Gerardo Balbontín, gerente general de Blumar: “(La salmonicultura) ya se merece tener una legislación propia”
Ejecutivo ve las potenciales nuevas regulaciones para la pesca y acuicultura como una oportunidad para recuperar las certezas en la industria.
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Sabido es que uno de los proyectos del gobierno del Presidente Gabriel Boric sería formular una nueva Ley de Pesca, tras los hechos de corrupción ocurridos en la tramitación de la regulación actual. Sin embargo, algo que pilló por sorpresa a la industria fue el anuncio de que se busca ingresar otra iniciativa que norme a la acuicultura.
Gerardo Balbontín, gerente general de Blumar Seafoods, firma que participa en ambas actividades, ve con buenos ojos la intención: “Hoy día, la acuicultura queda anexada a una ley que principalmente es de pesca; (y la salmonicultura) es por lejos la actividad exportadora de alimentos o industriales más importante que hay y ya se merece tener una legislación propia”.
“(La Ley de Pesca) ha sido un instrumento bastante politizado (...) No puede ser tomada como algo permanente para estar rebatiendo el fondo”.
Según el ejecutivo, hay una oportunidad de dar certezas a la industria y reorganizar las concesiones de las empresas salmoneras. Recuerda que, en 2010, ya se realizaron modificaciones a la ley para relocalizar los centros, sin embargo, los resultados no fueron los esperados.
“Después de 12 años no ha pasado nada. No se ha logrado relocalizar una concesión por distintas razones; quizás no ha habido una voluntad política (…). Hoy día hay que ver los incentivos para que podamos quedarnos con menos concesiones, más grandes, más distanciadas y en lugares que sean ambientalmente mejores”, propone.
Desde su punto de vista, la actividad tiene una mala imagen por desconocimiento sobre ella y afirma que la compañía está poniendo el foco en cambiar aquello, como por ejemplo, en la Región de Magallanes, zona en que la compañía ha invertido unos US$ 250 millones y donde Balbontín ve el mayor potencial de crecimiento, por el poco espacio que utiliza la salmonicultura aún.
“Estamos insertándonos más en la región, principalmente tratando de que la gente sienta el salmón de otra manera, que el salmón sea como el cordero y que haya un salmón de Magallanes”, dice.
Agrega que la principal competencia de Chile, Noruega, tiene un plan para seguir desarrollando la acuicultura a futuro y que le “encantaría ver también un programa de Estado a ese nivel”, para que la acuicultura sea parte de la solución ante problemas como el cambio climático y el déficit de proteína global.
Ley de Pesca
Balbontín señala que, a pesar de que cualquier cambio en las reglas genera incertidumbre, una nueva regulación es una oportunidad para devolver certezas a la industria pesquera, que ha perdido esto con la norma actual.
“Ha sido un instrumento bastante politizado. En su momento fue una ley discutida por largo tiempo y votada por amplia mayoría. Ahora, que posteriormente hubo casos que ya fueron juzgados y en que existen parlamentarios que están en la cárcel (…), no puede ser tomada como algo permanente para estar rebatiendo el fondo y no dando seguridad en cuanto a las bases de una actividad”, argumenta.
Al gerente le gustaría que una nueva ley pueda mejorar temas como el combate contra la pesca ilegal o algunos aspectos laborales del sector, pero destaca que lo más importante es recuperar la certidumbre. En esa línea, espera mantener las licencias transables de pesca firmadas hasta 2032 y el fraccionamiento entre el sector industrial y artesanal que fue pactado hasta ese mismo año.
El negocio
Blumar cerró un 2022 con resultados históricos. Si bien la empresa aún no entrega su reporte final, al tercer trimestre acumulaban ganancias sobre los US$ 66 millones, un 131% más altas que en el mismo periodo de 2021.
Por el lado del salmón, Balbontín explica que el desempeño se vio impulsado principalmente por los altos precios de este producto, aunque ello se vio compensado por los altos costos de los insumos.
Para 2023, proyecta que la demanda siga alta y, como no espera un aumento en la producción mundial, prevén que los precios se mantengan elevados.
Por el lado de la pesca, los resultados se vieron impulsados por el aumento del precio del aceite de pescado -en cuanto a la pesquería de sardina y anchoveta- y el auge de las exportaciones de jurel para consumo humano.
Jurel: “Todas las compañías están
con inversiones importantes”
La pesquería del jurel ha tenido una recuperación explosiva. De estar considerada como sobreexplotada, la cuota chilena determinada por organismos internacionales aumentó un 15% en 2022 y en 2023 volverá a crecer en la misma cantidad.
El CEO de Blumar cuenta que cerraron el año con producciones de jurel cercanas a las 90.000 toneladas y que cerca del 85% de la materia prima se destina al consumo humano.
“Hoy día tiene un mercado profundo y que va a abastecer principalmente países pobres que requieren alimentación más sana”, dice.
Así, el 70% de la producción se exporta a África, con Nigeria como principal destino, seguido por Camerún, Ghana y Costa de Marfil, entre otros.
En esa línea señala que “todas las compañías están con inversiones importantes” para esa pesquería y, en la competencia, menciona los casos de Camanchaca, que abrió una nueva planta, y de Orizon -la pesquera del Grupo Angelini y matriz de San José- que estaría proyectando crecimientos en congelados y conservas.