Al momento de evaluar la permanencia en un lugar de trabajo o al explorar nuevas alternativas laborales, las personas además de considerar aspectos como los salarios, le dan una especial relevancia al efectivo equilibrio con vida familiar y la estabilidad laboral.
Una preocupación que, en el último tiempo, pesa cada vez más en la balanza. Así, al menos, lo deja ver la última edición del Workmonitor de Randstad, un estudio que releva las expectativas, estados de ánimo y comportamiento de los trabajadores a partir de una encuesta a 26.000 personas en 35 países, incluido Chile.
De acuerdo con la investigación, las personas están apostando por lugares de trabajo que se adapten a ellos, en lugar de lo contrario, y que, además, le garanticen cierta tranquilidad. De hecho, al analizar los factores que, más allá de la remuneración, influyen en la preferencia por un empleo, el estudio constató que para el 88% de los trabajadores en Chile la seguridad laboral -entendida como la posibilidad de una relación laboral formal y de largo plazo-, se posiciona en segundo lugar como atributo clave al elegir un empleador, superando en seis puntos porcentuales la media global, que es del 82%. Levemente más atrás le sigue el efectivo equilibrio entre trabajo y vida personal, con 86%.
Una prioridad de peso para los millennials y los trabajadores pertenecientes a la generación X, para quienes el equilibrio entre la vida laboral y personal supera en relevancia al salario. Es decir, no basta sólo un mejor ingreso para apostar por un nuevo empleo.
La CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, Andrea Ávila, señala que estos resultados refuerzan el surgimiento de una nueva realidad en el entorno laboral, impulsada por las expectativas diversas del talento, la creciente importancia de la autorrealización y otros factores, como la prioridad de una mejor calidad de vida al tomar decisiones profesionales.
“Esto está modelando una fuerza laboral que define el éxito profesional no solo por lo que hace, sino también por el propósito, el enfoque y las relaciones involucradas. En un contexto de escasez de talento y trabajadores cada vez más empoderados, esta dinámica está impulsando la redefinición del ‘contrato social’ entre los trabajadores y sus empleadores, lo que obliga a las organizaciones a reajustar su propuesta de valor para atraer, retener y comprometer al talento”, dijo Ávila.
En línea con esto, el sondeo también dejó en evidencia que el desempeñarse en espacios sanos y con cultura organizacional fortalecida es otro eje crucial para las personas. De hecho, según Randstad, el sentido de pertenencia a la organización marcaría la diferencia, ya que ocho de cada 10 encuestados señalaron que el sentido de comunidad les ayuda a desempeñarse mejor, mientras que el 43%% renunciaría si no sintiera que pertenece.
En esa línea, el 55% de los trabajadores encuestados aseguró que ya ha dejado un trabajo alegando una cultura tóxica.
Factor flexibilidad
Otro aspecto que dejó en evidencia esta edición del Workmonitor, es que la proporción de talentos que dicen que sus trabajos ofrecen flexibilidad ha aumentado significativamente entre 2024 y este 2025, tanto en términos de horas de trabajo (del 56% al 59%) como de ubicación (del 54% al 58%).
En línea con esto, al consultarles a los encuestados si alguna vez habían renunciado a un empleo por no ofrecerles la suficiente flexibilidad, el 36% de los trabajadores en Chile aseguró haber dejado alguna vez un empleo porque el esquema de trabajo no era lo suficientemente flexible de acuerdo a sus necesidades, un dato bastante superior al 31% global.
Además, un 43% de los trabajadores locales afirmó que no aceptaría un trabajo que no le brindara flexibilidad respecto a sus horarios laborales.
“A pesar de que podría haberse anticipado que las difíciles condiciones económicas de 2024 habrían moderado las expectativas del talento, los datos del Workmonitor muestran lo contrario. Nos indican que el empoderamiento de la fuerza laboral no ha sido una tendencia pasajera. Los trabajadores tienen una visión clara de lo que esperan de sus empleos y del impacto que desean que estos tengan en sus vidas. Están más conscientes de sus necesidades, tienen bien definidas sus prioridades, saben lo que quieren y están decididos a luchar por ello”, afirmó Ávila.
Este fenómeno, agregaron desde Randstad, está obligando a las organizaciones a replantear su enfoque y redefinir sus propuestas de valor “para hacerlas más atractivas a los ojos del talento, en un contexto en el que el desajuste de habilidades complica cada vez más la competencia por los mejores perfiles a nivel global. Además, factores como la seguridad laboral, el bienestar social y el equilibrio entre la vida personal y profesional se han convertido en pilares esenciales para que las empresas logren fidelizar y atraer a los trabajadores”.