Inminente ausencia de fenómeno de La Niña abre posibilidad de un invierno menos seco que en años previos

La megasequía que se arrastra hace más de una década en Chile no da tregua. Sin embargo, algunas señales de esperanza y respiro advirtió la Dirección Meteorológica de Chile en su último boletín de pronóstico subestacional y estacional, a pesar que aún no se puede cantar victoria respecto a lo que sucederá este año.

Una de las conclusiones relevantes que plantea es que las condiciones de precipitación pronosticadas para el trimestre de otoño, marzo-abril-mayo, presentan un importante cambio con respecto a los trimestres anteriores en la zona sur del país. Y, además, se advierte el término definitivo de La Niña, fenómeno que se relaciona con menos lluvias en Chile central.

En la misma línea, el Centro de Predicciones Climáticas de Estados Unidos en su aviso final sobre La Niña indicó este jueves que el enfriamiento de las aguas en el Pacífico ecuatorial ha cedido el paso a temperaturas más normales, lo que indica el fin del fenómeno climatológico. “La Niña ha terminado”, dijo Michelle L´Heureux, una meteoróloga del centro, citada por Bloomberg. “Es común que el océano vaya primero y luego le siga la atmósfera”.

Según se detalla la Dirección Meteorológica de Chile en el documento, en el tramo entre las regiones de Coquimbo y Maule el pronóstico muestra una tendencia bajo lo normal, principalmente en valles interiores. Se espera -en concreto- no superar los 30 milímetros acumulados durante el trimestre en Santiago y tampoco los 85 mm en Curicó. Mientras, desde la Región del Biobío hasta Magallanes se prevé que el trimestre marzo-abril-mayo se presente con lluvias dentro del rango normal a sobre lo normal. Por ejemplo, para Concepción y Temuco se espera una condición sobre lo normal, implicando lluvias que superan los 240 y 300 mm, respectivamente.

"La Oscilación Madden-Julian tendrá un importante pulso convectivo en el Pacífico Occidental (fase 7 y 8) durante marzo, lo que se relaciona típicamente con más precipitaciones en Chile centro-sur. Por otra parte, se espera una pequeña transición de la Oscilación Antártica a fase negativa durante marzo, además del término definitivo de La Niña, lo que viene a justificar el pronóstico entregado por los modelos", se argumenta.

Profundizando en el análisis, el meteorólogo de la Oficina de Servicios Climáticos, Diego Campos, precisa que el trimestre marzo-abril-mayo es sólo el comienzo de la temporada lluviosa en Chile central. Sin embargo, en Santiago ha dominado la condición bajo lo normal en los últimos años. En específico, durante la megasequía, desde 2010, los marzo-abril-mayo de 2012 y 2017 fueron normales en cuanto a lluvias y los marzo-abril-mayo de los años 2010, 2013 y 2016 fueron lluviosos, todo el resto fueron secos. "Pero incluso aquellos años en que marzo-abril-mayo fue lluvioso terminaron con déficit de lluvias a final de año", asegura el experto.

Cautela frente a retirada de La Niña 

Sobre cuándo hará su retirada puntualmente La Niña, factor que ha puesto presión a la sequía en los últimos años, Campos precisa que los últimos pronósticos indican el término definitivo de este fenómeno ahora, antes que finalice el trimestre febrero-marzo-abril. Y, aunque esto no significa necesariamente la llegada inmediata de El Niño, sí hay señales de un rápido calentamiento en el Pacífico ecuatorial, recalca.

El experto apunta a que El Niño podría establecerse en el trimestre invernal junio-agosto y con mayor seguridad durante el segundo trimestre. "Las implicancias para Chile son inciertas aún. Típicamente, bajo condiciones La Niña llueve menos en Chile central y bajo condiciones El Niño llueve más (sobre todo en su etapa inicial), pero poco se sabe de las condiciones neutrales", indica.

De todas formas, el experto reconoce que la buena noticia es saber que no estará La Niña, que probablemente forzaba condiciones desfavorables para las precipitaciones, "lo que abre la posibilidad de tener un invierno menos seco que los años anteriores, pero de nuevo, esto se verá más adelante dado que El Niño no es el único forzante en nuestro clima".

En definitiva, ¿cómo será 2023 en cuanto a eventuales precipitaciones en medio de la persistente sequía? Aún no se sabe con seguridad. Pero, Campos admite que sí se sabe que una de las razones por la que los últimos años han sido secos no estará: La Niña. Y advierte: "Su ausencia son buenas noticias, pero a la vez aumenta la incertidumbre, porque no necesariamente significará condiciones lluviosas. Por lo pronto, en marzo se ve favorable para las lluvias, pero en buena medida debido a otras razones (Oscilación Madden-Julian)".