US$ 45 mil millones son las reservas actuales.
Cierta distancia tomaron distintos analistas del planteamiento hecho por el consejero del Banco Central, Alberto Naudon, respecto a que el shock generado por el alza de aranceles de Estados Unidos encuentra a Chile con espalda financiera.
“Lo bueno es que tenemos suficientes reservas internacionales”, señaló este miércoles durante una presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo en la Universidad Autónoma.
“Nosotros tenemos como alrededor de 20% del Producto Interno Bruto (PIB) en reservas, incluidas las líneas de crédito, que es una cantidad más que suficiente para enfrentar los problemas que podríamos tener a raíz de esto”, aseguró Naudon.
En cambio, el economista jefe para Chile de Credicorp Capital, Samuel Carrasco, opinó que “si bien el nivel de reservas puede considerarse adecuado, no se encuentra en un rango óptimo”.
Hoy dicho colchón alcanza US$ 45 mil millones, según las cifras del Central, lo que se suma a una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por aproximadamente US$ 14 mil millones.
Según Carrasco, de acuerdo con las recomendaciones del propio FMI, el ente autónomo debiera contar con un stock de reservas más cercano a los US$ 55 mil millones.
“Es bajo si se compara su tamaño relativo al PIB con el de otros países de la región como Perú y Brasil y es lo que cree el Banco Central, que interrumpió el último proceso de acumulación de reservas en octubre de 2023 por las condiciones financieras internacionales antes de completar su objetivo”, dijo, a su vez, el gerente de estudios de Gemines, Alejandro Fernández.
Pese a ello, el economista afirmó que no es recomendable que la entidad intervenga en un escenario como el actual en que la depreciación del peso se justifica por factores externos.
“Lo único razonable que puede y debe hacer el Banco Central en este contexto es mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) para atenuar el traspaso de la devaluación a precios y no provocar un mayor desanclaje de las expectativas”, sostuvo.
“La economía chilena es hoy más vulnerable que en el pasado, reconociendo que las reservas internacionales del Banco Central están por debajo de lo que la propia institución definió como un nivel suficientemente cómodo, al tiempo que del lado fiscal no existe mayor espacio para acciones de contención, dada la mayor fragilidad que dan cuenta las cuentas públicas”, planteó el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann.
En una nota positiva, el economista jefe de BICE Inversiones, Marco Correa, dijo que de todas formas, el ente autónomo también cuenta con acceso a otras líneas de financiamiento que podría utilizar en condiciones extraordinarias, “lo que es positivo y es una señal de que el actuar del Banco Central no está solo limitado a su nivel de reservas”.
¿Y el FEES?
Desde el lado fiscal, varios han apuntado a la debilidad del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) tras los retiros realizados por el Gobierno en 2024. El último fue de US$ 1.000 millones en octubre.
Para la economista jefa de Prudential AGF, Carolina Grünwald, el FEES exhibe una posición más precaria respecto de los años anteriores. A 2018 tenía en torno a US$ 14 mio millones, lo que se redujo a US$ 7.500 millones post estallido social y pandemia y, curiosamente, se siguió sacando el 2024 sin haber crisis de por medio”, señaló.
El nivel actual es algo menor a US$ 4 mil millones, menos de lo que se usó para salir de la crisis provocada por la pandemia.
“En caso de necesitar un salvataje profundo, ya no nos queda un colchón significativo y habría que recurrir aún a más deuda”, planteó Grünwald.
“El colchón que ofrecía el FEES prácticamente se agotó en la pandemia, dejando casi sin musculatura al Fisco de modo de enfrentar un escenario externo complejo”, opinó Lehmann, mientras que Carrasco complementó que -excluyendo la pandemia-, el FEES está en su nivel más bajo desde su creación.
“Esta situación constituye una señal clara de que la posición fiscal del país para enfrentar shocks externos se ha debilitado en comparación con episodios de crisis anteriores”, agregó Carrasco.
“Los retiros se realizaron bajo condiciones que no los justificaban (ausencia de crisis internacional) y ahora que existe el riesgo de una crisis, el nivel del FEES es extremadamente bajo”, criticó Fernández.
Y agregó que “la deuda pública y la situación fiscal es cada vez más complicada, el mercado financiero sufrió un golpe muy fuerte que lo debilitó”.