un 50%
inferior al inicial, según el diario económico Nikkei.
Para Shibayama, las rebajas ofertadas por las compañías "ayudarán a que
los consumidores se sientan más cómodos a la hora de gastar", algo
observado ya en algunos sectores, que han visto cómo se disparaban sus ventas,
motivadas además por el sistema de descuentos o "eco-puntos" puesto
en marcha por el Gobierno japonés en mayo.
"Desde el 15 de mayo, las pantallas planas de televisión, así como los
frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado se han vendido muy bien, en
comparación con el mismo período del año anterior", indicaron fuentes de
Panasonic.
Las ventas de pantallas planas, uno de los productos más demandados en los
últimos meses, aumentaron en Japón un 39% en la primera semana de julio,
respecto a los mismos días del año pasado, según la consultora japonesa de
nuevas tecnologías BCN.
Yamada Denki, uno de los principales minoristas de electrónica en Japón, vendió
entre el 31 de junio y el 5 de julio un 45% más, según el diario Nikkei.
Mientras que en los establecimientos Yodobashi y Bic Camera, el aumento de las
ventas fue de entre un 30% y un 50% respecto a esos mismos días de 2008.
El consumo es una parte esencial de la segunda economía mundial -responsable de
algo más del 55% del Producto Interior Bruto (PIB) del país-, por lo que la
recuperación del gasto registrada en mayo, la primera mejora en más de un año,
fue recibida como una señal del principio del fin de la crisis.
Con las medidas de estímulo al consumo, tanto gubernamentales como de las
propias empresas, se espera corregir la caída del PIB tras el verano, después
de alcanzar los peores datos de contracción económica de posguerra.
Escenario de deflación
Los multimillonarios planes de estímulo del gobierno sirvieron para que la
confianza de los consumidores se recuperara en abril hasta su nivel más alto en
casi un año, lo que adelantó una recuperación del apetito comprador de los
nipones.
No obstante, el incremento de las compras se produce en un entorno
deflacionario en el que las empresas no consiguen aumentar sus ingresos,
reconducir sus pérdidas y aumentar la contratación.
En mayo, el Índice de Precios al Consumo (IPC) registró una caída récord del
1,1% y confirmó el regreso de la deflación a la segunda economía del mundo.
En opinión de Shibayama, "la deflación es un problema heredado en Japón
que, en concreto, en esta crisis ayudará al país a salir lentamente de la
recesión".
Sin embargo, para volver a consumir "la gente necesitará un trabajo",
reconoció el analista en relación a la tasa de desempleo en Japón, que alcanzó
en mayo el 5,2%, su mayor nivel en seis años y frente a los 4 puntos porcentuales
de mayo de 2008.