Crisis del Hospital Van Buren profundiza preocupaciones por financiamiento del sistema

“Es casi como un mundo paralelo en el que se encuentran hoy día el Gobierno y Hacienda, pensando que nos podemos hacer cargo como salud de tiempos de espera, retrasos de pacientes oncológicos y otras muchas necesidades si ni siquiera tenemos el presupuesto para llegar a fin de año”, fueron las duras declaraciones de la presidenta del Colegio Médico, Anamaría Arriagada. “Eso no es posible. Siempre ha sido difícil, pero la dificultad de este año es realmente inédita y la dificultad con un hospital tan importante como el Van Buren es algo que realmente es un escándalo”, dijo.

La crisis del principal hospital de la Región de Valparaíso provocó movilizaciones de sus funcionarios a las afueras del recinto, que se sumaron a las presiones de gremios y parlamentarios, que acusaron un desfinanciamiento del sistema.

Según conocedores del caso, el Hospital Carlos Van Buren arrastra unos $13.000 millones de deuda por la pandemia y se quedó sin presupuesto para lo que queda de año. Mensualmente, señalaron las fuentes, el hospital requiere de $4.500 millones para funcionar, y hoy le quedan menos de $400 millones, además de una serie de facturas sin pagar, que han provocado que distintos proveedores dejaran de entregar insumos. En las últimas semanas se han cerrado pabellones para resguardar atenciones de urgencia y de pacientes con riesgo vital.

Los senadores de la Comisión de Salud, Juan Luis Castro (PS) y Francisco Chahuán (RN) visitaron el hospital y convocaron para el próximo lunes a una sesión especial a la ministra de Salud, Ximena Aguilera, y a la directora de Presupuesto, Javiera Martínez.

De acuerdo a Cooperativa, el director del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio, Cristián Gálvez, ya adelantó que el Minsal está gestionando una expansión presupuestaria para la crisis financiera del hospital.

El gremio de proveedores médicos, a fines de agosto, ante la quiebra de una empresa del sector, ya había alertado que algunos hospitales estaban cortando contratos de suministro por falta de presupuesto, generando presiones financieras en cadena en todo el sector de salud.