En el último mes de 2024, la actividad económica registró un crecimiento de 6,6% interanual, muy por sobre lo esperado, período en que el resto de bienes aportó 1,9 puntos porcentuales al crecimiento de la actividad, siendo la mayor incidencia del mes.
En dicha categoría, destacó el desempeño de la actividad agropecuario-silvícola, en particular la producción de cerezas.
En un blog publicado este jueves por el Banco Central, elaborado por el jefe del grupo de actividad y demanda del Departamento de Análisis de Coyuntura, Diego Vivanco; el analista económico senior del Departamento de Análisis de Coyuntura, Camilo Levenier; y el analista económico senior del Departamento de Cuentas Nacionales Anuales, Juan de Dios Leiva; se analizó la evolución de la actividad agropecuario-silvícola en los últimos años, específicamente en la creciente participación de las exportaciones de cerezas.
De acuerdo con las Cuentas Nacionales Anuales (CNA) publicadas en marzo de 2024, la actividad agropecuario-silvícola -que incluye la agricultura, fruticultura, ganadería y silvicultura- representó un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el 2023. A su vez, el Cuadro de Oferta y Uso (COU) del año 2021 muestra que la fruticultura y agricultura son las que más aportan al valor agregado de la actividad.
El COU del 2021 también muestra que la producción de la fruticultura se exporta en más de un 50%.
La cereza es el principal producto de exportación en la actualidad, alcanzando un 43% de los envíos frutales en 2024. Su exportación ha ganado relevancia en el último quinquenio -hace diez años representaba en torno al 15% de los envíos frutales-.
Esto ha sido en detrimento de una caída en la exportación del resto de las frutas, en particular de la uva, que en 2024 explicó un 16% de la canasta exportadora versus el 30% que representaba hace algunos años atrás.
“El aumento en las exportaciones de cerezas se atribuye a la demanda de China, que ha impactado en el incremento de la superficie cultivada con este frutal”, señalaron los autores.
El país asiático representa el 90% de las exportaciones de cerezas y, según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), la superficie de producción de cerezas ha crecido un 317% entre 2014 y 2024, convirtiéndose en el frutal con mayor extensión cultivada en el país.
Impacto de los envíos de cerezas a las exportaciones
La temporada de exportaciones de cerezas generalmente se concentra entre noviembre y febrero, siendo enero el mes de mayor relevancia. En la temporada 2024-25, a la tercera semana de enero, se ha registrado un crecimiento nominal de 55% anual de las exportaciones de cerezas, alcanzando el nivel más alto desde que se tiene registro, equivalente a US$ 2.925 millones.
Por su parte, se proyecta, según información especializada, que los volúmenes crecerían durante toda la temporada entre 50% y 60% respecto al año anterior. Esto gracias a la expansión de la superficie cultivada y por condiciones climáticas favorables para la producción de la temporada 2024-25.
En términos relativos, el incremento en los volúmenes de la temporada actual superará lo observado en períodos anteriores, contribuyendo aproximadamente en cinco puntos porcentuales al crecimiento de las exportaciones reales de bienes, calculó la entidad monetaria.
“La actividad agropecuaria-silvícola se ha beneficiado de este impulso exportador. Considerando el rezago entre la producción y los envíos al exterior, el aumento en las exportaciones de cerezas ha contribuido positivamente a la actividad en el cuarto trimestre de 2024, especialmente en diciembre, periodo en el cual se concentra su cosecha. Además, otras actividades económicas, como el comercio mayorista y el transporte, también habrían sido impulsadas”, señaló el reporte.
Proyecciones hacia adelante
Los economistas proyectaron que su contribución al crecimiento de la actividad económica será transitoria y disminuirá gradualmente en los primeros meses de 2025, debido a su estacionalidad. También se espera que el aporte positivo a la balanza comercial se reduzca en los próximos meses.
Respecto a las temporadas venideras, el aporte de las cerezas estará condicionado por la evolución de diversos factores de oferta y demanda, mencionaron Vivanco, Levenier y Leiva.
“En primer lugar, cambios en las condiciones climáticas afectan toda la etapa productiva del frutal. A su vez, aún existe margen para que la superficie cultivada siga aumentando, dado que en promedio el cerezo tarda cuatro años en alcanzar su plena capacidad productiva. Finalmente, la evolución de la demanda externa de China y otros destinos también será relevante”, concluyeron.