Por G. Cerda / S. Lago
Si bien es una buena noticia que la tasa de desempleo del trimestre móvil octubre–diciembre de 2012 se haya ubicado en 6,1%, expertos advierten sobre los efectos que podría tener sobre la economía la estrechez que se evidencia en el mercado laboral.
Según la Nueva Encuesta Nacional de Empleo (NENE), la disminución anual fue consecuencia de un aumento “proporcionalmente mayor de los ocupados con un 1,8%, respecto de la fuerza de trabajo que se situó en 1,2%”.
Es por esta situación que los ven difícil que se puedan registrar nuevas bajas en los niveles de desocupación, dado que la capacidad para crear nuevos empleos es limitada. Es acá donde la flexibilidad laboral y algunos aspectos particulares como el tema de las salas cuna y la capacitación, jugaría, a juicio de los expertos, un rol fundamental en la incorporación de más gente al mercado laboral.
Para la economista de Libertad y Desarrollo (LyD), Natalie Kramm, se ven niveles cercanos al pleno empleo, donde la capacidad de creación de nuevos puestos de trabajo está llegando a un nivel “crítico”. “Cuando uno habla de pleno empleo, esto tiene mucha relación con la tasa de ocupación, es decir, con el volumen de empleos que está creando el mercado, y ya hemos visto que en 2012 este fue mucho menor que en 2011. En ese sentido hay un riesgo de que no se puedan crear más empleos, sobre todo pensando en que sí hay más personas que se quieren incorporar al mercado laboral”.
Y es que durante octubre, noviembre y diciembre del año pasado hubo un total de 5.570.250 personas fuera de la fuerza de trabajo, lo que corresponde a 43.060 iniciados, 850.190 inactivos potencialmente activos y 4.677.000 inactivos habituales.
“Se debe formular qué es lo que se puede hacer para crear empleos y que sean más eficientes, y también con un salario que sea más alto y permita tener buena calidad de vida, con trabajos de calidad”, explica Kramm.
De igual forma, para el economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, la capacidad de generar más empleos, no es algo que sea de corto plazo. Aumentar la tasa de participación, tiene mucho que ver con la capacidad productiva que tiene el país y con los niveles de pleno empleo que están en torno a 5,5%. “Como vamos, en 2013 vamos a llegar a un desempleo promedio por debajo del 6% (...) ahora otra cosa pendiente es la mejora en la calidad de esos empleos, así como el incremento en la participación de personas que actualmente no participan, en particular el caso de las mujeres donde la participación es particularmente baja”.
Es en ese punto donde expertos sostienen que algunos aspectos de flexibilidad laboral pueden ayudar en mejorar el indicador. Por ejemplo, plantean que una expansión de las salas cuna permitiría que más mujeres ingresen al mercado laboral. Otro aspecto es la jornada parcial que también apunta en esa dirección. “Estos factores son los que hay que tomar si uno quiere aumentar la participación femenina”, explica Ramos.
De hecho, según la NENE, en diciembre de 2012 la cifra de desempleo femenino se situó en un 7,3%, con una participación de 47,7% y una tasa de ocupación de 44,2%.
Para el economista de la Universidad Católica, Juan Eduardo Coeymans, la flexibilidad laboral debe pasar tanto por salarios como por jornada. “Esto ayudaría a la generación de empleo y a las tasas de participación, pero estos son efectos de una sola vez (...) se debe hablar de niveles de desempleo de equilibrio compatibles con el crecimiento en la productividad”.
En ese sentido, afirman que la búsqueda de opciones para mejorar los niveles de desempleo debe ir acompañado de reformas. El balance de los expertos advierte esta necesidad y lo plantea como un desafío a futuro, dado que la disminución de la tasa de desocupación se dio por un efecto mixto entre el aumento de la ocupación y un menor dinamismo de la fuerza de trabajo.