por M. Srivastava/D. Dombey
Ankara-Londres
El nuevo gobierno de Turquía buscará realizar una reforma que revigorice la economía y aborde cambios estructurales ahora que el gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP) ha ganado un nuevo mandato para gobernar sin socios de coalición, explicó el ministro de Finanzas turco, Mehmet Simsek.
La primera batería de reformas se enfocará en impulsar la recaudación de impuestos, mientras que otras abordarán la competitividad, los ahorros personales, el empleo y la necesidad de crear una base de ciudadanos más amplia que tengan planes de pensiones. “Estamos viendo un gran conjunto de cambios que ahora podemos realizar porque tenemos la certeza política”, sostuvo Simsek. La autoridad describió también los esfuerzos para profundizar los mercados de capitales y los cambios en leyes fiscales que alienten a las empresas a pedir préstamos locales y obtener financiamiento en lugar de endeudarse para financiar su expansión.
Las compañías turcas que se han endeudado en el exterior han visto cómo aumentaban los costos de servicio de su deuda a medida que la lira turca se ha depreciado contra muchas de las divisas de sus pares globales en los dos últimos años, en parte debido a la incertidumbre política.
El AKP, que logró la victoria en las elecciones del domingo, tiene todavía que anunciar el nuevo gabinete. Simsek, que trabajó en Merrill Lynch antes de unirse al gobierno, dijo que no sabe si continuará en el cargo. El presidente Recep Tayyip Erdogan, cuya autoridad ha sido impulsada en gran parte por la victoria del partido, ha permanecido en silencio sobre el fondo de las reformas estructurales, prefiriendo subrayar la importancia del sector de la construcción para reactivar la demanda.
AKP planea anunciar al nuevo gabinete a fines de mes, con muchos inversionistas expresando su esperanza porque Ali Babacan, ex vice primer ministro que ha vuelto al parlamento tras la votación del domingo, sea de nuevo el jefe económico del gobierno.
La economía turca, junto con la de otros pares entre los emergentes, se ha desacelerado en los últimos años tras el auge que siguió al período de recesión global, en gran medida debido a la afluencia de los fondos extranjeros por una política ultra laxa en Estados Unidos y en otros lugares.
Según Simsek, gran parte de la desaceleración puede atribuirse a la caída en las exportaciones hacia sus principales socios comerciales, Europa y Rusia. Excluyendo India y China, argumenta, la economía turca ha superado las expectativas entre los emergentes, añadiendo que disfrutó de un ratio menor de deuda bruta/PIB que dio al gobierno el espacio fiscal requerido para sacar adelante las reformas. Pero los políticos de la oposición, así como muchos inversionistas y analistas, dicen que Turquía ha fallado en hacer reformas estructurales significativas. Simsek afirmó que las reformas tendrán como objetivo controlar el actual déficit de cuenta corriente enfocándose en cuestiones básicas de consumo interno y el incremento del valor de las exportaciones.