Premier chino Xi Jinping elige el celeste por sobre el rojo en su visita a Manchester
Xi Jinping visitará el estadio Etihad, casa del Manchester City, menospreciando a su feroz rival Manchester United.
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El presidente chino podría haber revelado sus verdaderos colores: de acuerdo con un calendario oficial será azul en vez de rojo cuando visite Reino Unido esta semana.
El viernes, durante un viaje a Manchester para oír hablar de los planes de Reino Unido para revivir las ciudades del norte mediante la creación de un "centro neurálgico", Xi Jinping visitará el estadio Etihad, casa del Manchester City, menospreciando a su feroz rival Manchester United.
Fue una "gran decisión", bromeó un funcionario de alto rango involucrado en la planificación del viaje.
China tiene buenas relaciones con el jeque Mansour, el propietario del Manchester City, y su Abu Dhabi Investment Authority. Se espera que el comercio con Emiratos Árabes Unidos llegue US$ 16 mil millones en 2015, según los medios estatales chinos.
Pero quizás más importante, uno de los futbolistas chinos más distinguidos, Sun Jihai, vistió durante seis años los colores azules del City.
Pero Xi también fue presionado por Lord O'Neill de Gatley, el ex presidente de Goldman Sachs Asset Management, y un acérrimo fan del Manchester United para que visitara Old Trafford. Lord O'Neill es ahora el secretario comercial del Tesoro, responsable del proyecto del norte.
Incluso unos pocos días antes de la visita de Xi, no se había tomado ninguna decisión en firme, de acuerdo con los clubes de fútbol y la embajada china.
Pero a último minuto, una nota informativa del Palacio de Buckingham reveló que Xi había elegido dejarse caer en el City, junto con David Cameron.
Para asegurarse de que los Rojos no se sientan excluidos, se entiende que algunos representantes del United serán invitados al campo de su rival durante la visita china.
Las autoridades británicas esperan impulsar las perspectivas del fútbol en el país más poblado del mundo. A diferencia de sus predecesores, que estaban más interesados en el baloncesto, Xi es fanático del fútbol.
Una fotografía enmarcada de él jugando fútbol gaélico en una visita a Dublín en 2012 adorna su oficina. Explicando sus ambiciones personales para China en 2011, tenía tres elementos en su lista: calificar para La Copa del Mundo, ser anfitrión de la Copa del Mundo, y, finalmente, ganarla.
Hasta ahora, el equipo nacional de China ha sido una fuente de decepción e indignación casi constante, en el puesto 97 del mundo según la FIFA.
El 21 de septiembre, el Ministerio de Educación chino registró 8.627 escuelas primarias y secundarias que se convertirán en "campus de fútbol especiales" donde cada estudiante jugará al menos una vez a la semana.
El jugador brasileño Ronaldo no dejó pasar la oportunidad y anunció que abrirá 30 escuelas de fútbol en China, principalmente en Beijing, Shanghái y Shenzhen.
El enfoque en el fútbol consternará a la NBA de Estados Unidos, que ha gastado millones de dólares y años de esfuerzo en hacer del baloncesto el deporte favorito de China. Ante la amenaza, la NBA dijo en octubre que había firmado un nuevo acuerdo con el Ministerio de Educación para capacitar a 3 millones de estudiantes chinos para 2017.
Los políticos británicos se han apresurado a tratar de usar el fútbol para ganarse los afectos de Xi. George Osborne dijo en un viaje a China el mes pasado que Reino Unido daría 3 millones de libras al programa de la Premier League para ayudar a entrenar a los escolares.
En el mismo viaje, se supo que Hualing Industry and Trade Group, un inversionista chino, pondría 60 millones de libras en proyectos de propiedad en Manchester, Sheffield y Leeds.
Durante el verano, Hualing ayudó a llevar al equipo juvenil del Sheffield United a que visitara Urumqi. Hualing también tiene estrechos vínculos con Scarborough Group, el respaldo británico del proyecto, que fue el primer inversionista extranjero en un equipo de fútbol chino cuando se creó Chengdu Blades en 2005.