Se prevé que el gasto masivo de las grandes tecnológicas en inteligencia artificial continúe sin restricción en 2025, luego que Amazon superara a sus rivales con una inversión planificada de más de US$ 100.000 millones en infraestructura este año.
El año pasado, el gasto de las cuatro principales empresas tecnológicas de Estados Unidos alcanzó niveles históricos aumentando un 63%. Ahora, los ejecutivos prometen acelerar sus inversiones en inteligencia artificial, desestimando las preocupaciones sobre las enormes sumas que se están apostando a esta naciente tecnología.
En 2024, el gasto de capital combinado de Microsoft, Alphabet, Amazon y Meta fue de US$ 246.000 millones, frente a los US$ 151.000 millones de 2023. Para este año ellos prevén que el gasto podría superar los US$ 320.000 millones, mientras compiten para construir data centers y llenarlos con chips especializados para permanecer a la vanguardia de la investigación de grandes modelos de inteligencia artificial.
La escala de sus ambiciones de gasto, anunciadas junto a las ganancias del cuarto trimestre, sorprendió al mercado y exacerbó una liquidación causada por el lanzamiento de un modelo de inteligencia artificial innovador y barato por parte de la startup china DeepSeek a finales de enero.
Microsoft y Alphabet, la empresa matriz de Google, perdieron US$ 200.000 millones cada una en sus acciones tras anunciar un crecimiento menor al esperado en sus divisiones de computación en la nube, aunado a fuertes aumentos en el gasto de capital. El miércoles, la caída del 8% de Google marcó su quinto peor día de negociación en la última década.
“El entusiasmo desenfrenado que se desató en las ‘siete magníficas’ ha sido reemplazado por focos de escepticismo y ha creado algunas situaciones de ‘demostración’”, dijo Jim Tierney, director del fondo estadounidense de crecimiento AllianceBernstein. “Las preocupaciones que he tenido desde el verano se han magnificado hoy”.
En medio de la exageración alrededor del potencial transformador de la IA, los accionistas temen que duplicar el gasto sin que exista un aumento proporcional en los ingresos podría consumir capital que, de otro modo, se recuperaría en forma de recompras y dividendos, al tiempo que afectaría las líneas de negocios no relacionadas con la IA.
Google ha sido cauto en cuanto al uso y los ingresos provenientes de su chatbot Gemini, mientras que las empresas se han mostrado cautelosas a la hora de adoptar los costosos y defectuosos “agentes” Copilot de Microsoft para mejorar la productividad de la fuerza laboral.
“Si vemos que el crecimiento de la nube se acelera en Google o en Azure (de Microsoft), o si vemos que la adopción de Copilot mejora, los inversionistas se sentirán más cómodos invirtiendo en Alphabet o Microsoft”, afirmó Tierney. “Mientras tanto, los modelos de IA más baratos y más mercantilizados probablemente aumentarán las preocupaciones de los inversionistas”.
El modelo R1 de DeepSeek fue un claro ejemplo de esas preocupaciones. La afirmación del laboratorio chino de inteligencia artificial de haber creado un modelo de razonamiento con capacidades similares a los productos de Google y OpenAI a una fracción del precio (y sin acceso a las unidades de procesamiento gráfico más avanzadas de Nvidia) provocó que las acciones del fabricante de chips cayeran un 17%, lo que se tradujo en la pérdida de US$ 600.000 millones en un día, y de la que solo se ha recuperado parcialmente.
Los jefes de las grandes tecnológicas se han mantenido firmes. El martes, Sundar Pichai, de Google, dijo en defensa de su plan de inversión de US$ 75.000 millones en 2025 (un 42% más que los US$ 53.000 millones del año pasado) que la oportunidad de la IA era “tan grande como puede ser, y por eso nos están viendo invertir para aprovechar ese momento”. DeepSeek aumentaría la demanda al mostrar cómo las nuevas técnicas podrían abaratarla y estimular nuevas líneas de investigación, dijo.
