Banca & FinTech

Los riesgos que vislumbra S&P Global Rating para los bancos chilenos en 2022

La clasificadora indicó que “las políticas del nuevo gobierno que entra en marzo y las reformas constitucionales influirán en la confianza empresarial y las inversiones en el corto y mediano plazo”.

Por: Vicente Vera V. | Publicado: Miércoles 23 de febrero de 2022 a las 11:42 hrs.
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Foto Reuters.
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La clasificadora de riesgo S&P Global Rating elaboró un informe en donde abordó los principales desafíos y retos que tiene la banca en 2022.

En cuanto a los bancos chilenos, si bien la industria se clasificó en el grupo "3" en una metodología en donde se clasifican en grupos que van del "1" al "10", que considera los sistemas bancarios con el riesgo más bajo (grupo "1") y los que tienen el riesgo más alto (grupo "10"). Bajo esta clasificación, Chile se ubicó como el mercado de la región con el menor riesgo de América Latina para la industria bancaria.

La clasificadora de riesgos indicó que serán claves para la banca chilena "las políticas de la nueva administración (gobierno de Boric), que entra en marzo, y las reformas constitucionales influirán en la confianza empresarial y las inversiones en el corto y mediano plazo".

Añadió que "los factores externos, la trayectoria de las tasas de interés internacionales, los problemas geopolíticos y las interrupciones de la cadena de suministro, también afectan las expectativas de negocio y los costos de financiamiento para Chile".

Destacó el rol que jugaron las políticas monetarias y fiscales que implementaron las autoridades durante la pandemia que llevaron "a establecer condiciones favorables para 2022".

Remarcó que "el (actual) gobierno tomó varias medidas para garantizar la liquidez, solvencia y disponibilidad de crédito en el sistema financiero. Además, el retiro de los fondos de pensiones y los programas de apoyo impulsaron el consumo y el PIB en 2021, al tiempo que mejoraron los indicadores de calidad de activos a niveles mejores que los históricos".

Respecto a las presiones inflacionarias que vive el país, sostuvo que "si bien el aumento de la inflación beneficia los resultados de los bancos chilenos debido a las posiciones en activos en moneda indexada -que es la Unidad de Fomento-, esto podría provocar un aumento de la morosidad".

Estimaron que la calidad de activos caerá desde los niveles saludables alcanzados durante el año pasado. La razón se debe "ante una desaceleración en el crecimiento económico, los efectos de las tasas más altas transferidas a los clientes".

Destacaron que los activos mejoraron durante el año pasado impulsados por "el menor apalancamiento de las personas debido a los prepagos de deuda con los recursos de los retiros de fondos de pensiones y paquetes de apoyo. Además, los bancos reportan indicadores de cobertura con provisiones altos".

Perspectivas para el año

Entrando a 2022, S&P Global Rating calificó que la tendencia de riesgo económico de acuerdo a su análisis de riesgos de la industria bancaria es negativa para Chile, "lo que refleja riesgos a la baja hasta que las expectativas a mediano plazo mejoren en medio de la reforma constitucional y la agenda de la nueva administración, y/o eventos internacionales adversos".

"Esto incluye decisiones sobre el sistema de pensiones que históricamente sostuvo el crecimiento económico, dado que es una fuente de financiamiento para el sistema financiero. Mientras tanto, los ingresos de las personas son más bajos y el apalancamiento de las empresas es más alto que el de sus pares internacionales", agregó S&P.

Para el crecimiento de la cartera de créditos de la industria, proyectó que tras "un fuerte repunte económico en 2021 por encima de los niveles previos a la pandemia, debido a los considerables paquetes de estímulo, esperamos un crecimiento de un dígito para 2022-2023".

Situación de la región

En líneas generales, S&P Global Rating manifestó que los riesgos claves para la banca latinoamericana está la inestabilidad social y política podría presionar la inversión. Argumentaron que "esto reduciría la demanda interna, desacelerando el crecimiento del crédito y debilitando la calidad de activos. Como resultado, el desempeño operativo de los bancos podría verse en problemas".

Asimismo, expusieron que "las repercusiones políticas y sociales de la pandemia podrían limitar las perspectivas de crecimiento de largo plazo de la región".

Dijeron desde la entidad que "el desafío de corto plazo en la región es acelerar el crecimiento económico y la creación de empleos. Sin embargo, hay un obstáculo mayor para construir respaldo político en favor de nuevas políticas económicas y sociales para abordar las debilidades que expuso la pandemia y para mantener la estabilidad política y reanudar el avance económico".

Indicaron que, en el mediano plazo, "esperamos que continúe la competencia y que las inversiones de los bancos en tecnología para mantenerse al ritmo de dicha competencia sigan presionando la rentabilidad hasta que se materialicen los beneficios de la reducción de costos mediante digitalización. Esto probablemente llevará a una mayor consolidación entre los bancos que afrontan problemas y las FinTech".

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