La situación fiscal no solo es compleja, sino que ya “no da para más”, dice el exsubsecretario de Hacienda y académico de la FEN de la Universidad de Chile, Alejandro Micco. En su opinión, el retiro de fondos desde Corfo solo reveló que el Gobierno llegó “al raspado de la olla” buscando recursos para financiar el déficit, que se acabó el espacio y que urge un ajuste fiscal significativo.
“Los déficits hay que financiarlos. Cuando en una familia llegan mayores gastos que los ingresos que se tienen, lo primero que hacen es ir a la cuenta de ahorro. Y al país se le acabaron los fondos soberanos o queda muy poco. Luego, van a pedir plata prestada. Pero la deuda está llegando al límite de lo prudente. Y al final lo que estamos viendo es que la familia tuvo que vender el auto, tuvo que echar mano a eso. Lo de Corfo mostró que, para financiar el gasto público, estamos vendiendo los activos que nunca pensamos vender”, ejemplificó.
"Desde el comienzo se le viene diciendo que está sobrestimando ingresos. En eso, el equipo económico tiene una rayada de pintura grande".
Sin embargo, Micco aclaró que esta situación no es responsabilidad solo de este Gobierno. Planteó que viene muy atrás, luego de la crisis mundial de 2008-2009 y el primer Gobierno del expresidente Piñera. “Con la Concertación, previo a 2008, con los precios del cobre en el cielo, se ahorró muchísimo dinero. La economía venía creciendo, teníamos muy baja deuda bruta y muchos activos en los fondos soberanos. Pero después vino la crisis, la economía siguió creciendo menos, pero seguimos con la idea que éramos ricos. En el Estado no se sentía la estrechez e incluso había gente que decía teníamos 50% del PIB para endeudarnos”, señala.
“El punto de inflexión, para mí, fue con Piñera. Con la excusa del terremoto, Piñera no hace un ajuste fiscal que correspondía hacer post 2008-2009, cuando con Bachelet se llega a un tremendo déficit fiscal porque tuvimos la crisis mundial. Incluso la discusión al final del Gobierno de Piñera era si la economía estaba sobrecalentada”.
Desde entonces, recapituló Micco, durante 14 años el país fue aumentando gradualmente la deuda y se comió los ahorros hasta llegar a una situación actual. “En este punto, uno empieza a mirar qué fue lo que hicimos y, por ejemplo, se ve que el aumento del tamaño del Estado en todos estos años y en particular el crecimiento del empleo público, que ha sido brutal. Según los datos de Dipres, si hace diez años teníamos 100 funcionarios públicos, hoy día hay 161. Y, en la vereda del frente, el sector privado, si antes había 100, ahora hay 111. Ahí hay un tema del que hay que hacerse cargo”, sentenció.
-¿Y cómo evalúa el manejo en particular de este Gobierno materia fiscal?
- Yo separo bien entre equipo económico y Gobierno. Hay que ser justo. Al comienzo de este Gobierno íbamos a tener hasta ferreterías públicas, íbamos a tener un banco de desarrollo no Corfo, que montarlo era dinero, se iban a pagar todas las deudas históricas, en fin, se veía un boom de gasto enorme. Para hacer la evaluación del equipo económico, hay que tomar en cuenta eso. Y pese a todo, el equipo económico hizo un ajuste tremendo el primer año, que yo pensé que no lo iban a hacer. Es cierto que la gente dice que ese ajuste venía del presupuesto que dejó el Gobierno de Piñera, pero al final del día siempre puede haber excusas para no hacerlo. Y se hizo. Se ganó una estrellita ahí. Otra cosa es lo que ha pasado con la sobreestimación de ingresos y ahí es donde tiene la gran rayada de pintura.
