El nuevo desplome de la bolsa en China envió una onda de shock por los mercados mundiales con los inversionistas incapaces de encontrar refugio. Los índices bursátiles profundizaron sus caídas, con las moneda emergentes hundiéndose a nuevos mínimos a medida que estas economías son las más golpeadas por el derrumbe de los commodities.
Tras la devaluación del yuan el 11 de agosto, los mercados suman la destrucción de más de US$ 5 billones (millones de millones) en valor accionario.
El Shanghai Composite se desplomó 8,5% ayer, su mayor caída desde 2007, borrando todo su avance del año, y más de 800 acciones cayeron el límite de 10% diario permitido. La bolsa acumuló así un descenso de 38% desde su peak del 12 de junio, y por sí sola ya ha visto una destrucción de más de
US$ 4 billones en capitalización.
En Wall Street, el índice S&P 500 se hundió 3,94%, pasando por primera vez desde 2011 a una fase de corrección, es decir, una caída de más de 10% desde su anterior peak.
De continuar esta tendencia, el índice completará su peor mes de agosto en 17 años, luego de que el viernes sufriera su mayor caída desde 2011.
La sesión en Nueva York, además, fue una de las más volátiles de la historia, con el Dow Jones perdiendo 1.000 puntos en los primeros minutos de operaciones.
Alemania bajista
En Europa, las bolsas tuvieron su peor jornada desde 2008, con el índice Dax de Alemania entrando en una situación de bear market o mercado bajista, que se define como un retroceso de más de 20% desde su anterior peak.La bolsa de Frankfurt perdió ayer 4,7%, completando un descenso de 22% desde su último peak. En Grecia, una economía debilitada por la crisis financiera, la bolsa de Atenas encabezó las caídas con una baja de 10,54%
El Stoxx Europe 600 volvió a hundirse otro 5,3% ayer, aunque durante la jornada llegó a retroceder 8,1%. El índice regional ya había completado el viernes su peor semana en cuatro años, con una caída de 17% desde su último techo, entrando así en fase de corrección. Diecisiete de las 18 bolsas de Europa occidental se encuentran en esta situación.
Los retrocesos han sido liderados por las compañías mineras, a medida que los commodities siguen cayendo. En Londres, el índice FTSE 100 cerró en su nivel más bajo desde 2012. Las mineras Glencore y BHP Billiton perdieron cada una más de 9%.
El índice MSCI de mercados emergentes cayó 4,6% a media mañana en Londres, acumulando una retroceso de 10,4% en siete jornadas, su mayor descenso desde septiembre de 2011. En Brasil, el Bovespa perdió 3,03%, su mayor baja del año, tras entrar en bear market el viernes. Tanto el Bovespa como el IPC de México están en sus mínimos desde enero.
En Asia, los inversionistas sintieron de cerca el colapso de su vecino. Los índices bursátiles en Vietnam, India y Filipinas cayeron más de 4,5%. Taiwán e Indonesia se encuentran en situación de mercados bajistas desde la semana pasada.
En Japón, el índice Topix perdió 5,9%, su mayor retroceso desde mayo de 2013, acumulando un declive de 12% desde su peak de agosto y entrando de lleno en fase de corrección.
Al igual que el derrumbe de los metales, la caída del petróleo bajo la barrera de los US$ 40 por barril impactó en las bolsas de los países exportadores de hidrocarburos. El índice Tadawul de Arabia Saudita cayó 5,88%.
Golpe a las monedas
Las divisas también sufrieron un golpe ayer. Y los más afectados nuevamente fueron los emergentes. El índice Bloomberg JPMorgan de monedas latinoamericanas cayó a su menor nivel desde noviembre de 1992, con el peso colombiano encabezando los retrocesos tras anotar un declive de 4%, su mayor baja desde 2009.
El peso mexicano cayó por cuarta jornada consecutiva y se hundió por debajo de las 17 unidades por dólar por primera vez desde la revaluación de 1993.
El rublo ruso se depreció 2,7% y superó la barrera de las 70 unidades por dólar por primera vez desde febrero. Rusia obtiene 50% de sus ingresos a través del petróleo.
El rand sudafricano se depreció a un mínimo histórico. También el yuan continuó ayer su declive, tras la sorpresiva devaluación de la divisa. La moneda china se depreció 0,25%, su segundo mayor retroceso desde que Beijing modificó su banda de flotación frente al dólar el 11 de agosto. A diferencia de últimas sesiones, el banco central no intervino ayer para defender la moneda.
El euro y el yen fueron las únicas divisas que se apreciaron frente al dólar. La moneda comunitaria escaló a un máximo de siete meses frente a su par estadounidense, en medio de expectativas de que el último derrumbe de los mercados va a disuadir a la Fed de subir la tasa de interés este año. La apreciación amenaza descarrilar la recuperación de las economías en la eurozona y Japón, a medida que resta competitividad a sus exportadores.
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