El personal de salud está al límite. Así lo reflejó hace unas semanas una encuesta de la Confederación de Profesionales del área (Confedeprus), la cual mostró que 58,6% de ellos está en un rango de alto riesgo respecto a sentir cansancio y agotamiento debido a la carga laboral derivada de la crisis sanitaria.
Dado este escenario, en la Cámara de Diputados tomó fuerza una moción legislativa -ingresada en septiembre de 2020 e impulsada por la diputada comunista Karol Cariola-, la cual tiene por objetivo reconocer la sobrecarga de este sector y, al mismo tiempo, otorgarles un fuero laboral y un descanso compensatorio.
El proyecto, que fue despachado a Sala desde la comisión de Salud, establece que durante la vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe y hasta por un año después del término de su última prórroga, gozará de fuero laboral todo el personal de salud.
La propuesta abarca al personal de salud directivo, profesional, técnico, administrativo y auxiliar de los servicios de salud, de la atención primaria de salud, subsecretarías de salud, seremis de salud, del Instituto de Salud Pública, Cenabast y de los establecimientos autogestionados en red del país y, en general, de la red asistencial que sean prestadores de salud públicos o privados.
Además, contempla a los trabajadores de farmacias y almacenes farmacéuticos, sin distinción de la calidad contractual en virtud de la cual se encuentren vinculados a dichos prestadores.
Este fuero, en términos simples, significa que se entenderá como “suspendido” el derecho del empleador de poner término a los contratos de trabajo por las causales del numeral 6º del Artículo 159 y 161 del Código del Trabajo, respecto de aquellos trabajadores que mantengan una relación laboral vigente, al momento de dictarse la presente ley.
La moción también considera un descanso compensatorio especial de 14 días hábiles, con goce de remuneraciones y compatible con los feriados legales correspondientes para estos trabajadores.
La mirada de los expertos
El exdirector del Trabajo, Marcelo Albornoz, valoró el espíritu de la norma, ya que se centra en dar reconocimiento al “extenuante desempeño del personal de la salud de centros asistenciales, hospitales y clínicas”, pero manifestó su preocupación en torno a la figura del fuero.
A su juicio, resulta “contraproducente” establecer un año por la misma causa, “puesto -explica- que los fueros no son un reconocimiento en materia laboral, sino que son una especial y excepcional protección laboral a trabajadores que tienen una calidad jurídica, como el sindical y el maternal”.
Entonces, en este caso, estima que se ve al fuero simplemente como “un premio, cuando lo que exige la situación es, junto con descanso, atención mental y social para estas personas que han dado tanto por la vida de los demás”, sostuvo.
A su crítica se sumó Carlos Gutiérrez, abogado de Canales Parga Abogados, quien agregó que pese a que es un proyecto con “una intención muy buena”, debe ajustarse.
Su postura se basa en el hecho de que existe una serie de ausentismos respecto de las personas que prestan servicios en la salud por eventuales contagios. “Si se va todo un departamento a cuarentena, cómo voy a cubrir esa falta si cualquier contratación que haga posteriormente va a ser objeto de fuero laboral”, se preguntó.
Desde su óptica, hay un riesgo a quedar sobredotado si no se puede terminar la relación contractual.
Respecto al descanso compensatorio, Manuel Campos Díaz, abogado laboralista de Marelic Cárcamo Busch, señaló que parece de “toda justicia” otorgarlo a quienes han enfrentado la pandemia de manera más directa.
Sin embargo, el abogado advirtió que “su aplicación podría generar problemas si es el trabajador o funcionario quien determina la oportunidad de hacer uso de este descanso. Esto podría tensionar el adecuado funcionamiento de las unidades o servicios de salud, que deben mantener su continuidad”.
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