Creación del primer fondo soberano
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Dos fondos soberanos
- Mediante la Ley de Responsabilidad Fiscal aprobada en 2006, el Estado de Chile dio un nuevo paso en la administración de los ahorros. Ese año fue constituido el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP), que tiene como objetivo complementar el financiamiento de las obligaciones estatales con respecto a áreas de pensiones y previsión social. En 2007 comenzó a regir el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), que busca financiar déficits fiscales que puedan generarse.
4,46%
ha sido la rentabilidad del FEES EN PESOS DESDE SU CREACIÓN.
Propiedad de todos
Los Fondos Soberanos son propiedad de todos los chilenos. Corresponden a bienes nacionales que otorgan seguridad en la estabilización del gasto fiscal y la inversión.
El FRP se compone, principalmente, de aportes anuales obligatorios que tienen que ser entre el 0,2% y el 0,5% del PIB del año anterior.
El FEES se integra por los recursos ya existentes en el Fondo de Compensación de los Ingresos del Cobre, además del aporte anual del fisco y algunos aportes voluntarios.
Rentabilidad
Desde la creación del FRP hasta 2022 se acumula una rentabilidad positiva de 2,7% medida en dólares y de 5,8% medida en pesos.
En cuanto al FEES, desde 2007 se acumula una rentabilidad positiva de 1,41% en dólares y de 4,46% medida en pesos.
Pérdidas en 2022
- Según datos de la Dirección de Presupuestos (Dipres), el principal fondo del país, FEES, anotó una rentabilidad negativa de 12,37% en 2022, medido en dólares y de 11,4% en pesos. Además, por la pandemia, entre 2019 y 2021 el Fisco giró más de US$ 12 mil millones desde el FEES.
El otro instrumento, el FRP, tuvo una merma de 15,88% medida en dólares y de 15,97% en pesos, según Dipres. Desde Hacienda explicaron que se debió al alza generalizada de las tasas de interés que afectó a todo el mundo y la depreciación frente al dólar de las monedas en que se invierte.
Nueva pauta de inversiones
En Hacienda planean modificar la pauta de inversiones, especialmente del FEES. En 2020 se decidió comenzar una revisión profunda de su política de inversión, pero debido a la pandemia el proceso se ha extendido, lo que ha reducido su horizonte.
Además, en ambos fondos soberanos se incorporaron criterios de “inversión responsable” para incluir requerimientos de administración del riesgo climático, ambiental, social y de gobernanza en los activos adquiridos.