Hasta seis meses demora el cuerpo en adaptarse a un nuevo estilo alimenticio
Los nutricionistas concuerdan que involucrar al entorno o a la familia al proceso, es clave para tener una dieta exitosa. De lo contrario, se está destinado al fracaso.
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La última Encuesta Nacional de Salud reveló serios problemas en materia de sobrepeso y obesidad: más del 64% de los chilenos está excedido de peso, más del 70% dice no seguir ningún tratamiento, 14% reporta estar haciendo dieta por cuenta propia y sólo un 6,5% dice estar siguiendo las pautas de un profesional. Cifra bastante baja considerando que se está corriendo un serio riesgo de padecer enfermedades de alta morbilidad en Chile, como males cardiovasculares, resistencia a la insulina, diabetes, hipertensión arterial, problemas a la vesícula o varios tipos de cánceres, acota la nutrióloga de la Clínica Alemana, Jessica Ahuad. Sin embargo, tener la intención de bajar de peso no es lo único importante a la hora de decidir cambiar la alimentación hacia un estilo más saludable, pues factores como la edad, el sexo y hasta el entorno de una persona influyen en que una dieta resulte exitosa y el organismo pueda adaptarse a un nuevo patrón alimenticio.
Los especialistas explican que este período puede ir desde los 15 días hasta los seis meses aproximadamente, siendo las mujeres en la etapa de post menopausia, u hombres en andropausia, quienes más dificultades enfrentan cuando quieren bajar de peso. Por eso es que muchas veces, hacer dieta se vuelve un camino de largo aliento.
"El sistema metabólico de ambos grupos se vuelve más lento y las hormonas juegan un factor en contra al hacer dieta. Lo que se suma a un gasto energético menor al realizar menos actividad física a medida que pasan los años", explica la nutrióloga y académica de la facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales, Eliana Reyes.
Incluir al entorno
Además de que se deben considerar las transformaciones que vivirá el organismo al momento de seguir un plan de reducción de peso, los especialistas concuerdan que la mayor dificultad que enfrentan los pacientes es el cambio de la conducta cultural y ambiental de cada uno.
"Es la principal causa de fracaso debido al mal manejo del estrés, la ansiedad y el ambiente, factores que son mucho más importantes a largo plazo", dice el nutricionista de Arauco Salud, David Davidoff. Por lo tanto, para tener éxito resulta fundamental incluir al entorno y, sobre todo, a la familia. De esta manera, explican, se evitan las recaídas o los clásicos "picoteos" cuando se está frente a alimentos que son prohibidos, pero que los familiares siguen consumiendo.
Reyes añade que se deben fomentar los cambios culturales ya que "actualmente se celebra todo comiendo e incluso el pasatiempo de muchos jóvenes es salir a comer. Tenemos que aprender a elegir lo apropiado para la salud y no porque la comida esté en todas partes, hay que consumirla", sostiene.
Además la dieta "debe ser 'paladable', es decir, tener sabor y estar adaptada a la vida personal, familiar y laboral del individuo ya que no todos bajan de peso en forma sana con cereales integrales, verduras y frutas", acota Davidoff. La clave está en que hay que modificarla según el estilo de vida de cada individuo. Mostrar los resultados que implica cambiar ciertas conductas, como el tipo de pan que se consume, por ejemplo, también ayuda al éxito del proceso.
"Cuando el paciente ve los efectos que un cambio en la alimentación es capaz de lograr, se concientiza y logra transformaciones importantes", dice la nutricionista de la Clínica Indisa, María Cecilia Benavides.