A. Williams, J. Politi y D. Sevastopulo en Washington, P. Foster en Londres y J. Leahy en Beijing.
El Presidente Donald Trump anunció este miércoles una pausa de 90 días en los aranceles que aplicó la semana pasada a una gran parte de los socios comerciales de Estados Unidos. La noticia provocó alivio inmediato en Wall Street al dar marcha atrás en una política que amenazaba con afectar al comercio mundial.
Al mismo tiempo, Trump aumentó los aranceles a China a 125% (más tarde la Casa Blanca precisó que la tasa llegó a 145%), redoblando su guerra comercial con la segunda economía más grande del mundo.
La pausa en el llamado plan arancelario recíproco de Trump es la última de una serie de cambios de dirección y retrocesos realizados por el presidente estadounidense en el caótico manejo de la política comercial desde su investidura en enero.
¿Por qué suspendió los aranceles?
La amplitud y tamaño de las tarifas estadounidenses a los principales socios comerciales provocó una ola de ventas de acciones y generó críticas inusuales a Trump por parte de legisladores republicanos en el Capitolio. Numerosos financieros multimillonarios también criticaron duramente los gravámenes, incluyendo algunos de los mayores simpatizantes del Partido Republicano.
Al explicar su decisión el miércoles, Trump se refirió a la caída del mercado global, que se extendió a una ola de ventas de bonos del Tesoro estadounidense, y dijo que la gente estaba "alborotada". "Hay que tener flexibilidad", dijo Trump a los periodistas.
Su decisión se conoció justo mientras su principal negociador comercial, Jamieson Greer, testificaba ante los legisladores en el Capitolio. "¿Qué demonios? ¿Quién manda?", le gritó Steven Horsford, el legislador demócrata de Nevada, a Greer momentos después de que Trump anunciara la pausa. "El Presidente de Estados Unidos manda", respondió Greer.
¿Cómo quedaron los aranceles?
Estados Unidos tiene ahora un arancel base de 10% para las importaciones de todos los países, incluida la UE, con exenciones para los chips, el cobre, la madera, productos farmacéuticos, lingotes de oro, energía y minerales que no se encuentran en el país.
Los automóviles y las autopartes también eludieron el impuesto de 10%, pero siguen sujetos a un arancel separado de 25% introducido por Trump el mes pasado.
México y Canadá habían evitado lo peor del régimen arancelario recíproco, pero en marzo Washington aplicó aranceles de 25% a todas las importaciones de sus dos vecinos que no cumplieron con los términos de su acuerdo de libre comercio de 2020, el T-MEC. La Casa Blanca confirmó el miércoles que este arancel se mantendrá vigente.
Los gravámenes de 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos se mantendrán, y continúan las investigaciones que podrían conducir a aranceles al cobre y a la madera.
El presidente también podría cumplir su promesa de introducir aranceles sobre los chips y los productos farmacéuticos.
¿Volverán los aranceles “recíprocos”?
Trump dijo que más de 70 países estaban haciendo cola para llegar a acuerdos con Washington.
Para evitar un escenario en el que los gravámenes reaparezcan en 90 días, la Casa Blanca buscará cerrar rápidamente acuerdos sobre los aranceles “recíprocos” suspendidos, incluso sobre países con uso intensivo de manufactura como Japón, Corea del Sur, Vietnam y Camboya.
Allie Renison, exfuncionaria del Departamento de Comercio del Reino Unido, ahora en la consultora SEC Newgate, dijo que dado el desafío de llevar a cabo tantas negociaciones simultáneamente, una transición más rápida sería pasar de aranceles generales a derechos sectoriales más específicos y exenciones de productos.
“Trump podría dejar de imponer aranceles generales por país y adoptar un sistema basado en derechos específicos para cada producto, que podría ser más manejable para los fabricantes y apuntar a barreras comerciales injustas sobre productos específicos”, añadió.
¿Por qué no redujo los aranceles a China?
Trump elevó los aranceles a China de 104% a 125% (aunque después se precisó 145%), al tiempo que los redujo para otros países. La medida se produjo después de que Beijing impusiera aranceles de represalia a Estados Unidos el miércoles en respuesta a un aumento previo por parte de Washington.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, culpó a China por los aranceles de represalia. "Como les dije a todos hace una semana en este mismo lugar: No tomen represalias y serán recompensados", declaró el miércoles.
Si bien muchos países se han acercado a la Casa Blanca para mantener conversaciones comerciales, Estados Unidos y China no han negociado nada.
El Presidente Trump dijo que no anticipa más aumentos en la tasa arancelaria de China y agregó que esperaba que los dos países en algún momento lleguen a un acuerdo.
Pero Beijing ha dicho a la administración Trump que considera los aranceles como una táctica de presión y que no se dejará intimidar por las acciones del presidente estadounidense.
Aunque Trump ha sugerido que el presidente Xi Jinping aceptará hablar con él en algún momento, es poco probable que el líder chino acceda a una llamada, y mucho menos a una reunión, a menos que los funcionarios hayan definido primero los contornos de un acuerdo que haría que las conversaciones sean más políticamente factibles para Xi en su país.
¿Terminado la guerra comercial mundial?
Los economistas advierten que la agitación ya creada por el enfoque beligerante de Trump hacia los aranceles tendrá impactos negativos como resultado de la incertidumbre y la desconfianza que se cierne sobre las relaciones comerciales de Estados Unidos.
Nicolò Tamberi, del Centro de Políticas Comerciales Inclusivas de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, dijo que la incertidumbre disuadió la inversión ya que las corporaciones adoptaron una política de esperar y ver antes de decidir cómo ajustar sus cadenas de suministro.
La literatura académica sugiere que los efectos de la incertidumbre pueden ser tan graves como los aranceles, y existe una enorme incertidumbre al respecto. Así que, incluso si Trump llega a acuerdos para evitar el impacto de los aranceles hoy, quizá cambie de opinión mañana, afirmó.
Los inversores del mercado también podrían adoptar una estrategia de esperar y ver antes de asumir que la agitación ha terminado.
Steven Abrahams, director de estrategia de inversión de Santander US Capital Markets, advirtió que, sin mayor claridad, los inversores podrían optar por esperar los próximos 90 días en lugar de volver a entrar en el mercado.
Hemos presenciado el primer 'Día de la Liberación'. Sin claridad, algunos podrían invertir a pesar de la posibilidad de un segundo 'Día de la Liberación', pero muchos no lo harán", afirmó.