Morosidad de mujeres sube en la pandemia, pero se acorta la brecha en tasas de interés con los hombres
De acuerdo a un informe de género de la CMF, el impago en un plazo mayor a 90 días aumentó desde 3,41% en 2019 a 3,48% en 2020.
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Históricamente las mujeres han tenido mejor comportamiento de pagos bancarios que los hombres. Sin embargo, la pandemia cambió en parte esta tendencia, según el último informe de género publicado ayer por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Con datos hasta marzo de este año, el informe indicó que si bien la morosidad de corto plazo (menor a 90 días) de los hombres fue 10% mayor a la de las mujeres, en el caso de los impagos de 90 días o más, la morosidad en las mujeres aumentó desde 3,41% en 2019 a 3,48% en 2020, mientras que entre los hombres disminuyó de 4,56% a 4,44% en igual período.
“Durante el período de pandemia se observó un efecto negativo en la condición de mora de los deudores, muchos de los cuales pasaron de tener una mora menor a 90 días, a una de 90 días o más”, explicó la CMF.
“La tasa de deuda morosa presentó un resultado mixto a partir de marzo de 2020. En el caso de la cartera consumo se observa una tendencia al alza que se acentúa a partir de dicho mes, mientras que en la cartera comercial el efecto es en sentido inverso. En la cartera vivienda, la mora aumentó a partir de marzo de 2020 para disminuir nuevamente a partir de agosto de 2020”, afirmó la CMF.
Pese al avance de la morosidad femenina, el reporte destacó que las mujeres muestran un mejor comportamiento de pago que los hombres, reflejado en menores montos de reestructuración y mayores montos de pago.
Cobertura de crédito
En el período de análisis del informe -entre 2002 y 2020- la CMF concluyó que no se advirtieron brechas significativas en la cobertura (porcentaje de la población adulta con créditos vigentes) de los productos de ahorro bancarios.
“Mientras en 2002 por cada 100 deudores bancarios hombres existían 56 deudoras mujeres, en 2020 la proporción aumentó a 103 deudoras mujeres. Esta brecha se cerró a partir de2016, manteniéndose favorable a las mujeres desde entonces”, señaló el comunicado.
“La relación entre el monto de la deuda de las mujeres y los hombres disminuyó en 1 punto porcentual (pasando de 60% en 2019 a 59% en 2020), mientras que la cobertura poblacional del crédito pasó de 42% a 38% durante el último año, tanto para las mujeres como para los hombres”, añadió el estudio.
Brecha en tasas de interés
Durante la presentación del informe, la comisionada de la CMF, Bernardita Piedrabuena, afirmó que las tasas de interés siguen siendo parte importante de la brecha entre hombres y mujeres debido a que siguen existiendo diferencias significativas en las tasas y plazos asociados a cada crédito.
“Si tomamos el promedio de tasa de interés que se cobra a mujeres en créditos de consumo, ese crédito tiene una tasa mayor de 204 puntos básicos al que se le entregan a los hombres. Sin embargo, si se controla por monto de la operación y plazos, la tasa de interés de mujeres baja a 0,6% o 61 puntos básicos (por sobre la de hombres). Sigue habiendo una brecha aunque se reduce”, aseguró.
Pese a lo anterior, el informe destaca que los resultados del informe dan cuenta de importantes avances en el cierre de brechas de género asociadas al uso de servicios financieros.
En efecto, durante el período de análisis (2002-2020) no se advirtieron brechas significativas en la cobertura de los productos de ahorro bancarios, en tanto que se observan avances sostenidos en el cierre de brechas de género asociadas a la cobertura de productos de crédito y administración del efectivo”.
El documento destacó el aumento en los depósitos a plazo de las mujeres como porcentaje de los depósitos a plazo de los hombres, que pasaron de 124% en 2019 a 134% en 2020. “Esta mejora en las brechas de género durante 2020 serían reflejo de los retiros de fondos previsionales autorizados por ley durante la pandemia”, concluyó.
En el informe de la CMF reveló que, de cada 100 cuentas de ahorro bancarias, 58 son de mujeres, representando 8 puntos porcentuales más a lo observado en 2002.
“La brecha antes descrita podría ser resultado de una combinación entre las diferencias de ingreso de hombres y mujeres y la migración en el tiempo de agentes con mayores ingresos hacia productos de ahorro más sofisticados, fuera de la banca (fondos mutuos, ahorro previsional voluntario, seguros, acciones, etc.)”, detalló el informe.