- Eso es lo que se cuestiona hoy…
- No hoy. Desde el comienzo se le viene diciendo que está sobrestimando ingresos. Primero con la reforma tributaria que querían hacer, luego con el proyecto de evasión y elusión que espera recaudar 1,5% del PIB, o la repatriación de capitales, que no dio ni de cerca lo que esperaban. Pero lo más sorprendente es cuando presentaron el Informe Finanzas Públicas del tercer trimestre de 2024. Cuando el año ya estaba jugado insistían en que iban a tener los ingresos que se habían proyectado en el presupuesto, pero para eso tenían que subir 60% en la última parte del año ¡No había por dónde! Finalmente, el déficit fue 2,9% del PIB, un punto más que el que esperaban. En eso, el equipo económico tiene una rayada de pintura grande.
- Para 2025, Hacienda recortó la proyección de ingresos y gastos, pero el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) dijo que para cumplir la meta de déficit estructural (-1,1% del PIB) aún debe ajustar al menos US$ 1.500 millones más. ¿Es posible?
- El año pasado ya se puso rojo y recortó US$ 800 millones. Pero ese ajuste era pequeño. Para este año el ministro ya comprometió que hará un ajuste que va a presentar en abril. Es valioso que, al menos, lo haya comprometido. Ahora hay que ver si lo cumple. La credibilidad del equipo económico en lo fiscal se juega en si puede hacer el ajuste. Pero no será fácil, menos en año electoral.
-A Mario Marcel se le reconoce como uno de los creadores de la regla fiscal junto con Nicolás Eyzaguirre. ¿Cree que mantiene un compromiso con cumplir las metas?
-La regla fiscal, al final del día, es el compromiso del Ejecutivo de mantener cuentas fiscales ordenadas y yo creo que eso es lo que Mario Marcel más tiene como ministro de Hacienda. El cree en eso. Y, además, cualquier ministro de Hacienda que vaya a terminar con un mal desempeño en crecimiento, no querrá también dejar el barco desfinanciado. Así es que si hay alguien en el Gobierno a quien le puede interesar en hacer este ajuste, es a él.
- ¿Tiene el capital político para hacerlo?
- En las encuestas sigue marcando harto. En la última Cadem bajó, pero sigue en 45% de apoyo, eso es harto más que lo que tiene el Presidente o el Frente Amplio. Y esa es una cartita que tiene que usar. Pero es cierto que es difícil en año electoral. El pato cojo es complicado, porque los parlamentarios empiezan a preocuparse de ellos mismos, si es que seguirán o no el Congreso cuando el Gobierno se haya ido. Y en eso el mundo político es frío como un pescado.
- Algunos podrían argumentar que este es el gasto que el Congreso aprobó en la Ley de Presupuestos...
- Claro. Y le dirán: “ministro, usted me dijo que había un punto del PIB más de ingresos”. Por eso este un rayado de pintura es tan grande. Si se hubiera estimado bien, distinta sería la historia.
- ¿De dónde se pueden recortar US$ 1.500 millones este año?
- Insisto, esto no es nada fácil. Pero, por ejemplo, uno podría cortar en licencias médicas. Ahí hay un tema escandaloso. Se puede poner como target volver a los niveles que teníamos hace 17 años en licencias, tanto las que hay dentro del Estado como afuera. Otra cosa es el Transantiago, reducir la evasión en serio, que no es poca plata. Y una cosa de más largo plazo, pero que también se puede empezar ahora y es lo más difícil, es el gasto en personal que tenemos en Estado. Se puede empezar, por ejemplo, cortando contratas. Es difícil, pero es un tema del que tenemos que hacernos cargo o tarde o temprano va a explotar.
- Usted destaca que el ministro ya comprometió un ajuste, pero ¿cree que lo logre?
- Como están las cosas, tendrá que hacerlo o se le van a tirar arriba con todo y va a salir más rayado. Por eso digo que el hecho de que el ministro Marcel mantenga un 45% de apoyo es potente y tendrá que usar todo su capital político para hacer un ajuste. Además, esto queda después en los libros de historia, por lo que empieza a importar muchísimo ¿Va a querer él quedar con el déficit?
- ¿Le da el beneficio de la duda?
- Sí, pero es brutalmente difícil. Ya lo vimos con el recorte que se tuvo que hacer de US$ 600 millones que había comprometido en la tramitación del Presupuesto. Y ahora es mucho más…
“Ojalá salga el proyecto de permisología”
- Ya llegamos a marzo. En lo económico, ¿cuál debe ser la prioridad del Gobierno en su último año?
