"Por suerte sacamos el proyecto adelante". Fue la espontánea frase expresada por la ministra de Educación, Adriana Delpiano, luego que la Sala de la Cámara aprobara ayer la idea de legislar (65 a favor, 11 rechazos y 30 abstenciones) el proyecto de Carrera Docente, luego del duro revés sufrido el miércoles en la comisión parlamentaria, en donde fue rechazado.
La frase de la ministra refleja la alerta que encendió en La Moneda la posibilidad de que la discusión de uno de los pilares de la reforma educacional fuera frenada por el plazo de un año, si es que no lograba los votos de la Cámara. Dicha opción significaba poner en riesgo el cronograma de la reforma y el envío de los próximos proyectos como nueva educación pública y gratuidad en educación superior.
Este escenario hizo que el ministro Segpres, Nicolás Eyzaguirre y el vocero de gobierno Marcelo Díaz tuvieran que acudir a la Alianza para asegurar los votos, mediante la firma de un protocolo de acuerdo con la UDI y RN, en donde se comprometieron ocho cambios al proyecto original, que involucran, entre otras cosas, otorgar más recursos a profesores de sectores más vulnerables.
Sin embargo el salvataje al que acudió el comité político de Palacio no tuvo la venía de toda la Nueva Mayoría, restándose de la firma el PS y el PC. Desde este último partido el argumento es claro: no se necesita firmar ningún documento para demostrar el compromiso del partido comandado por el diputado Guillermo Teillier, con el programa y la reforma educacional en particular. Mientras que el jefe de bancada del PS, diputado Manuel Monsalve, justificó la ausencia en la firma "porque el diálogo respecto a las modificaciones al proyecto aún no ha terminado".
En ese escenario, más allá del respiro que significa para La Moneda la aprobación en general del proyecto, dentro del oficialismo quedan sendas grietas a más de una semana del cónclave, en donde la consigna es aunar criterios en dos grandes temas: reforma educacional y laboral.
Dentro del oficialismo vuelven a resonar las críticas que se escuchaban con fuerza en el anterior gabinete respecto a la "conducción política". La diputada DC, Yasna Provoste, quien nuevamente se abstuvo en la votación de ayer, reiteró el poco nivel de diálogo que ha tenido el gobierno, apuntando sus dardos en contra del protocolo: "No es presentable la acción del Ejecutivo para anticipar un acuerdo como lo hemos visto en las últimas horas", expresó.
Así, a este rechazo que hubo en sectores de la NM al protocolo firmado con la derecha se suman, además, las rencillas internas que quedaron en cada partido. Por ejemplo, en la DC hubo diputados que se abstuvieron y uno que votó en contra como Claudio Arriagada, pese al acuerdo de votar a favor. En el PPD en tanto aún se evalúan sanciones en contra de Rodrigo González y Cristina Girardi por su abstención en la comisión. Mientras que una aún dolida diputada comunista Camila Vallejo acusó de "oportunismos, gallitos y bajezas" la actitud de algunos representantes de la NM que se negaban a votar la idea de legislar.
La presidenta Bachelet, por su parte, comprometió más diálogo. "Es justamente el Congreso el lugar por excelencia donde los proyectos se pueden debatir, discutir, enriquecer y mejorar y tienen el compromiso de gobierno para mejorar en lo que sea necesario el proyecto", dijo horas previas a la votación.
Los profesores
Dispar fue la evaluación en el gremio de profesores que hoy protagonizará una nueva asamblea para revisar el paro que ya lleva 54 días. Su presidente, Jaime Gajardo, hizo un llamado a la unidad pero a seguir movilizados, esperando que ahora sí se puedan producir los acuerdos con el gobierno. Mientras que la disidencia a Gajardo liderada por el prosecretario, Mario Aguilar, manifestó su total rechazo al texto aprobado: "No nos vamos a rendir, y vamos a seguir luchando, vamos a seguir trabajando por que haya una carrera docente como corresponde y no esta porquería de proyecto que hoy día se aprobó", dijo.