La crisis financiera amenaza con echar
por tierra los ambiciosos objetivos fijados por los Veintisiete para
combatir el cambio climático, algo que el presidente francés,
Nicolas Sarkozy, intentará evitar en la cumbre europea que tendrá
lugar el miércoles y el jueves en Bruselas.
En la reunión se pedirá a los líderes europeos que confirmen su
decisión de cumplir esos compromisos y de llegar en diciembre a un
acuerdo sobre los planes para combatir el calentamiento global,
según el borrador de conclusiones de la presidencia francesa de
turno de la UE.
En particular, se instará a los gobernantes a preservar "el
equilibrio y los parámetros fundamentales" de las propuestas contra
el cambio climático y a reafirmar los objetivos de recorte de
emisiones acordados.
El documento que Francia llevará a la cumbre incluye, no
obstante, algunas concesiones a la industria y otorga mayor
flexibilidad a los países a la hora de cumplir los objetivos
nacionales de reducción de emisiones, algo criticado por
organizaciones ecologistas como el Fondo Mundial para la Naturaleza
(WWF) o Greenpeace.
"Pedimos a Francia y el resto de países europeos que no permitan
que la crisis financiera impida llegar a un acuerdo este año sobre
un paquete de medidas sólido contra el cambio climático", indicó WWF
en un comunicado.
Para Greenpeace, la introducción de cambios o el aplazamiento de
los objetivos fijados "no sólo sería erróneo, sino también negativo
para las economías europeas", que necesitan invertir en energías
limpias para reducir su futura dependencia de la importación de
combustibles fósiles.
La presidencia francesa ha propuesto en particular exonerar a los
sectores industriales más contaminantes -siderúrgica, cementeras y
papeleras, entre otras- y sujetos a la competencia internacional del
pago de los derechos de emisión de CO2.
Para ello, ha abogado por la elaboración en 2009 de una lista de
los sectores que más pueden verse afectados por la deslocalización
de fábricas hacia lugares con una legislación ambiental más
permisiva.
Según WWF, esta reivindicación, respaldada por Alemania, Italia y
Polonia, supondría una manera de "dar subsidios a las empresas
contaminantes".
Francia ha propuesto también autorizar a los países a transferir
de un año a otro parte del recorte de emisiones y un mayor recurso a
los llamados "mecanismos de desarrollo limpio", que permiten cumplir
parte de los objetivos a través de inversiones en tecnologías
ecológicas en terceros países.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durâo Barroso,
ha hecho hoy un llamamiento a los Veintisiete para que no se echen
atrás y mantengan las ambiciosas metas acordadas en favor de un
planeta más limpio.
"Espero que en estos momentos la UE no pierda el papel de
liderazgo" que está desempeñando contra el cambio climático, señaló
Barroso.
Por otra parte, los gobernantes europeos insistirán en la cumbre
europea en la necesidad de reducir la dependencia energética del
exterior que tiene la Unión, en especial de Rusia.
Para ello pedirán que se establezca un calendario de trabajo
antes de fin de año para diversificar las fuentes energéticas y las
rutas de suministro y reforzar las interconexiones entre países.