- Hacer este ajuste ahora. No es mucho más lo que puede hacer. Y ojalá salga el proyecto de ley de trámites, de permisología. En ese hay posibilidades de avanzar. En cambio, el proyecto que perfecciona el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental es mucho más difícil y ahí está el grueso del problema. Sería bueno para el país, pero ahí la pelea es con otro grupo de interés interno en el Gobierno. Y si el ministro se la va a jugar por algo, creo que será por el ajuste y no por esto, que es mucho más difícil. Pero es una pena porque es más importante para la economía, para el futuro. Y también es lamentable, porque, si uno ve las encuestas, ese proyecto tramitado por la derecha, tiene una posibilidad mucho más baja de salir.
- Se espera que este mes también se presente el proyecto que modifica el impuesto a la renta, ¿ve espacio para su tramitación?
- No lo veo. Si aún es lo que se ha planteado, constituye un cambio importante al sistema que, por sí solo, tiene una complejidad técnica enorme. Además de los cambios a las pymes, si insisten en crear un sistema dual se abre una caja de Pandora grande, que le pega a un montón de intereses, y muchos van a chillar. Y, segundo, hacer esto mientras se está ajustando el gasto va a enredar mucho más el panorama. Entonces, la verdad es que no tiene ninguna viabilidad de avanzar.
- ¿Y la baja en el impuesto corporativo?
- Pero eso se tiene que compensar con algo. ¿O alguien cree que este Gobierno va a avanzar en un proyecto que solo rebaja impuestos? Aparte de que empeora la situación fiscal, para su propio sector sería muy difícil comerse algo así. Sí sería positivo que bajara, por ejemplo, de 27% a 25%, pero hay momentos en que uno puede hacer cosas y otros en que no. Y, en mi opinión, aunque el ministro tenga todavía un buen capital político, no creo que sea suficiente para algo así.
“No veo a la Presidenta Bachelet haciendo un ajuste fiscal”
Alejandro Micco es militante de la Democracia Cristiana y dice estar “huérfano” con miras a las próximas elecciones. “Yo soy de centro dentro de lo que llaman centroizquierda. Pero lo que estamos viendo hoy día, la coalición que gobierna, es de izquierda. Incluso si la DC entrara a esa coalición, ¿qué fuerza tendría adentro? No tendría ningún peso, ni una capacidad de moderar. Desde mi perspectiva, creo que haría ninguna diferencia, no da ni para vagón de cola”.
- Como exsubsecretario de Hacienda de la expresidenta Bachelet, ¿qué le parecería que ella fuera la candidata para un tercer Gobierno como algunos impulsan?
- Entiendo que este tema esté saliendo y que el actual Gobierno quiere ponerlo, porque, al final, es la única que marca, pero, personalmente, no la veo y no creo que deba ser. Tres veces no. Además, ella misma ha dicho que debe haber renovación.
- ¿Es por un tema de renovación?
- No es solo por renovación. Me cuesta ver que pueda tener la capacidad de dirigir el país en este momento, con los cambios que hay que hacer. No veo a la Presidenta Bachelet haciendo un ajuste fiscal. Su discurso es otro. Ella es la presidenta de la protección social, ese es su sello. Yo estoy muy de acuerdo con eso y orgulloso de haber trabajado para darle al país más protección social. Pero el próximo Gobierno debe tener otro sello, que debe ser crecer más y ajustar las cuentas públicas. Y ¡Ojo! Yo me fui del Gobierno por un tema que se estaba perdiendo y que era la prioridad del crecimiento.
- Usted se fue junto con los exministros Rodrigo Valdés y Luis Felipe Céspedes luego del rechazo al proyecto Dominga…
- Más que eso fue por el discurso. Se estaba dejando de dar importancia al crecimiento. El tema de Dominga lo explicitó. Porque mientras estamos hablando de inversión, entre gallos y medianoche estaban los informes desfavorables al proyecto. Por eso nos fuimos.