La semana iluminada de La Moneda
El ingreso al Congreso de la reforma de pensiones, la elección del presidente de la Cámara, el cónclave oficialista y la primera visita del mandatario a La Araucanía marcan una de las mejores semanas desde que Boric asumió en marzo,
- T+
- T-
La última ha sido una de las mejores semanas del Gobierno en sus ocho meses en La Moneda, que se cumplen justamente hoy. Tras una suerte de inmovilismo en el que se cayó luego de la derrota del Apruebo en el plebiscito, tras el que debutó un nuevo comité político, la Administración de Gabriel Boric se reorganiza y comienza a mostrar política y gestión. Lo ha dejado en evidencia a través de diferentes episodios que entregan respuestas a una ciudadanía que parecía castigar al Poder Ejecutivo por la percepción de que el gobierno no se estaba concentrando en gobernar en sintonía con las preocupaciones de la gente: seguridad, situación económica... Fue lo que ha reconocido el propio Presidente tras el 4-S en lo que parecía un cambio de rumbo que recién en estos días ha quedado en evidencia.
Ha sido una semana buena y dependerá de la destreza del presidente y de los bastiones de su gobierno –Tohá, Marcel y Uriarte– que pueda extenderse.
El proyecto de reforma a las pensiones, al margen de sus componentes técnicos que serán discutidos en las semanas y meses siguientes con fuerza tanto entre los técnicos como en el Congreso, ha logrado que el Gobierno retome el control de la agenda luego del plebiscito y ha puesto en la primera línea al ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Desde que fue presentado la semana pasada por el propio Boric hasta que el proyecto entró al Parlamento el lunes, la iniciativa gubernamental se ha instalado en la discusión pública, como no ocurría con un proyecto del Ejecutivo hace meses. En el despliegue de los diferentes secretarios de Estado a la hora de explicarlo, por otra parte, se advierte una buena coherencia y una organización que muestra un nivel de organización y profesionalización que no estaba siendo nada común en los primeros ocho meses de gestión. Es apenas el primer paso para un texto complejo que abrirá debates calientes y cuyo éxito no está nada asegurado –se trata del tercer intento en los últimos siete años–, pero que conecta con una demanda ciudadana del primer orden (luego de la seguridad, las pensiones aparece como la segunda prioridad de la gente, de acuerdo a la última encuesta CEP).
La elección de Vlado Mirosevic como presidente de la Cámara terminó bien para La Moneda. Foto: Agencia UNO
La elección del presidente de la Cámara de Diputados, finalmente, terminó bien para La Moneda, que consiguió que el oficialismo se quede con el liderazgo de la Cámara Baja a través del diputado Vlado Mirosevic. Parecía difícil luego de la frustrada candidatura de la diputada comunista Karol Cariola, pero lo que hubo en el Parlamento esta semana fue política, algo que –nuevamente– no había sido la regla desde marzo a noviembre. Resulta crucial en un momento en que el Gobierno necesita echar a andar varios de sus proyectos emblema en el Legislativo. No garantiza para nada el éxito oficialista en las batallas legislativas que quedan por delante, pero el Ejecutivo se jugaba su prestigio y capacidad de ejercer el poder. La ministra de la Segpres, Ana Lya Uriarte, se anotó un triunfo, quizás el mayor que se haya visto desde el 11 de marzo. Nuevamente: la política.
El cónclave oficialista del pasado fin de semana, por otra parte, fue positivo para La Moneda y para la tesis política que empuja la ministra del Interior, Carolina Tohá: demostrar que esta nueva izquierda que gobierna se instala en una continuidad con las administraciones tanto de la Concertación como de la Nueva Mayoría, en un programa que es, más que maximalista, progresista. Una especie de síntesis, ha explicado la ministra, que deja atrás los momentos de tensión entre la centroizquierda que gobernó 20 años y la alianza entre el Frente Amplio y el PC. Es una batalla teórica que, seguramente, chocará en lo práctico en todo lo que resta del Gobierno, porque las coaliciones que apoyan al presidente siguen siendo dos, pese a los esfuerzos. Pero el cónclave, que podría haber sido un desastre dadas las tensiones entre los diferentes oficialismos y el fracaso de la candidatura de Cariola a la presidencia de la Cámara de Diputados, terminó en un éxito para el Gobierno: lo del domingo fue un apoyo al Presidente. Es un primer paso que ayuda a La Moneda y que fue obra principal de la ministra Tohá.
Desde su presentación, el proyecto previsional ha estado en la primera línea del debate público. Foto: Presidencia
La primera visita de Boric a La Araucanía, por otra parte, marca un nuevo hito de esta semana iluminada, que podría extenderse en el tiempo o, simplemente, oscurecerse ante cualquiera de esos eventos que echan abajo los buenos tiempos de los políticos, sobre todo en una administración a la que le ha pesado la falta de experiencia. Es un hito porque, tras la fallida visita de la ministra Izkia Siches en las primeras horas de mandato, el viaje a la zona del mandatario no había podido realizarse, simplemente porque no estaban dadas las condiciones políticas y, por cierto, las de seguridad. Al margen de las conclusiones que se puedan realizar cuando la gira termine este viernes, el Presidente Boric ha marcado un giro sustancial a su mirada sobre el conflicto que se vive en La Araucanía y en las regiones aledañas. Definir lo que ocurre como “actos de carácter terrorista” ha sido, como señaló la senadora Independiente-RN Carmen Gloria Aravena, “un antes y un después” y marca un hecho significativo y esperado en una zona donde el electorado le ha dado vuelta la espalda a la izquierda en los más recientes eventos electorales.