La Casa Blanca considera improbable
que el presidente electo en los comicios del próximo martes, sea el
demócrata Barack Obama o el republicano John McCain, vaya a estar
presente en la cumbre del G20 sobre la crisis financiera.
El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Josh Bolten, que encabeza
el equipo de transición hacia la próxima presidencia, indicó que las
campañas "no planean que (su candidato) participe en persona, pero
sí que aportarán sus opiniones" sobre el problema, declaró la
portavoz presidencial, Dana Perino.
La portavoz defendió la conveniencia de celebrar este encuentro
pese a la ausencia del presidente electo, al subrayar la urgencia
del problema, de alcance global.
"Creo que el presidente electo no querría que retrasáramos una
reunión de tamaña importancia hasta enero, o más tarde, porque hay
cuestiones graves a las que tenemos que empezar a hacer frente ya
para evitar que se repitan", sostuvo Perino.
Tanto McCain como Obama, recordó, han apoyado la idea de la
cumbre, que servirá para "identificar las causas subyacentes del
problema".
"Esas causas no van a cambiar el 4 de noviembre", sostuvo.
La reunión del G20 para tratar sobre la actual crisis financiera
y sus repercusiones en el mundo comenzará el próximo 14 de noviembre
con una cena de los participantes en la Casa Blanca.
La cumbre en sí tendrá lugar el 15 de noviembre en el Museo
Nacional de la Construcción en Washington. Aunque aún faltan por
perfilar los detalles, Perino indicó que en principio el formato
podría ser de dos sesiones de trabajo que concluirían en un
comunicado final.
Los participantes de la reunión del G20, que agrupa a los
principales países desarrollados y las grandes economías en
desarrollo, como Brasil, Argentina o México, abordarán posibles
soluciones a la crisis actual.
El encuentro es el primero en lo que se espera que sea una serie,
apuntó la semana pasada el presidente de EE.UU., George W. Bush, al
anunciar la reunión.
Una de las posibilidades que se evalúa es celebrar una segunda
reunión en Nueva York en diciembre.
Antes de la reunión en Washington, los ministros de Economía de
los países participantes se verán en Brasil para preparar el
contenido de la cumbre.