Satya Nadella, de Microsoft, dijo hace dos semanas en Davos: “Voy a gastar US$ 80.000 millones en desarrollar Azure, los clientes pueden contar con Microsoft”. Asimismo, reiteró su convicción de que sería una locura reducir el ritmo y no aprovechar el apoyo inicial que Microsoft le dio a la startup OpenAI.
Y el jueves, el CEO de Amazon, Andy Jassy, superó a Google y Microsoft al pronosticar más de US$ 100.000 millones en gastos de capital este año, frente a los US$ 77.000 millones de 2024 y más del doble de los US$ 48.000 millones del año anterior. La gran mayoría se destinará a centros de datos y servidores para Amazon Web Services, y Jassy dijo que simplemente estaba respondiendo a "señales significativas de demanda". Las acciones cayeron hasta un 7% en las operaciones posteriores al cierre.
“El crecimiento está avanzando a paso firme, pero el apetito por invertir no se ha frenado”, afirmó Jeff Pearson, vicepresidente de estrategia de la nube en la consultora Presidio. “Siguen adelante, aunque el retorno de la inversión parezca lejano”.
Meta, por su parte, tuvo una recepción más positiva a sus ganancias, con sus acciones subiendo incluso cuando el jefe Mark Zuckerberg prometió gastar "cientos de miles de millones" más en IA, además de los US$ 40.000 millones invertidos en 2024.
“Los inversores han adoptado Meta, pese a que su gasto de capital está creciendo, porque hay una mejora del retorno de la inversión en tiempo real en el gasto del cliente, que es mesurable”, dijo Tierny, refiriéndose al uso de la IA por parte de Meta para mejorar la segmentación de anuncios en Facebook e Instagram.
El éxito de Meta con los retornos tangibles de la inversión en IA contrasta con el de Google, que enfrenta nuevos competidores y la difícil tarea de integrar la IA en su buscador sin canibalizar su negocio principal de publicidad.
El gigante de las búsquedas ha incluido respuestas breves, o “descripciones generales de IA”, en la parte superior de los resultados de búsqueda, pero estas están desplazando sus listas de enlaces, cuyos primeros resultados suelen estar patrocinados.
Sin embargo, “si se supone que hay grietas en el imperio de búsquedas de Google, ciertamente no se están notando todavía”, dijo el analista de Bernstein Mark Shmulik, señalando un crecimiento del 13% en los ingresos por publicidad, alcanzando US$ 54.000 millones solo en los últimos tres meses de 2024. “Google no ha incumplido las expectativas de búsqueda ni una sola vez desde que se lanzó ChatGPT hace nueve trimestres”.
El gasto de las “siete magníficas” (que también incluyen a Apple, Nvidia y Tesla) eclipsa al resto de los integrantes del índice de referencia estadounidense S&P 500. Según Société Générale, su gasto de capital aumentó un 40% en 2024 en comparación con el 3,5% entre las 493 empresas restantes. Las ganancias de este grupo se dispararon en un tercio en el mismo período, frente al 5% entre el resto.
La ola de gastos no se limita a las empresas que cotizan en bolsa, y ni DeepSeek ni las preocupaciones de una burbuja de IA han frenado el flujo de capital hacia las startups de Silicon Valley.
Sam Altman, de OpenAI, ha formado una asociación con SoftBank y Oracle para invertir US$ 100.000 millones en infraestructura estadounidense relacionada con la IA, cifra que podría llegar a medio billón con el tiempo. El inversor japonés está en negociaciones para invertir US$ 25.000 millones en la startup, valorada en US$ 260.000 millones.
“¿Podría llegar un invierno de IA en algún momento? Seguro”, dijo Rishi Jaluria, analista de RBC Capital Markets. “Pero si estás en posición de ser un líder, no puedes quitar el pie del acelerador”.