El número de empresas en Brasil dispuestas a abandonar la bolsa aumentó de forma significativa en 2016 en relación a aquellas que buscarán cotizar, lo que refleja el bajo precio de muchos títulos y también el cambio de control de las compañías. Los años 2015 y 2016, con una IPO cada uno, fueron los peores períodos para el mercado de capitales desde el auge de 2007.
Mientras que en 2016, sólo la empresa de medicina de diagnóstico Alliar registró su Oferta Pública Inicial de acciones (IPO, su sigla en inglés) en la bolsa de valores, trece firmas hicieron el movimiento opuesto con una Oferta Pública de Adquisición (OPA) para deslistarse, según la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM). En términos financieros, el único debut en la bolsa de valores de 2016 sumó 766,4 millones de reales (US$ 238 millones), frente a los 2.670 millones de reales en operaciones de empresas que dejaron el mercado en el mismo período.
Además de Alliar, Sanepar y Energisa hicieron reposiciones de mercado, también conocido como re-IPO. Ese proceso sirve para las compañías cuyos papeles tienen poca liquidez en bolsa, lo que afecta el precio de los papeles. La re-IPO, sin embargo, es un proceso mucho más sencillo, porque la empresa ya cumple con las exigencias de sociedades cotizantes.
En 2007, cuando había una gran euforia en el mercado de capitales, 51 empresas se hicieron públicas y solo siete se cerraron.
“Desafortunadamente, después de una etapa positiva entre 2004 y 2007 –cuando se realizaron 106 de las 143 salidas a bolsa de los últimos diez años– nuestro mercado volvió a caer”, afirmó Alexandre Di Miceli, profesor de la Fundación Escuela de Comercio Álvares Penteado (Fecap) y socio de la Dirección de Consultoría.
Empresas de diversos sectores salieron de bolsa en 2016: la firma de concesiones rodoviarias Arteris, la distribuidora de energía Celg Participaciones, la compañía de alimentos Vigo, la empresa de call center Tempo Participaciones, la azucarera Tereos, la fabricante textil Wembley, la editora de libros Évora, la productora de electrónicos Tec Toy, la fabricante de electrodomésticos Brasmotor, la de celulosa Iguaçu, y los bancos Sofisa y Daycoval.
La brecha crece
Al analizar los últimos tres años, la brecha entre las aperturas y cierres es aún mayor en Brasil. Entre 2014 y 2016, apenas tres compañías hicieron registros para abrirse a bolsa, mientras que 25 siguieron el camino opuesto. De acuerdo a datos de CVM, hay una tendencia creciente de registros de OPA en los últimos tres años, con cinco salidas en 2014, siete en 2015 y trece en 2016.
No es difícil entender el razonamiento de los empresarios que optan por la OPA. La familia Dayan, dueña del banco Daycoval, recompró las acciones de la institución por 9,08 reales. En junio de 2007, a la altura de la euforia de los mercados de capitales en Brasil, los títulos de Daycoval llegaron a tener un valor de 17 reales. Recomprar el 100% del banco fue, por tanto, buen negocio.
Los costos de mantenimiento de las compañías cotizantes también entran en los cálculos de las empresas. Según Andreia Casquet, abogada de fusiones y adquisiciones, sociedad y gobernanza de Souto y Correa, aunque el proceso de evolución del gobierno corporativo en Brasil es atractivo para las inversiones, también puede alejar a las empresas del mercado.