Celebraciones de día y al aire libre, las tendencias que toman fuerza en el país de cara a un nuevo cierre de año

"Los matrimonios hoy en Chile son cien por ciento diurnos", señala la directora de la Asociación de Eventos de Chile (Asevech), Sofía Jottar, quien da cuenta de la nueva tendencia -inspirada en Estados Unidos y Europa-que se ha tomado la realización de eventos sociales y celebraciones para adaptarse a las medidas sanitarias para evitar contagios por Covid.

Propietaria del centro de eventos La Casona de la laguna en Chicureo, sostiene que el mercado ya se ajustó a la nueva realidad y las actividades tampoco se concentran los sábados como antes de la pandemia.

Sofía Jottar directora Asociación de Eventos de Chile. Foto: Julio Castro

"Un cambio fundamental es que aparecen otros días para juntarse, antes era impensado un matrimonio en la semana o un domingo", relata.

Hoy, dice, es razonable este ajuste, pues una actividad puede terminar a las 23:00 horas, lo que da tiempo para descansar y levantarse a trabajar en horario normal.

Estos nuevos hábitos en Sudamérica se han traducido en cambios en la estructura de un matrimonio, incluidos más espacios de comida que en la noche y una ambientación que cuida más los detalles, pues están todos a la vista.

Nuevos requisitos

Un requisito muy estricto es que toda celebración pide el pase de movilidad a los asistentes.

"Es fácil controlar, porque todos los eventos sociales o corporativos son con lista de invitados, con confirmación previa y se tiene el RUT de las personas para chequear que estén vacunados", explica.

Si alguien luego tiene síntomas de Covid-19 se contacta a la lista en tiempo corto, de ser necesario.

Vacunación, ventilación de espacios y trazabilidad por estos días hacen la diferencia, dice Jottar, porque después de 17 meses cerrada la industria no quieren retroceder en el Plan Paso a Paso.

Completa este cuadro la desaparición del buffet para evitar que se compartan alimentos entre personas. Ahora se estilan platos individuales, tablas personalizadas en las mesas y bandejas individuales.

Las fiestas son desde las 5 de la tarde y nadie se va. "Antes se cerraban los matrimonios con el 10% de los invitados, ahora es prácticamente con todas las personas".

Se muestra optimista de los meses venideros: "El domingo es el nuevo sábado, tenemos una ocupación cercana al 80% en una perspectiva de cuatro meses".

En graduaciones también hay una demanda explosiva de las correspondientes a 2020, 2021 y hasta 2023.

Las cifras en juego

La industria de los eventos genera 285 mil puestos de trabajo en forma directa, desde el DJ, pasando por cocineros, garzones y hasta diseñadores.

De esa cifra, sostiene Jottar, 50 mil son empleos de jornada completa, de lunes a viernes. Los otros 230 mil, de fin de semana o por eventos.

En estos últimos casos, una persona gana entre de $ 30 mil y $ 100 mil por día. "Con varios eventos al mes, esta industria es una generadora de ingresos complementarios, sobre todo para el segmento de mujeres y jóvenes".

De hecho, ha notado una tendencia que se está consolidando: muchos más chilenos que antes de la pandemia trabajan como meseros.

Si antes primaban los extranjeros, hoy más del 50% son chilenos: "Muchos universitarios y recién egresados que se desempeñan en este ámbito mientras buscan trabajo en su profesión", cuenta Jottar.

Todo como parte de un cuadro de un boom que está viviendo la realización de eventos postergado por dos años, lo que incluso está generado algunos "desequilibrios en los precios de algunos mercados" como en el de flores, que valen hasta cinco veces más que preCovid-19.

Relata que un ramo de rosas nacionales pasó de costar entre $ 6 mil y $ 9 mil cuando se cerró todo (marzo 2020) a una cifra del orden de $ 28 mil.

Los valores para los mismos eventos son más altos, pero Jottar considera que se debe en gran parte a la inflación. "En matrimonios pequeños hay un incremento de 20% respecto a lo que se pagaba antes; y eventos más grandes entre 10% y 12%, pero si contamos la inflación de siete puntos en estos años, el incremento real no es tan grande", indica.

Jottar plantea la importancia de ampliar los aforos. Los seis metros cuadrados requeridos por persona para eventos con interacción, implica cien personas incluidos los que atienden. "Lo normal eran dos metros por persona, teníamos 300 personas y hoy es un tercio del aforo, estamos tratando que el Gobierno lo modifique". A su jucio, no es razonable mantener esa norma con el 80% de la población vacunada.